Extra UNO.

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—Tres…dos…uno…—un flash se estrella contra nuestros rostros y alejando el lente de la cámara una gran sonrisa aparece en los labios de Simón, el fotógrafo

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—Tres…dos…uno…—un flash se estrella contra nuestros rostros y alejando el lente de la cámara una gran sonrisa aparece en los labios de Simón, el fotógrafo.—Esta es la última toma y la más perfecta de toda la sesión de fotos sin duda alguna...

—Gracias, Simón.—responde Danna.

—No tiene nada que agradecer, señora Vélez…

—¿Por qué no están tomando fotos, pa?—cuestiona Leyre sentada todavía sobre mi pierna derecha.

—Porque somos bonitos, tonta.—responde Leo haciéndome reír.—¿Verdad, papá?

—Exactamente.—asiento.

—Christopher…—advierte la voz de mi esposa y una risita de diversión brota de mis labios.

—Bueno…además de ser porque somos muy lindos; ustedes están acompañando a papá en un artículo de una revista…

—¿Eres famoso?—cuestiona Leyre abriendo su boca con tal asombro que Danna se vuelve a reír.

—No, amor.—responde ella.—O tal vez sí…en el mundo de los negocios lo es sin duda alguna.—agrega lanzándome una mirada cargada de diversión.

—Solo el empresario del año, mi vida.—anuncio dejando un beso sobre su cabello mientras ella se pone de pie.

—¿Ya podemos irnos, pa?—pregunta Leo atrayendo mi atención  y un segundo después los ojos de Leyre también está observándome fijamente..—Me pica esto…—replica tirando del moño de su camisa.

—Es suficiente, señor Vélez.—anuncia la voz de Simón el fotógrafo.—Hemos terminado…

—Pueden irse…—decido en dirección a los niños.

—Como siempre es un placer trabajar con ustedes.—anuncia la voz del hombre.—Cualquier cosa llamaré directamente a su oficina, señor Vélez…

—Me parece perfecto.—respondo estrechando su mano cuando él se acerca a mí para despedirse. Simón me sonríe por última vez y finalmente se marcha.

—¿Podemos comer helado?—pregunta Leyre mirando a Danna cuando nos hemos vuelto a quedar solo los cuatro.—Por favor, mami…queremos helado de chocolate…

—Claro que pueden comer helado.—responde y tras lanzarle una amplia sonrisa de satisfacción; ambos se van corriendo dejándonos solos finalmente. Los ojos de Danna me miran un segundo y una pequeña sonrisa se abre paso en sus labios.—¿Qué pasa?

—Estoy enamorado.—anuncio envolviendo mis brazos en su cintura.

—¿Ah, sí…?—asiento.—Vaya… ¿y puedo saber cómo es ella…?

—¡Maldita sea, sí! Es la mujer más perfecta del jodido mundo…porque de día es una gran empresaria que tiene su propia empresa de diseño, hace altruismo y siempre está pensando en el bienestar de los demás sin descuidar a su familia y sin pedir nada a cambio, es la mejor ama de casa aunque para ser sincero a veces no cocina tan bien.—ella se ríe y me golpea suavemente en el hombro.—También es  la mejor madre del planeta entero y la mejor parte de todo; de noche es la mujer más caliente del puto mundo.—una risita se escapa de los labios de Danna y acuna mi rostro entre sus manos sin dejar de mirarme a los ojos.

MIEL SOBRE HOJUELAS (+18).|Christopher Vélez (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora