𝐖𝐨𝐥𝐟 | JisungHarem

capítulo treinta y tres.

Advertencia: relaciones sexuales.

Narrador.

Minho soltó un suspiro en cuanto varios besos fueron dejados sobre su mejilla, Jisung no tenía para nada compacion del muchacho que conducía e intentaba no caer en sus encantos para no tener un accidente.

Tras lograr llegar a casa a salvo, aparcó el carro y salió del mismo para apresurarse a ir y abrirle la puerta al menor que le sonrió conqueto.

— Que caballeroso, —Siseo entregándole la mano a Minho que se la había pedido— me gustan los hombres caballerosos.

Minho arqueó una ceja, Jisung no soltó su mano y lo encamino a la puerta de su casa en dónde comenzó a besarlo. Minho abrió la puerta y al entrar ambos, lo sujeto por los glúteos cargándolo.

— Estas borracho, simplemente debería llevarte a casa —Susurró no tan convencido de hacerlo de esa manera.

— No estoy borracho —Afirmó— quizás drogado pero no borracho.

— Eso no es mejor, Jisung.

— Ah Minho —Coloco un dedo en sus labios haciéndole que guarde silenció— escucha, estoy bien y lo que pase esta noche es porque te lo permití. Ahora, llevame a tú habitación, mañana prometo recordar todo.

Minho soltó una risilla, cargo como un bebé koala al castaño que en ningún momento dejo de repartir besos por su rostro aún cuando le pidió parar por si chocaban contra algo. Al entrar en su habitación lo recostó sobre la cama y se puso entre sus piernas mirándolo fijamente a los ojos.

— Me gustas.

— Lo sé, ya me lo habías dicho.

— ¿Yo te gustó?

Jisung calló por un segundo, colocó una mano en la mejilla de Minho y lo besó, tan delicadamente que Minho juró caer más por él.

Se deshizo de su camiseta lo que provocó que Han mordiera su labio inferior acariciando todo su torso y pecho. Las próximas prendas en desaparecer fueron la sudadera y camiseta de Jisung, dejando libre los tatuajes en su piel.

Trazo poco a poco los que alcanzaba a ver con la punta de sus dedos — Eres bellísimo, —Admitió dejando un beso en su vientre— creó que simplemente sería feliz mirándote, mirando tus tatuajes, tu piel, tus ojos, tu sonrisa... sería muy feliz si solo estuvieras conmigo, Jisung.

Esas palabras fueron directo a su corazón, y antes de que se pudiera a llorar en ese momento, le regaló una gran sonrisa a Minho.

— Besame por favor.

Y así lo hizo, las últimas prendas también desaparecieron en un segundo y ahora Minho podia apreciar a la luz de la luna el cuerpo desnudo del castaño.
Besando cada parte de su cuerpo que lograba alcanzar se dispuso a prepararlo, el menor se dejo hacer y se sintió encantado, la manera en la que lo tocaba estaba logrando tenerlo pérdidamente encendido.

Minho se inclinó y dejo un beso casto en su cabeza para seguido penetrar al castaño que dejo escapar el aire que no sabía que contenía. Hizo un vaivén rápido y duro sacándole varios gemidos al menor, o más que eso parecían gritos.

Enterro sus uñas en los bíceps del mayor y cerró fuertemente sus ojos. Sintió la respiración del vicepresidente golpear contra su cuello al mismo momento en que mordía y lamía. Sus ojos podían ver la espalda de Minho y juraba querer marcar toda ella con rasguños por lo que sus manos lo sujetaron de la espalda y de inmediato encajo las pocas uñas que tenía.

Las manos del pelinegro recorrieron desde su cintura hasta sus costillas, todo sin dejar de darle el merecido placer al chico debajo de él, sonriendo con dulzura, Minho besó los labios ajenos haciendo a Jisung sentir un escalofrío recorrer todo su cuerpo.