siete*

583 76 65
                                    

🥀🥀🌹

Min Yoongi.

Mantenía la concentración, como si estuviera a punto de realizar la acción más importante de su vida, sentí que su piel, de haber estado bajo el sol, se parecería a un espejo, por brillante y clara, aunque la mañana ni siquiera había llegado y sus ojos oscuros se cubrían por un par de párpados, pretendiendo mejorar su visión, y los vellos visibles en sus brazos se erizaron cuando sus dedos dejaron ir la flecha, pero ya se había equivocado, lo supe cuando el objetivo siguió intacto, acariciado únicamente por la ventisca del alba.

Noté que, incluso con la curvatura del puente en su nariz, tenía un perfil bastante bueno.

"La fuerza no debe estar en tus dedos." dije finalmente, rompiendo el silencio. Me acerqué a él para intentar relajar su mano.

"¿Este proceso le fue igual de tardado?" me preguntó, soltando otra flecha que decayó a los pocos instantes, sin haber recorrido la distancia adecuada.

"No lo recuerdo, tenía once años cuando comencé a aprender, junto al príncipe Seokjin." respondí.

No fui un prodigio que llevaba el talento y la habilidad en las venas, fui mucho más simple que eso. Si aprendía a usar el arco entonces podía irme antes a hacer cualquier cosa, y eso me parecía más importante que las palabras del profesor, no quise desafiar sus conocimientos ni que mi padre decidiera no pagar por creer que jamás lo necesité, sólo ocurrió.

Lo observé intentar mejorar durante varias horas, tantas que ya no necesitaba seguir a la flecha para saber su final, tampoco hacia falta que Jimin hiciera una expresión triste, bastaba con que sus cejas se tensaran y apretara sus labios, no me lo decía y yo decidía guardar mis pensamientos. El sol surgió y surcó hasta la mitad del cielo, ya no era tan sencillo ignorar la temperatura o las gotas finas de sudor que resbalaban por nuestros rostros, pero había un logro a favor de ambos;

        Jimin ya alcanzaba la distancia adecuada, incluso confiaba en que podría hacer llegar la flecha por mucho más allá de los árboles lejanos, después de solucionar ese aspecto nació un nuevo problema, y era que los objetivos seguían intactos, como si ni siquiera el aire fuera capaz de moverlos un sólo centímetro, porqué las flechas les pasaban por encima o a un lado, más nunca les atravesaban.

Mis párpados no estaban abiertos por completo, no hacía falta, volvíamos a estar en una repetición sin fin de la que el verano me estaba haciendo impaciente, no era capaz de controlar el fastidio que me invadía cada vez que lo veía fallar, hasta que no lo soporté más y tomé mi propio arco, pretendiendo mostrar la manera correcta de hacerlo o, quizá usar mi tiro como excusa y dar fin a nuestra jornada.

Dos figuras a lo lejos impidieron cualquiera de las dos opciones.

"¡Min Yoongi!" reconocí la voz de mi hermano, Jungkook. Era cinco años menor que yo, pero parecía tener veinte años de vigor acumulado que se renovaba cada mañana, no era de extrañar que, hasta ese día, todas las cuidadoras lo hubieran nombrado como el mayor reto al que se enfrentaron alguna vez.
       Era imposible adivinar esa información justo cuando lo estaba viendo, sosteniendo tiernamente la mano del príncipe Taehyung que, a su vez, traía consigo un panecillo en el mismo brazo con el que sostenía una canasta.
Porqué cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, sonrió, como si no hubieran 'muerto' en sus manos una cantidad incontable de jarrones preciosos hechos de distintos materiales [algunos que se creían indestructibles] y aún así, cuando se lanzó a mis brazos, lo sostuve, tuve que moverme rápido porqué Jungkook no era precisamente un maestro en el cálculo y casi cae al suelo por haber saltado muy pronto.

❛Príncipe❜ #2 ❝Distinto❞ [YOONMIN] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora