17. Un amor de ensueño -Segunda parte - Mewgulf Terminada

Cinco

Cada día de los que vinieron después, Gulf tuvo que soportar las miradas acusadoras de Mew y las mofas de sus amigos, aunque tan solo eran en el descanso pues el resto del tiempo, este estaba en el aula de su Facultad con sus compañeros, los cuales en nada se parecían a los que había tenido en el instituto.

Además a cada paso que daba, estaba más contento de haber elegido la carrera de trabajo social y se sentía más fuerte y seguro para afrontar cualquier miedo, empezando por los suyos propios.

Un mes después

Esa mañana, el moreno salió hacia la Universidad y vio un coche aparcado unos metros adelante, cuando y iba a alcanzarlo, de repente la puerta se abrió y vio salir al mayor.

-¿Cómo has sabido dónde vivo?-preguntó este molesto.

-Sé que esta es tu casa desde siempre, un día tu padre me dijo la calle y el número cuando vivías en mi casa -dijo sonriendo- ...además a mi madre  se le escapó que ya os habíais mudado.

El moreno asintió y entonces se giró para seguir caminando pero entonces Mew apuró el paso tras él y lo detuvo por el brazo.

-Su-Suéltame, no quiero que me toques.

Este entonces sacó la mano.

-Está bien pero no te vayas, por favor, quiero hablarte... En la Universidad apenas te veo y cuando lo hago siempre huyes.

-Está bien, habla rápido o me harás llegar tarde—Dijo Gulf no muy conforme.

El mayor señaló su coche.

-Sube y hablaremos de camino.

El moreno lo miró desconfiado, la amabilidad de este no le daba buena espina, aunque no podía negar que ahorrarse por una vez la caminata no sonaba mal.

-Está bien-cedió finalmente, haciendo sonreír a este, el cual rápidamente corrió a abrirle la puerta del copiloto.

Tras subirse al automóvil, los dos chicos se miraron, entonces Gulf carraspeó y Mew reanudó la marcha.

-Bien, ¿de qué quieres hablar?- preguntó este impaciente.

-Prefiero ir a un lugar donde pueda detener el coche y dedicarte toda mi atención-respondió misterioso el mayor

El moreno empezó a moverse nervioso pues tenía la impresión de que subirse al coche no había sido una buena idea pero esto fue mucho peor, cuando unos minutos después pasaron por delante del campus y este no detuvo el vehículo.

-¿A d-dónde demonios v-vamos?,¿Por qué no has pa-parado?-preguntó nervioso Gulf.

-Tranquilo Boo, pronto llegaremos.

Este lo miró extrañado pues recordaba lo mucho que Mew odiaba ese apodo y ahora él lo había usado.

-Y ahora me has dicho Boo, ¿Acaso te estás vuelto loco?.

El mayor rió.

-No nada de eso, supongo que ya no me molesta como antes... Mi madre lo dice a cada paso y cada vez que habla de ti.

Gulf sonrió recordando a Anne pues ella había sido muy cariñosa y amable con él, en todo el tiempo que había vivido en su casa.

Finalmente el mayor paró el coche en una pequeña colina, un lugar solidario y a las afueras de la ciudad.

-¿Me has traído aquí para matarme y que los animales salvajes se coman mi cuerpo?- preguntó Gulf mirando a su alrededor.

Mew sonrió negando.

-¿Acaso no recuerdas este lugar?.

Este negó volviendo a mirar y entonces Mew abrió la puerta y se bajó, luego este hizo lo mismo.

- Mira-dijo señalando una gran roca-...allí nos paramos a comer y a descansar el día de que hicimos senderismo con mi familia... Luego al descender te caiste y te lastimaste el tobillo, yo te llevé a cuestas.

Gulf lo miró asombrado de que el mayor lo llevase a ese lugar y recordase ese día.

-Si, lo recuerdo... Yo estaba muy apenado por causarte dolor de espalda, aún así fue uno de los mejores días a tu lado-dijo este entristecido.

Mew se acercó.

-Lo fue para mi también... Tú no lo sabes pero fue a partir de aquel día que yo empecé a amarte... Fue agradable sentir tu alborotado corazón latir en mi espalda y también tu suave aliento en mi cuello.

—¿A dónde quieres llegar con esto?—preguntó el moreno poniéndose más nervioso por la proximidad de este.

Mew suspiró y miró el horizonte.

—Es un hermoso lugar y es nuestro...quería mostrartelo y hacerte ver lo importante que eres para mi.