Capítulo 22: Aprendiendo.

54 2 6
                                    

Ya concluidas las fiestas, era hora de que los estudiantes que partieron a sus casas para las celebraciones, regresen para continuar con sus estudios. Que dolor de cabeza.

Paul estaba a bordo del Expreso de Hogwarts, en la misma cabina con Selene, su nueva amiga, y Fan №1 autoproclamada.

Hablaban de lo que fueron sus fiestas en el mundo muggle, alejados de la magia.

Ambos coincidieron en que, aunque estás con tu familia, no es lo mismo que Hogwarts, el segundo hogar de todo niño o niña con magia.

O a veces el primero. Ya saben de qué hablo.

Selene se quejaba de la actitud de la novia de Paul, Jessie, para con ella.

Paul, simplemente resumió el actuar de su novia con la frase: «Jessie es más celosa que Hera, la esposa de Zeus» concluyendo con una risa que molestó un poco a Selene, ya que entendió a qué se refería.

El viaje hasta Hogwarts había terminado y todos los estudiante del expreso bajaron.

Todos se dirigieron en carruajes hasta el castillo, donde casi era hora de cenar.

Aún hablando con Selene, visto por propios y extraños que suponían cosas que no eran, ambos fueron hasta el interior del castillo.

Ellos fueron los últimos en entrar y por eso les sorprendió ver a varios de los estudiantes que volvían al castillo de pie, estáticos.

Obviamente curiosos (Cosa que resultaría rara para Paul, si fuera al contrario), se asomaron para ver qué pasaba.

Paul dibujó una sonrisa divertida al ver a todos sus amigos agrupados en un rincón, mirando si encontraban a alguien entre la multitud.

— ¿Crees que te buscan a tí?— le susurró Selene, también notando como todos los amigos de Paul miraban a todos lados.

— Espero. No vaya a ser cosa que me engañen con alguien— bromeó el castaño, y Selene soltó un risa silenciosa.

Paul se movió entre los estudiantes y se acercó a su grupo de amigos, seguido por Selene, que aprovechaba que a Paul le proporcionaban espacio para pasar.

— ¿Cómo están, brujos y brujas?— saludó Paul, con su típico, y pésimo en ocasiones, sentido del humor.

— ¡Paul!/¡Polilla!— saludaron los demás.

Ya visto que quería ese grupo en la entrada del castillo, los demás estudiantes que no tenían nada que ver con ellos, comenzaron a irse uno por uno.

Las chicas abrazaron al castaño. Bella le tiró de la oreja, quejándose de que Paul le había dejado muchas incógnitas. Los chicos palmeaban la espalda de Paul o le chocaban el puño; esto último lo hicieron sus tres mejores amigos.

Pero Paul aún no vió a Lily.

Y no tardó en dar a conocer sus ganas de verla.

— Oigan, ¿Dónde está Li?

— Ah, ella...— balbuceó Olive, volteando atrás.

Paul también miró a donde miraba Olive, pero no había nada. Incluso la chica y los demás estaban sorprendidos de no ver a nadie.

Justo cuando iba a preguntar que estaban buscando, alguien le tapó los ojos.

— Adivina quién soy— dijo divertida una voz femenina.

Paul sonrió.

Sabía bien quien era, pero le seguiría un poco el juego.

— A ver... Eres una chica castaña.

Los descendientes de los fundadores. (PAUSADA INDEFINIDAMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora