Quince

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Semanas después y en un control rutinario, descubrieron su embarazo y aunque no se lo esperaba y sabía que era muy peligroso, Anong quiso seguir adelante.

La enfermedad y los continuos reproches de su padre y su hermano por su estado, eran un auténtico tormento para ella pero aún así no cedió, la esperanza de vivir lo suficiente para poder ver la cara de su niño, la ayudó a luchar con todas sus fuerzas.

Mew la admiraba por eso pues él nunca había tenido esa fuerza de voluntad ni el coraje suficiente para luchar por lo que quería y por eso quiso ayudarla.

No quería que su amiga siguiese aguantando los reproches y habladurías en los meses que le quedaban de vida, así que se declaró padre del niño y puso un anillo en su mano.

...-Mew, yo te quiero y sé que tú me quieres pero no puedo permitir que condenes tu vida a mi lado y mucho menos que asumas una responsabilidad que no te corresponde con mi hijo.

-Yo cuidaré de ti y de tu bebé...Amo ese niño como si fuese mío... Déjame devolverte el favor por todo lo que tu me has dado, seré un cariñoso marido para ti y un amoroso padre para Tay.

Finalmente la chica aceptó y se casaron en una boda civil dos semanas después, Este se licenció como arquitecto y consiguió un buen trabajo en un estudio de arquitectura.

Cuando llegó el momento, la chica sintió la necesidad de regresar a su ciudad natal pues quería estar con su madre y que esta conociese a su nieto.

Su hermano y su padre no estuvieron de acuerdo pero a ella le dio igual, sabía que su madre era una mujer humilde y que estaba sola en su vieja casa pero recordaba como le cantaba de pequeña y le peinaba su larga melena.

Mew a pesar de no estar muy convencido accedió a regresar a Bangkok dejando un estupendo futuro en el que tenía posibilidades de entrar como un socio en un prestigioso estudio de arquitectura.

La madre de Anong los recibió con las manos abiertas y aunque era una buena mujer, Mew vio en la pobreza en la que vivía este y se preocupó mucho pues incluso no disponían de un seguro médico para el bebé.

Sus ahorros les darían para esos meses y luego ya no sabría lo que haría.

...-Mew, en cuanto yo me vaya, regresa a Italia, sé que aquí no eres feliz y ver a Gulf te lastima...Perdóname, perdona por arrastrarse hasta aquí.

-No pienses en eso ahora querida, anda descansa.

-¿Enfermedad?, ¿Cómo que regrese a Italia con el bebé?, hija...pero ¿Qué estás diciendo?-la madre de la chica los había escuchado e irrumpió en la habitación.

Rápidamente Mew se salió, llevándose a su suegra fuera.

-Por favor, no la altere con reproches... yo le contaré todo.

Este le relató la historia hasta donde él sabía, tan solo omitió el que él no era el padre biológico de Tay pues eso ya lo habían acordado antes de su nacimiento.

Anong no quería que su hijo fuese criado por su padre o su hermano y que tampoco pasara penurias con su madre y si estos se enteraban de la verdad, seguro lucharían en los tribunales por su custodia entre ellos, así que había hecho prometer a Mew que nunca lo revelaría.

La mujer había estado toda la noche mirando a su hija y a su nieto y se negaba a perderlos ahora que los había recuperado.

Esta sabía que no podría evitar la partida de su hija pues pronto se iría de su lado pero no quería vivir sin ver crecer a su nieto como hizo con sus hijos cuando su padre se los llevó siendo adolescentes.

Ella había sufrido mucho y había perdido todo por su adicción al alcohol pero gracias a la ayuda del centro de desintoxicación y después a la de los asistentes sociales, había conseguido lograr salir de eso y vivir humildemente y con dignidad.

17. Un amor de ensueño -Segunda parte - Mewgulf TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora