Fictober [Yugkook]

❥ Día 12: Quemándose

Se paseó por el lugar con cierta confusión, tratando de analizar cada cosa que veía al rededor, viendo desde donde los ojos estaban puestos en él y hasta donde podría realizar sus acciones sin ser descubierto por las cámaras de seguridad o los propios guardaespaldas del señor Lee.

Así, vio que su equipo a lo lejos, ya habían derribado un total de 5 guardias en tan solo unos minutos haciéndole sentir tan mal porque él ni siquiera había podido hacer mucho.

Por último, optó por ocultarse atrás de un pilar a suspirar, el ambiente estaba tan tenso que le generaba ciertas nauseas implorando que todo acabara de una vez, debía ser cuidadoso con cada paso que daba, sin llamar la atención ni por las personas más fuertes ni por las familias de los hombres más importantes del mundo que estaban involucradas entre medio también; inocentes de todo lo que estaba pasando a su alrededor, así que un paso en falso y no solo su vida estaría acabada sino también de personas que estaban ahí solo para hacer compañía.

YuGy, atrás de las cortinas sacó su pistola de su bolsillo colocando las balas bien sobre ella, era bastante ligera y de un bonito color gris, debía confirmar sí se trataba enserio de un arma silenciosa, además de que tendría que estar viendo cuál sería su presa. Jinyoung estaba no muy lejos suyo observando el panorama simulando ser alguien extra en el lugar, y Mark había pasado como un rayo a su costado hace menos de un minuto diciéndole que había un blanco al frente para él solo caminando por los pasillos solitarios del lugar. YuGy lo observó, un guardia que le daba su espalda, vistiendo de un traje azul con cabello rojizo como el de su compañero observando hacia los costados.

Cerró sus dientes con cierta fuerza apuntando bien a su cabeza, sin embargo, antes de jalar el gatillo alguien se adentró por los pasillos, poniéndose en frente del guardia, hablando algo con él de manera animada mientras meneaba muy suave sus caderas al igual que su largo y enrulado cabello negro.

YuGy creyó que se trataba de alguna especie de sueño, o que su mente le había jugado una mala pasada ¡No podía ser él! ¿O... Sí?

Kook, su Jungkook, hablaba con un guardia de la familia Lee con una sonrisa coqueta pintada en su rostro, vestía un bonito traje rojo que resaltaba su cuerpo tan bien formado, su cabello cayendo por los costados de sus hombros más largos de los que él recordaba... Quedó incapaz de hacer algo al verlo, hecho una piedra en su lugar, no podía disparar luego de ver a su enamorado ahí en frente; uno porque él haría acto de presencia de su acción tan fría, y segundo porque podría delatarlo luego, por más que fueran amigos ninguno de los dos sabía realmente en que mundo estaba involucrado el otro, así que era mejor evitar hacer movimientos por temor a lo que estuviera por pasar si lo hacía.

¿Qué debería hacer en una situación tan pesada donde las ordenes estaban pesando en sus hombros y a la vez su corazón le gritaba que fuera abrazar a su amigo?

Jungkook, su Jungkook; tan bonito como recuerda haberlo visto la primera vez, elegante con su traje rojizo y su cabello bonito muy bien cuidado; sacó un cuchillo de atrás de su espalda que ni siquiera notó que traía, pero que se veía sospechoso desde un principio al tener las manos en la espalda.

Con fino detenimiento observó cómo, quien pareció ser un adorable chico que jamás le haría daño ni siquiera a una hormiga e incluso le tenía miedo a algo tan insignificante como a los gatos y al microondas, clavó su arma afilada obre el cuello del tipo, deslizando el filo por su costado haciendo del tipo como si fuera una fuente, pero moviéndose muy bien para que la sangre no tocara absolutamente nada de su cuerpo, dejó que el arma siguiera en su cuello, y tiró su cuerpo sin vida hacia un costado con una expresión sombría sacándose de repente unos guantes de color negro que adornaban sus deditos.

Cuando su mirada se posó al frente palmeando sus manos haciendo un buen trabajo, juntó sus ojos con los de YuGy por unos instantes, el mundo se paralizó por unos momentos, y Jungkook le sonrió de una manera bonita que Gyeomie se olvidó por unos segundos del panorama que estaba a su alrededor, y que ya alguien lo había visto con su arma en manos.