Capítulo 37: La Segunda Profecía.

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Paul se despertó primero como de costumbre. Siguió su rutina de todas la mañana, pero esta vez, despertó a todos sus compañeros de cuarto.

Los otros chicos de 3ro se sorprendieron de que el castaño los despertara, porque él por lo general, solo los dejaba dormir hasta que ellos se den cuenta que llegaban tarde al desayuno.

Paul no les dió explicación alguna. Solo los despertó porque sería desfavorable para ellos volver a llegar tarde al desayuno, cuando se supone, es la comida más importante del día.

Los únicos de los chicos que pensaron que había algo oculto en sus intenciones eran Leo y Gary, los amigos más cercanos de Paul entre esos chicos.

Salieron todos los de 3ro, sorprendiendo a gran parte de los estudiantes de Hufflepuff porque conocen su reputación de dormilones, y varios no perdieron el tiempo en decir lo impresionados que estaban.

— ¿Se cayeron de la cama o algo así?— preguntó un chico de 7mo, compañero de Ted.

— Algo así— contestó Joe Rockford, bostezando.

Las otras chicas de 3ro también pensaron que podía haber pasado algo para que los seis chicos estuvieran despiertos, por lo que todas miraron a Paul.

El castaño solo estaba callado, no decía nada; solo respondía los saludos que le daban.

Lily y Katie pensaron igual que Leo y Gary, podría haber pasado algo, y tenía que ver con el chico castaño de ojos cafés.

Cuando todos se pusieron de acuerdo para salir e ir al Gran Comedor, Paul habló por fin:

— Oigan— dijo el chico, y más de uno, no solo sus amigos, lo miraron—, ¿Alguien ve un cuadro por ahí?— apuntó en la dirección que estaba el cuadro de mago anciano la noche anterior.

Todos los que oyeron la pregunta miraron, pero nadie vió nada en la pared que apuntaba el castaño.

— No, Paul, no hay nada ahí— contestó Bryan, en representación de todos, que asintieron a la contestación del muchacho de 3ro.

El castaño también asintió y decidió dejar todo ahí.

Mirando el cuadro del anciano, el cual le devolvió la mirada, Paul siguió caminando detrás de sus amigos.

Recordó lo que le dijo la Sra. Hufflepuff anoche, que la entrada a la Sala solo era visible para aquellos que hayan estado al menos un vez en el lugar, y solo él había estado hasta el momento.

La razón de despertar a sus amigos y esperar a todos los demás para ir a desayunar era preguntarles eso.

Llegados al Gran Comedor y desayunar, partieron todos a sus clases.

Ese día, sorpresivamente, los jefes de las casas pasaron para darles a sus estudiantes un nuevo horario porque cambiaron por temas personales del los Profs. Longbottom y Flitwick.

Por eso, los chicos de 3ro no tuvieron Encantamientos como era normalmente, ahora el cambio de horarios les determinó tener Cuidado de las Criaturas Mágicas en la primer hora del día.

Cuando llegaron a la casa de Hagrid para una nueva clase, estuvieron esperando cerca de diez minutos y el gran guardabosques aún no aparecía.

— ¿Le habrá pasado algo a Hagrid?— preguntó Kira Brooks.

— Esperemos que no— contestó Greg Gerber, de Gryffindor.

— Conociendo a Hagrid— habló Train, sumamente tranquilo—, seguro está preparando la clase.

— No te equivocas en nada, Heartnet— contestó Paul, apuntando hacia el otro lado de la casa del semi-gigante, por una pequeña colina hacia abajo, venía caminando el mencionado que media más de dos metros.

Los descendientes de los fundadores. (PAUSADA INDEFINIDAMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora