Narrador.Cuando el miércoles en la tarde término, con ello lo hizo también los tres tortutosos días de exámenes.
— Por fin somos libres —Jaemin se abrazo a Jisung que se quejo por el peso extra.
— Creó que me salieron ojeras —Afirma Elkie tanteando debajo de sus ojos.
— Pero si luces hermosa~ —Yeeun se acerca besando su mejilla.
Elkie soltó una risilla boba y sujetaba la mano de la rubia.
Sintió el peso de Jaemin desaparecer de encima percatándose de que fue tomado de la cintura por Renjun— No hagas que Jisung se fracture la espalda por tú culpa, Jae —Jaemin acurrucó su cabeza contra el cuello del mayor que sonrió besando su frente.
Jisung se detuvo dejando que ambas parejas fuesen por delante, les miro desde atrás con una sonrisilla. Una que apenas era visible, realmente estaba-
— ¿Cansado?
Dio un brinco de la sorpresa, miro por sobre su hombro encontrándose con Seungmin que le regalo una sonrisa.
— Un poco —Respondió simplemente, Seungmin se colocó frente a él y Jisung lo siguió con la mirada.
— ¿Te acompañó a casa?
— No, gracias —Susurró pero para sorpresa de ambos, Jisung colocó su frente sobre el hombro de Seungmin, el más alto lo sujeto de las caderas aprovechando de atraerlo más a su cuerpo.
— ¿Jisung? —Miro de reojo a ambos lados percatándose de que ambos –al menos de al rededor–se encontraban solos.
— Dame un segundo, por favor.
Seungmin se quedó quieto mirando lo único que se veía del rostro de Jisung, sus regordetas y adorables mejillas.
Tras unos minutos finalmente Jisung se separó, Seungmin le miro confundido pero sus orejas se pintaron de rojo al ver al otro sonreírle
— Gracias Seungmin.
Tras decir aquello, se alejó dejando al otro con un problema existencial.
Cuando Jisung llegó a su casa se dejo caer sobre su cama, cerro sus ojos tratando de que el sueño no le ganará, por alguna extraña razón, su cuerpo se sentía pesado.
Al menos los tres días de exámenes habían terminado. De hecho, debería agradecerle a Minho su ayuda, sin él las noches en desveló habrían sido constantes, pero por su ayuda, consiguió hasta poder redactar bien las preguntas abiertas –que se le daban pésimo–.
No supo en que monento de sus pensamientos ocurrió, pero cayó dormido como cuando Aurora se pincho con la aguja.
🌈
La mañana del día siguiente fue tediosa, había despertado con un dolor de cabeza terrible y con el cuerpo pesado, con pequeños escalofríos recorriendo su cuerpo de pies a cabeza cada cinco minutos.
Se levanto dispuesto a cambiarse e ir al instituto, pero para su desgracia no pasó de la puerta, término cayendo sobre el suelo haciendo que un quejido escapé de sus labios.
Se toco el rostro comprobando sus sospechas, se encontraba hirviendo en fiebre. Y no era todo, si no que sentía que en cualquier momento terminaría desmayado ahí, en su puerta.
Como pudo se fue hasta su cama en donde volvió a recostarse, cerró sus ojos con fuerza queriendo desaprecer. El dolor de cabeza no lo dejaba y cada segundo era mínimamente peor.Supuso que ese día, por está vez, estaba bien quedarse en casa.
Por la tarde de ese mismo día, no había mejorado bastante, para ser sinceros no tenía medicina alguna y tampoco podía levantarse a comprarla. Lo había intentado y quedó desplomado en el suelo como una muñeca de trapo. El único remedio era dormir hasta que pasaran todos sus delirios.
Abrió los ojos con pereza cuando el sonido de la puerta golpeando le despertó, se levantó tragando saliva al hacerlo y camino hasta ella recargándose en las paredes del departamento.
Sus ojos miraron confundidos al muchacho del otro lado de su puerta, rostro serio, ojos filosos y cabello rojizo.
— ¿Jeongin? —Susurró posando su cabeza sobre el marco de la puerta.
De inmediato, al pelirrojo se le fruncio el ceño — ¿Jisung? ¿qué pasa, te encuentras bien?
— ¿Cómo sabes... dónde vivo?
— Soy el presidente del consejo estudiantil, tengo mis accesos —Comenzó a decir rápidamente, para después agregar— ¿éstas bien? —Inisiste
— No mucho —Admitió— creó que tengo fiebre.
Jeongin acercó su mano retirándola tan pronto como hizo contacto con su mejilla.
— Deminios, éstas ardiendo-
Con unos reflejos asombrosos Jeongin logró atrapar el cuerpo de Jisung que por poco se desploma sobre el suelo. Jisung dejo caer su cabeza sobre el hombro del pelirrojo que lo tomó entre sus brazos al estilo nupcial.
— Voy a entrar —Aviso cerrando la puerta con el pie y dejando caer sobre el escritorio más cercano el cuaderno que llevaba.
Dejo al mayor sobre la cama que en cuanto sintió la suavidad de esta se hizo bolita.
— ¿Has tomado algo?
— No tengo medicinas —Respondió a lo que Jeongin le miró incrédulo.
— ¿Cómo que no...? Olvidalo, ahora regreso iré a comprarte unas.
— P-Presidente —Susurró a lo que el pelirrojo le miro— regresa pronto... por favor.
Jeongin suspiro, acarició su mejilla y asintió — No te preocupes, lo haré —Dicho eso volvió a irse, dejando la puerta sin seguro.
Después de una media hora, finalmente Jeongin volvió. Dejo sobre la mesa un vaso de agua y sacó de las cajas las pastillas para la fiebre.
— Jisung dejame quitarte la sudadera por favor —Jisung negó— prometo no mirar, anda —Jisung le miro fijamente para después asentir.
Jeongin aparto la mirada y acercó sus manos a la cadera del castaño tomando la sudadera que empezaba desde ese lugar. La retiro lentamente y con cuidado, una vez hecho la dejo sobre la cama bien doblada.
— Abre la boca —Pidió.
Jisung hizo caso a lo dicho y sintió la pastilla en su lengua, Jeongin le entregó una el vaso que bebio hasta el fondo.
— Gracias.
— Debiste llamar a uno de tus amigos, quién sabe cuanto llevas con está fiebre —Reprochó colocando la caja nuevamente en la bolsa
— No tengo teléfono.
Jeongin suspiro, iba a levantarse cuando la mano de Jisung se colocó sobre su codo.
— Yo... uhm... —Cerró los ojos— ¿puedes... quedarte conmigo?
El pelirrojo sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
— Bien —Se acomodó sobre la cama quedando con la cabeza del castaño sobre sus piernas.
Jeongin dudoso acerco su mano a los cabellos apenas mojados por el sudor de Jisung y los retiro de su frente.
Cuando pasó un mechón de cabello detrás de su oreja, lo vio. Un tatuaje en entre el lóbulo y el antitrago de la oreja, se trataba de dos hojas completamente negras. Pasó su mirada al brazo del muchacho en donde se encontraban sus otros tatuajes.
Había prometido no mirar pero... era tentador.
Acarició con la yema de los dedos cada lugar donde la tinta sobre su piel estaba. Hasta después, su mano se posó sobre la de Jisung acariciando sus dedos.
Volvió la mirada a su rostro y suspiro rodando los ojos, no podía creer que se comportara de esa manera, pero en verdad... Jisung había captado su atención por completo.
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𝐖𝐨𝐥𝐟 | JisungHarem
De TodoJisung después de haber vivido la mayoría de su vida en Incheon, repentinamente se ve mudándose a Séul. Las razones de la mudanza prefiere guardarlas para sí mismo pero no es fácil tampoco ocultar el hecho de que era un ex-delincuente, aún así, está...