tres*

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✿Min Yoongi

Tenía cuatro años cuando noté la diferencia entre los monarcas y el resto de personas. Perseguía a mi mejor amigo por los pasillos de mi hogar, giraba repentinamente en las esquinas y casi me choco de frente con un par de paredes, hasta que sucedió, no fue una pared, fue un sirviente y una gran cantidad de comida en una charola de plata que quedó esparcida por el suelo cuando intentó esquivarme. Es obvio que debí disculparme, pero comencé a llorar y mi padre, un minuto después de darse cuenta, le hizo pedir perdón de rodillas, con la cabeza pegada al suelo, implorando entre su propio llanto para no perder su trabajo, supe que yo jamás sería forzado a hacer algo así y que, por el contrario, tenía el poder de hacer que eso sucediera, con mi voz o mis lágrimas.

Me gustó la sensación que tuve, como capaz de todo, estaba lejos de conocer la culpa o el sentido de la moralidad, así que abusé mucho de ese poder, creí que sería mejor cuando fuera como mi progenitor, pero como todo ingenuo, desconocía que nadie, ni siquiera los monarcas, tienen la capacidad de escapar de las cosas desagradables.

Pasé minutos, tal vez horas, mirando el techo de la habitación, fingiendo, entre el silencio, que seguía durmiendo y que aún no empezaba mi primer día como rey, que ni siquiera era uno, que no existía. Froté mi rostro con mis manos mientras me removía entre las sábanas, quise volver a dormir para despertar durante la noche, caer en brazos de Morfeo hasta que el sol me golpeara y hacer lo mismo, en ciclo, para siempre.

Mis oídos se llenaron del sonido de las olas golpeando contra arena, pensé que, quizá, eso fue lo primero que escuché en mi vida y que tenía potencial para ser lo último, si muriera en ese preciso instante, claro.

El golpeteo rítmico en mi puerta sacudió bruscamente mi realidad, me quejé mentalmente por la habilidad que tenían mis sirvientes de irrumpir en mis momentos más pacíficos. Enderecé mi torso antes de hablar. "Entre."

"Prín-Rey." se corrigió, supongo que así seré llamado desde hoy. "Su consorte me ha dicho que se fue a una de las habitaciones pero fue difícil encontrarlo ¿Desea que sirva su desayuno?" preguntó con calma, y rogué para que mis padres no se enteraran de esto.

"No me moveré de aquí, descuida. No deseo comer pero aún así necesito que hagas algo, quiero ver al príncipe Kim lo antes posible." ella asintió antes de salir de la habitación.

Volví a dejar caer mi cuerpo sobre la cama, no tenía la fuerza para moverme ni un solo centímetro porqué ¿Qué se supone que hace un rey? ¿Dar órdenes? ¿Volverse más aburridos cada día? ¿Procrear herederos? ¿Forzar a sus hijos a casarse? Bueno, eso último era seguro.

Cuando reuní la energía suficiente para levantarme mi cabello estaba desordenado, nada tenía sentido, ni siquiera mi ropa tenía sintonía, era un completo desastre pero, muy seguramente, yo lo era más.

Cubrí mi cuerpo con un conjunto de color negro, se veía bien pero no variaba demasiado, y agradecí internamente a mis dioses por el tamaño del castillo, no quería caminar y su extensión menor a otros estuvo a mi favor.

"Buenos días, rey." me saludó Jimin cuando llegué al comedor principal, apenas sonreí y, sin decir nada, respondí a sus palabras con un leve movimiento de cabeza.

"¿Sabes dónde están mis padres?" pregunté.

"No lo sé, rey, me han dicho que volverán en unos días, en realidad, dijeron muchas cosas, así que no puedo recordar la mayoría." a veces hablaban mucho, era desesperante.

❛Príncipe❜ #2 ❝Distinto❞ [YOONMIN] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora