MIEL SOBRE HOJUELAS (+18).|Christopher Vélez (Completa).

C26.Coartada.

—Adelante.—respondo cuando un par de golpes se hacen presentes en la puerta de mi oficina.

—Buenos días.—saluda Joel pero no lo miro.—Traje para ti los informes que me pediste como referencia para tu viaje a Canadá.—asiento.

—Gracias.—digo sin más. Joel toma asiento en una de las sillas delante de mi escritorio y lo miro un breve momento.

—¿Se puede saber que jodidos te pasó en el ojo?—cuestiona enarcando una ceja. Pero no digo nada. Solo me quedo en silencio mientras tomo el folder que él acaba de dejar sobre mi escritorio.—¿Christopher…?

—Nada. No me pasó nada.

—¡Eso que te lo crea tu abuela!—se queja.—Dime que jodidos te pasó…

—Zabdiel De Jesús, eso fue lo que me pasó.—replico entornando mis ojos. Dejo caer con fuerza el folder sobre la superficie de caoba del escritorio y niego lentamente.

—Por Dios…—susurra.—Bueno al menos no puedes negar que tiene un buen gancho derecho.—se ríe.

—Ahora soy yo quien no está para bromas.—me quejo.

—De acuerdo, de acuerdo.—murmura elevando un poco sus manos en señal de rendición.—¿Por qué Zabdiel y tú se agarraron a golpes…?

—El muy imbécil me pidió que me alejase de Danna…—niega lentamente.—¿Qué?

—Que eso sería lo más sensato.—responde.

—¿Estás jugando conmigo?—replico ofendido.—Ayer tú mismo me preguntaste que si mi relación con Dan no tenía arreglo ¿lo recuerdas?—asiente.—¿Y ahora me dices que alejarme de ella es lo más sensato?—suelto un bufido de exasperación mientras me froto las sienes con ambas manos.

—Te agarraste a golpes con Zabdiel; la nueva pareja de Danna. No creo que ella esté retozando de alegría… ¿verdad?—me espeta.—Además…no me has dicho por que fue el pleito ahora…

—Ya te lo dije; Zabdiel me pidió que me alejase de Danna. No se da cuenta que eso jamás va a pasar. Ella siempre va a ser la madre de mis hijos sin importar si está con él o con alguien más…

—¿Lo hiciste reaccionar, verdad?—cuestiona enarcando una ceja.—Porque conozco a Zabdiel y él no es el tipo de persona que reacciona con violencia…—me quedo en silencio contemplándolo fijamente y niego lentamente.

—Claro, recordé que ustedes son buenos amigos.—él se ríe.

—No somos buenos amigos, estúpido.—replica de inmediato.

—¡Eres un traidor!

—¿A caso tenemos doce años?—se burla.—Christopher…te conozco a la perfección y sé que lo hiciste reaccionar…

—Solo me defendí.—respondo entre dientes.—Además… ¿Qué tiene eso que ver?

—¿Qué tiene que ver? Pues tiene todo que ver si te dejó como Santo Cristo…—niega.—Pero bueno…supongo que ya no tiene demasiada importancia.

—Cállate porque que recuerdo que tú tienes un ojo amoratado...

—Bueno sí, tienes razón. Estamos igual de jodidos los dos.—asiento en acuerdo.—No tiene importancia…

—Pues no, no la tiene porque esta misma noche me voy a ir a Canadá.—anuncio sin más.

—¿Qué?—susurra.—¿Es por eso que tenías demasiada prisa por que tuviese ese estúpido reporte, verdad?—asiento.—¿Y piensas presentarte ante el comité del cuidado del medio ambiente en Canadá con un ojo morado y la boca hecha una mierda…?