XXXVII Merezco ser Feliz

137 14 69
                                    

(Reproducan la canción cuando se les indique chicos)


Narrador

Han pasado tres semanas llenas de muchos cambios positivos, Liliana ha decidido vivir de forma permanente con su hijo, entre ellos han fortalecido ese lazo de confianza y amor que se había quebrantado desde ya hace algunos meses, el rizado no puede estar más que contento con el hecho de que su madre por fin haya recapacitado.

-Oye ma, aún no has querido contarme que fue lo que realmente pasó ese día. Sea lo que sea agradezco que haya pasado, la verdad es que... pensé que nunca ibas a darte cuenta mamá.

-Ay amor, créeme que eso es algo de lo cual aún me sigo sorprendiendo. Yo sabía en la cárcel en la que estaba viviendo, pero el hecho de que fueras capaz de renunciar a la herencia de tu abuelo me impactó demasiado, en ese momento me di cuenta que lo único que siempre le ha importado a Ricardo es el dinero.

-Mamá ya no le des importancia a eso, ya una vez cometí estupideces por culpa del dinero, no quiero volver a hacerlo. Ya entendí que si quiero algo tengo que esforzarme por tenerlo, si a él le hace feliz ese dinero por mí que se lo trague, pero que nos deje a los dos en paz.

-Amor pero ese dinero te correspondía a ti, no es justo que por mi culpa te hayas quedado sin nada.

-A ver mamá tú no tienes la culpa de nada, no lo vuelvas a decir. Mira mejor cambiemos de tema ¿Quieres? -Liliana trató de tranquilizarse y escuchar atentamente a su hijo.

-Sabes que Ricardo me prohibió de niño seguir con mis clases baile, lo que ustedes no saben es que hace más de un año empecé a retomarlas y no... sé lo que estás pensando mamá, estas clases las pagué yo mismo con mi sueldo. Mamá a lo que voy es que ya no quiero seguir en la empresa, lo que quiero es seguir mis sueños, convertirme en un gran maestro de baile. -Los ojos de Liliana se abrieron con asombro, este era su Emilio, aquel pequeño con grandes ilusiones, aquel que nunca se daría por vencido.

-Mi niño. -Lo abrazó con ternura derramando algunas lágrimas. -Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, quiero verte triunfar hijo, ahora nadie nos va a detener, eso te lo juro amor.

-Esta vez quiero hacer lo me gusta, lo que amo, quiero empezar a cumplir mis sueños, no los de alguien más. Hoy mismo le entregaré mi carta de renuncia a Joaquín, aunque eso implique ya no verlo casi todos los días. -Agachó la mirada al darse cuenta que el castaño se alejaba día con día más de él.

-Sé que esto te duele demasiado hijo, pero si en verdad lo amas, que yo sé que así es, debes pensar no sólo en ti, sino en lo que a él le hace feliz.

Liliana tenía razón, estando en la empresa se daba cuenta lo bien que le hacía a su ex yerno la compañía del ojiverde. Por una parte le dolía ver a su hijo sufrir por el castaño, pero por otra parte le alegraba ver verdadera felicidad en los ojos de Joaquín, como este se sonrojaba cada vez que Andrés tomaba su mano o dejaba un beso en su mejilla.

Para Liliana Joaquín era como otro hijo, al cual deseaba ver feliz a pesar de que esa felicidad no fuera al lado de Emilio.




Joaquín

Estas tres semanas las he pasado de maravilla, las sesiones con mi psicóloga me han ayudado demasiado, la convivencia con mi familia no podría estar mejor y en cuanto Andrés ¿Qué les puedo decir? No ha dejado de cortejarme, si no son girasoles, son pingüinos, si no son postres de banana, son libros sobre el espacio, al parecer me conoce mejor que yo. Me encanta tenerlo a mi lado, creo que debería hacerle caso a mamá y darme una oportunidad con él, me he dado cuenta que ya no quiero ser solo su amigo.

No Por Compromiso ✔️ (HISTORIA EMILIACO) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora