❝ Sweet bunny .❞ ┊ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ.

♡.

— Uno... 

Entrecerró sus ojos arrugando su nariz al mirar aquellas bolas de algodón quietas en el sofá, y por decir quietas significaba para nada eso, era todo lo contrario des afortunadamente para el omega. Quién estaba a nada de perder la paciencia, sabía que tenía tres hijos pero a esos tres debía contarlos antes de salir para asegurarse de no olvidar a ninguno como paso una vez anterior que no quería recordar. Al subir al auto de nuevo los contó y resulta que Chaeryoung se había quedado en el sofá esperando ser contada, pero esta vez eran tres conejitos, tres conejitos de diferentes colores que bien reconocía pero se camuflaban entre la paleta negra y blanco en aquella casa minimalista dónde vivían. 

Siendo los tres de nombres completamente diferentes . 

Chaeryoung. La hermana mayor, una conejita completamente blanca llena de manchitas rosadas a su alrededor. 

Chaeyong. La hermana del medio nacida segundos antes de que el más joven naciera. Una conejita de color negro con manchas blancas en sus orejas. 

Y, Chanyeol. El hermano menor, un pequeño conejito marrón con ninguna mancha a su alrededor. 

Ellos tres eran los hermanos Kim, que, con la mayor teniendo cuatro años de edad y los mellizos solo dos, hacían completos desastres alrededor de

— ...Dos...

Al contar el dos, el uno era quién siempre se escapaba y ante ello fue por ella. Chaeryoung, la hermana mayor era quién siempre causaba más revuelo en la casa causando a sus hermanos menores ser igual que ella. Un desastre total, pero en todo esto, ¿dónde estaba su querido y amado esposo dueño de cada una de sus fantasías y sueños más perfectos?. Era una excelente pregunta, de hecho. Porque ni el mismo JungKook lo sabía, básicamente, con el cuidar de los niños y TaeHyung trabajando. el contacto entre ellos era muy poco. Tae llegaba tarde muchas veces y ese omega ya se encontraba durmiendo luego de haber cuidado él solo a tres cachorros, era tan difícil y se cansaba, claro que sí. A Veces era tan frustrante para él que terminaba llorando en medio de corretear a esos pequeños subiendo y bajando las escaleras a cada instante. 

Llamarlos era un enredo total, terminaba diciendo otra cosa que no era nada parecida a sus nombres e incluso nombrando personas que ni tenían que ver en el tema. Pero, eran sus hijos, y daría su vida por la de los tres. 

— Chaeryeong...por favor, quédate quieta. —susurró intentando no llorar. — Sabes que es difícil cuidar a los tres mientras tú padre no está,no lo hagas más complicado...—.

Hace tanto JungKook no tenía un tiempo para "él". Su cabello estaba tan desordenado, ya no le importaba si sus prendas lucían lindas o no ya que ni salía de la casa, solo era... un sirviente y odiaba a veces serlo. Suspiró, pasando sus manos por su rostro completamente frustrado y sollozó,  fue una señal para que los pequeños se quedaran quietos por completos. Aquellos esponjosos conejitos acercándose a su mami para olerla con curiosidad y miedo, ¿mamá había sido lastimada?. 

— ...¿Cariño?. — una voz que bien conocía le hizo sobresaltarse, alzando su mirar hacía la entrada para darse cuenta de quién estaba ahí. 

Era ese mismo ángel con el que se había casado hace casi cinco años, ese ángel que entraba con su aura brillante y hacía brillar a todos dejándolo a él casi en el sub suelo de la tierra. Mirando como se acercaba JungKook solo pudo negar, no recordaba la última vez que había visto su rostro tan cerca del suyo, no recordaba siquiera el tacto en su piel. Y Eso solo lo hacía sentir tan derrotado, justo ahora se sentía una hormiga pequeñita pisada por un gran zapato. Los pequeños estaban confundidos tan solo quietos en su sitio no tardando en pasar a su forma humana, sentados en el sofá en el orden en que nacieron mirando a sus padres...no mirarse. TaeHyung sabía la situación, y no era la primera vez que pasaba, recordaba escenas de cuando eran solo novios y vivían juntos,de cuando por trabajo se debía alejar de JungKook pero esto era tan distinto. Era Jeon quién cuidaba de tres cachorros pequeños.