C16. El amor duele.

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Detengo mis pasos tan pronto como entro en la habitación y me encuentro con Danna sentada sobre la silla de su mueble de tocador

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Detengo mis pasos tan pronto como entro en la habitación y me encuentro con Danna sentada sobre la silla de su mueble de tocador. Sus ojos se encuentran con los míos un momento y ese pequeño gesto es suficiente para que mi corazón deje de latir un momento.

—Hola…—murmuro lentamente pero ella se queda en silencio.

—Hola.—responde finalmente.

Camino lentamente hasta la cama y tomo asiento en el filo del colchón sin despegar mis ojos de los de mi esposa. Sus ojos todavía están mirándome.—Danna, yo…

—No.—susurra moviendo su cabeza ligeramente en señal de negación. Me quedo en silencio de inmediato y dejo salir el aire de mis pulmones.—Solo he venido a recoger mis cosas…algunas, quiero decir…porque realmente no pienso llevarme nada de las cosas que me has comprado tú o que me has regalado…

—Son tuyas.—asiente.

—Lo sé. Pero no las quiero.

—Danna…

—Por favor ahora no, Christopher…—inquiere lentamente.

—Escúchame, por favor…

—¿Qué es lo que quieres que escuche…?—cuestiona enarcado una ceja.—La verdad es que no me interesa en lo más mínimo  escuchar que me digas que lo sientes, no quiero que me digas que lo haces porque simplemente no te creo…no quiero quedarme a tu lado ¿y sabes algo? Yo quería estar contigo en verdad, me volví a enamorar de ti como una estúpida pero todo lo que hiciste fue jugar conmigo…solo me utilizaste porque en realidad nunca cambiaste…querías tener un bebé y lo conseguiste…

—Danna…—comienzo pero ella niega de inmediato.

—Ayer comencé con el trámite del divorcio…—mis ojos se quedan fijos en ella pero ni siquiera se inmuta. Sus ojos miel están completamente estáticos en los míos.—En los próximos días mi abogado estará pasando por tu oficina...

—Puedes quedarte con la casa…

Niega.—No. No quiero absolutamente nada de ti. Tengo mi propio dinero ahorrado y no necesito demasiado de todos modos.—hace una pausa.—Solo quiero que me dejes en paz, eso es todo.

—Te corresponde la mitad de todo lo que tengo, Danna. Nos casamos por bienes mancomunados…

—No me interesa. Tengo mi propio dinero y voy a comenzar a trabajar en mis propios proyectos.—hace una pausa.—Y por el bebé no te preocupes, dijiste que quieres estar presente en su vida y si, podrás estarlo. También es tu bebé y soy completamente consciente de que no puedo sacarte de su vida pero en cuestiones monetarias realmente no quiero absolutamente nada de ti.

—¿Esa es tu decisión final?—pregunto.

—Sí.

—Ahora vas a escucharme tú.—anuncio.—Sé que contigo me comporté como el idiota más grande del jodido mundo. Sé que no confías en mí y que crees que todo lo que te digo es porque quiero convencerte de que te quedes a mi lado pero en los últimos días cuando no estuviste comprendí muchas cosas, Danna.—hago una pausa.—Pero podría empezar por decirte que lo siento mucho, siento mucho que las cosas para nosotros hayan terminado así. Siento mucho que yo me haya convertido en esto y te haya hecho mierda en más de un sentido. Destruí nuestra relación desde hace años, tú misma lo dijiste pero cuando lo hice; realmente lo hice sin darme cuenta. Comencé a echarlo a perder todos los días un poco más y no me di cuenta porque estaba entusiasmado con una jodida empresa…y estaba tan entusiasmado con ella que te fui haciendo a un lado. Y no tienes ni idea de cuanto lo lamento pero sé que no puedo hacer nada más…

MIEL SOBRE HOJUELAS (+18).|Christopher Vélez (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora