❛Príncipe❜ #2 ❝Distinto❞ [YOONMIN] [TERMINADA]

quince*

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"¿Qué?" soltó incrédulo.

"Es la solución que considero más viable, debemos retirar a Jimin del poder." sentenció YoungMi, la Reina Kim, cómoda entre lo cojines de su silla, con su usual expresión intimidante.

"Se supone que tenemos un trato." contradijo Yoongi, indignado, sin enfocarse en sus progenitores o en el rey Kim, poco dispuesto a ceder.

"No te equivocas, pero no nos hace falta territorio, no nos hace falta nada. Mucho menos arriesgar al reino entero." respondió su padre.

"Es mi consorte." fue lo único que encontró para defender su postura.

Y ante la mirada confundida de los presentes, alguien le ayudó.

"La culpa es de los Park, no de su hijo. De haber tenido un plan, ya no estaríamos aquí." le defendió Seokjin, con las palmas de sus manos sobre la mesa en dónde se encontraban reunidos.

"¿Y si esa era la estrategia? Hacernos creer que Jimin es inofensivo, por el tiempo necesario para no notar el ataque desde dentro, quizá, no lo sé ¿Reune información?"

"¿Lo estás llamando traidor?" reprochó el rey Min, contrajo sus facciones, apretó los labios.

"¿Su ausencia no es lo que querías, Yoongi?" le preguntó su padre.

"No me jodas con eso ahora."

"Para ti todo es siempre un ataque."

"No hallaremos solución peleado." la voz de Haneul salió hecha casi un susurro, con la común mirada cansada y ojos tristes.

"En eso tienes razón." continuó YoungMi.

"Bien, bien." el anterior rey Min levantó las manos en alto, entre burlón y resignado, demostrando que se rendía. "Después de todo el mayor peso de la decisión la llevas tú, tienes una semana."

"Si es que no sucede algo grave antes." advirtió su madre.

"Ya decidí." les dijo Yoongi velozmente.

"Y ya te dicho que nos vemos aquí en una semana. Piénsalo bien, hijo, ese niño o la seguridad de toda una nación."

Yoongi contuvo en su garganta la enorme necesidad de gritarle mil razones por las cuáles estaba equivocado.

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Jimin respiraba lento, apacible, no le pesaban los pensamientos ni su cuerpo, su existencia se sentía serena ante la brisa del día, le movía los cabellos de lado a lado, le hacia cerrar sus párpados más de lo común y respirar hondo. Desde la ventana era visible el pueblo Kim, más lejos estaba el propio, no vislumbraba más allá de las edificaciones, pero le bastaba para pensar que todo estaba bien.

Comenzaba a tener frío, el grosor de sus ropas apenas bastaba para combatir al otoño, y la larga espera por su esposo. Se suponía que se le había ordenado esperar en el piso superior, solo que pensó que pasear un poco no causaría mal.

Pasos resonaron desde su derecha, giró su rostro y se encontró de frente con la mirada de la reina Kim, le asustó la expresión en su rostro. Pero supo que podía ir en busca de Yoongi, así que comenzó a caminar.