No Por Compromiso ✔️ (HISTORIA EMILIACO) TERMINADA

II Un nuevo comienzo

Elizabeth Gress

¿Cómo asimilas que te has quedado sola? Un día eres feliz, luchas con el amor de tu vida para lograr tus sueños y disfrutas de las pequeñas y grandes cosas que de la vida y... en un abrir y cerrar de ojos ya no tienes nada de eso. No sé si podré hacerme cargo de la empresa sin mi marido, si para mi está siendo difícil superar todo esto, para mis hijos lo ha sido más. Hoy se cumple exactamente un año de su partida. 

 A mi pequeña Renata le costó mucho trabajo asimilarlo, con tan solo 16 años perdió a su padre, pero poco a poco lo ha ido superando. Por su parte mi pequeño Joaco ya ha terminado sus estudios en la universidad, le dolió mucho que su padre no estuviera presente ahí, siempre fue su sueño que estuviera presente en un día tan importante para él.

Con la muerte de mi esposo, no nos ha quedado más remedio que mudarnos a México, desde ahí continuaremos dándole soporte a la empresa. Joaquín no lo sabe aún, pero al parecer mi esposo ha pensado en todo, dejó estipulado que Joaquín sería el nuevo dueño de la empresa al cumplir 22 años y ese momento está por llegar. Sé que mi niño lo logrará, yo estaré ahí como su secretaria y lo ayudaré en todo lo que me sea posible. Vamos a poner muy en alto a "BeautyGrees."

Emilio

El viento golpea mi rostro, camino tranquilamente por las calles oscuras de la ciudad de México, me detengo por un instante para tomar aire y mirar a mi alrededor, todo está tan tranquilo ¡Y cómo no estarlo, si son las 5 de la mañana! Sólo a mí se me ocurre salir a esta hora, pero quiero relajarme un momento antes de ir a la empresa con mi padre, hoy empezaré a trabajar formalmente con él, me dijo que hoy llega la familia del difunto fundador de "BeautyGress", quien por cierto era amigo de mi padre, por lo cual es probable que la empresa quede ahora al mando de él, mi padre siempre alardea con que no hay nadie mejor que él para ser dueño de una empresa tan importante.

Al llegar a casa mis fosas nasales perciben el aroma a café y galletas recién horneadas que mi madre prepara desde que era un pequeño, entro a la cocina y la veo de espaldas, ella no se ha dado cuenta de mi presencia, la rodeo con los brazos y dejo un beso en su mejilla.

—Buenos días mamá. —Sonríe ante lo dicho.

—Buenos días cariño. —Besa mi mejilla. —Ve a bañarte y bajas a desayunar, anda, no querrás llegar tarde a tu primer día de trabajo. —Asiento ante su comentario y subo a mi habitación.

Me meto a la ducha y abro la llave de la regadera, siento las gotas de agua bajar por mi pecho, de alguna manera me hacen olvidarme de todo. Paso el jabón por todo mi cuerpo de forma delicada y lo enjuago  para salir de la ducha, escojo mi traje para ir al trabajo y salgo de mi cuarto dispuesto a ir a deleitar el existo desayuno que mi madre ha preparado.

—Siéntate cariño, desayuna o se te hará tarde. —Le dedicó una sonrisa y empiezo a comer.

—Buenos días. —Su voz era gruesa y fría, como si no tuviera sentimientos.

—Buenos días.  —Le respondo de manera cortante.

—Buenos días amor ¿Quieres que te sirva el desayuno? —Dijo casi en un susurro.

—No, vengo del restaurante y ya desayuné... —Mi madre bajó la mirada ante lo dicho. —¡Claro que voy a desayunar Liliana! ¿Qué esperas para servirme? ¡Muévete! ¿O qué? ¿Piensas que yo voy a ir? —Mi madre se levantó de su lugar y fue por su desayuno.

—¡Si tanta hambre tienes! ¿Por qué no vas tú a servirte? —Lo encaré, me purgaba que tratara así a mamá.

—¡Mira Emilio, tú no eres NADIE para cuestionarme! ¿Entendido? —Estaba a punto de contestarle, pero mi madre entró con el desayuno y me pidió con la mirada que llevara las cosas tranquilas, si accedí a hacerlo fue solo por ella.