08.

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— ¿Amor?—llamó, entrecerrando sus ojos. — aquí estoy cariño. —.

Y Ahí estaba, saliendo del pequeño baño que dividía la habitación, luciendo una de las camisetas grandes de su anhelado Alfa, pero remodelada, la había apretado con un broche en su espalda para que así esta delineara su figura en frente, su lindo tórax, su fina cintura y sus anchas caderas, era transparente y podía verse incluso más allá de su blanca ropa interior. Detallando esas orejas blancas que sobresalían de su cabeza y caían sutilmente por sus hombros, rosadas por dentro y tan blanquecinas y esponjosas que él adoraba tanto acariciarlas. La cola de Ggukie se movía entre sus glúteos, igual de esponjosa o más que sus orejitas, desvaneciéndose junto a ellas en cuestión de segundos. TaeHyung mordió su labio inferior, tantos años viviendo juntos y esta era la primera vez en que veía a su omega lucir de esa manera una de sus camisetas y todo sus atributos especiales.

— Alfa...—llamó. — ¿me veo bonito? —.

Alfa no sabía que decir en ese instante, se había quedado sin aire, su cara estaba completamente roja y ni siquiera podía reaccionar, no cuando un lindo omega se acercaba a él mirándolo con completo deseo.

Iba a ser una larga noche.

Su pecho ardió cuando las manos de Ggukie se posaron allí, inhalando y exhalando aire con pesar, ese aroma lo golpeaba con tanta fuerza que podía hacerlo caer en cualquier momento. Pero cayó, cayó al abismo del placer en cuanto ahora sus labios se unieron en un húmedo beso que su pequeño creo, rodeando su cintura para dar la vuelta y terminar recostándolo en la puerta, oyendo un suave jadeo entre sus labios. Las piernas del ojiazul terminaron en las caderas de él azabache, apegándolo a su cuerpo conforme los dedos de sus manitos se enredaban en los cabellos que bajaban por la nuca de su amado.

— n-no...Dijiste si me veo bonito, a-alfa...

Susurró el pequeño, sacándole una pequeña carcajada al contrario. Quién delineó con sus grandes y venosas manos esa hermosa silueta, esas curvas perfectas.

— mi amor...eres perfecto, eres hermoso, con cualquier cosa que te pongas, te verás mucho más que bonito, te verás precioso. —jadeó. — pero justo ahora, te verías precioso sin nada. —.

Tenerlo de esa manera simplemente era pecado, y sí, él quería pecar porque amaba hacerlo con JungKook debajo de las sabanas y entre jadeos y gemidos amaba cómo llegaban a unirse por completo. Un hormigueó recorrió el vientre del menor, quién gimió ante la manera en la que su amado tocó su cuerpo por debajo de esa tela tan fina que apenas podía tapar más allá de su rodilla, estaba ansioso, ansioso por ser esta noche la pequeña naranja de TaeHyung, ese que iba a morder y luego succionar con tanto deseo y anhelo. Sus luceros brillaban como estrellas mientras Kim lo tenía hecho un desastre, los labios del Alfa se mantenían pegados a la piel de su cuello marcando a través de succionadas y mordidas estas, sintiendo de manera exquisita las reacciones del cuerpo de omega, como este daba pequeños espasmos y luego gemía alto en su oído.

Sabía que hoy iba a ser una buena noche.

Las manos del más joven recorrieron la espalda desnuda de su amado, sus uñas delineando su columna vertebral y luego volviendo a enredar sus dedos en su cabello conforme arqueaba un poco su espalda debido a las acciones de su mayor y la constante atención en una de sus zonas más sensibles.

Alfa...m-mhn...

Este mencionado sentía todo su cuerpo adormecido mientras sus manos temblabas en un insistente cosquilleo, la ansiedad de querer tocarlo y tomarlo por completo, pero antes de simplemente ir al punto brusco, él quería brindarle amor a su pequeño.

❝ Sweet bunny .❞ ┊ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora