҂🌻❐; ➢ ❝ un dulce conejito celoso de su cachorra bebé y un Alfa que hace lo posible para no hacer llorar a ninguno de ellos dos. .❞
꒰-ella sólo llora para llamar tu atención, alfa, ¡yo también puedo hacerlo!.꒱
Creada en : Abril 2020.
Finalizada: J...
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El viento golpeaba con fuerza sus cabellos, haciendo que una gran sonrisa apareciera en su rostro mientras sus ojitos se encontraban cerrados. Su pecho cálido, su corazón latiendo con fuerza. Él mirando detalladamente su hermoso rostro, cómo sus oscuros cabellos caían por su frente y se movían al ritmo del viento, sus parpados cerrados con esas curvas tan perfectas, la punta de su nariz algo rojiza por el frío que comenzaba a sentir su cuerpo y sus labios formaban una hermosa sonrisa que pronto se volvió en una amplia. Para TaeHyung, Jeon JungKook era perfecto. Un ángel tan delicado que cayó por error en este mundo, si, justo así. Un ángel con un ala rota que más que nunca necesitaba atención, ayuda, amor. Ggukie había pasado por mucho, y agradecía a quién fuese que sea quién lo puso en su camino. Vivía por momentos cómo este, en dónde ambos se encontraban en lo más alto de una montaña mirando cómo el sol se ocultaba lentamente tan cerca pero a la vez tan lejos de ellos.
Sabía que, por el brillo en sus ojos, él se estaba divirtiendo. Sabía que, por lo dulce de su aroma, estaba feliz.
Y Es que TaeHyung recordaba perfectamente cuando un jueves de hace dos semanas atrás, apenas ellos conociéndose, quiso saber más de ese lindo omega que se sentaba siempre al fondo del salón con la mirada fija en la ventana quizá esperando algo, mirando al cielo con ojos brillosos y una hermosa sonrisa, sonriendo al recuerdo de JungKook sólo diciendo suavemente con anhelo en su corazón;
" quisiera ver un atardecer. "
Por más "insignificante" que fuese aquel deseo, Ggukie jamás había tenido la oportunidad de hacerlo, siempre terminaba volviendo a casa antes de la cuatro y su abuela no le permitía salir más por los peligros de la ciudad, del bosque y del mundo.
Pero TaeHyung ese día se prometió el cumplir ese anhelo.
Y he aquí tan esperado día.
Era la primera vez que omega se quedaba luego de las cinco en un lugar sin la mujer que lo cuidaba, era tarde para él, y estaba algo asustado. Pero con TaeHyung ese miedo podía desaparecer de inmediato. Hacía un poquito de frío, el cielo pintaba colores rojos, azules, naranjas. Se veía hermoso. Un picnic había preparado cierto Alfa, una manta estirada en el pasto verde manzana dónde se encontraban mientras en varias canastas diferentes tipos de comidas y frutas, también verduras cómo las zanahorias y es que.. ese Alfa supuso que a un conejo le gustan las zanahorias,más Ggukie, no es fan de ellas. Sólo se dignó a comer muchas galletas y sándwiches de atún mientras esperaba que su amor le diese tal sorpresa, púes Tae no le había dicho nada aún, sólo se habían reunido con la intención de "una cita". Hasta que el reloj marcó las cinco y cincuenta y cinco, el viento sopló una vez más, y TaeHyung supo que era el momento perfecto para lo que estaba esperando con ansias.
— allí. —habló Alfa. Omega volteó un momento hacía él. — ve al cielo. —.
Confundido, alzó su mirada una vez más y fue dónde un brillo fuerte lo cegó por un momento. Entrecerrando sus ojitos intentando acostumbrarse a esa intensa luz que luego le pareció preciosa, el gran y redondo sol de color rojo estaba destellando el cielo en colores naranja que resaltaban demasiado. Los orbes azules de JungKook brillaron con intensidad llenándose de esos cálidos colores mientras sentía lágrimas estancarse en ellos. Sentía su corazón querer salir de su cuerpo, sentía el anhelo de ir hacía allá y tomar el sol entre sus manos, quería sentir las nubes en su rostro y saber lo hermoso que sería la suavidad y frescura, la calma, la paz. Perplejo por la belleza que algo tan insignificante para muchos irradiaba.
—a-alfa...
Justo en ese momento JungKook creía estar viajando al cielo con tan sólo mirar esa hermosa escena que lo conmovió por completo, las lágrimas inconscientemente bajaron por sus cachetes iluminados fuertemente por esa luz proveniente del sol y sus últimos destellos del día. Para TaeHyung, esa hermosa maravilla natural no se compraba con la belleza de su omega, de su destinado, de Jeon JungKook, un lindo pequeño que estaba completamente endulzado no sólo por esa imagen, sino porque, TaeHyung cumplió hasta ahora cada una de sus promesas.
Cómo la de llevarlo al cielo.
—es..es hermoso...
El cielo ondeaba en esos profundos colores que por alguna razón le transmitían mucha paz y seguridad, el viento golpeando nuevamente su rostro haciendo que sus ojos se cerraran repentinamente formando una hermosa sonrisa que mostraba sus dientes de conejito. Esa misma tarde, esa misma noche, el lazo entre ambos creció. Él día en el que se prometieron más que ir al cielo juntos, más que explorar cada rincón del mundo, el día en el que se prometieron amor eterno.
Al conectar sus miradas cómo ya tenían costumbre, ambos sintieron esa chispa interna que también se había vuelto costumbre sentir cada que se miraban, o cada pequeño roce de sus cuerpos. El rostro del mayor fue acercándose con cautela y lentitud al del omega, quién al mismo ladeaba su carita para de un instante a otro sentir la respiración tibia de su amado cerca de la suya, ambas uniéndose en una sola mientras los dos por inercia cerraban sus ojos y dejaban que sus emociones y sus almas hablaran por si solas, dando paso así, a la primera unión de sus labios.
El primer beso de JungKook.
El primer intento que resultó acertado para TaeHyung. Púes más de una vez hizo un esfuerzo para lograr probar esos labios.
Y Justo ahora se había dado cuenta de que sabían muy bien, estos moviéndose con dulzura, timidez y lentitud sobre los de Ggukie, quién, sí, había viajado al cielo, estaba viajando al cielo justo en ese momento, estaba siendo envuelto en el tibio y cálido viento del otoño, estaba alzando su manos para tocar la galaxia y luego caer en los brazos igual de cálidos de un chico al que estaba seguro de amar con todo su ser.
Y Con el poco conocimiento que Ggukie tenía sobre el amor, él aseguraba estar más que enamorado de ese chico.
Alejándose con suavidad de esos esponjosos labios que desde ahora se habían vuelto la fresa que a diario quería probar, sólo mostró una tímida sonrisa, bajando su mirada con el ardor de sus mejillas más fuerte que nunca.
— dulce conejito. —susurró TaeHyung, acariciando con sus dedos la mejilla tibia de su amor.
Ese omega sólo pudo sonreír mientras se sentía tan dichoso, risueño,tan feliz de haber podido ver el atardecer cómo una de sus sueños frustrados y más..al darse cuenta de que TaeHyung, su Alfa, su destinado, estaba ahí con él, ambos apreciando la belleza de un hermoso lugar, de una hermosa persona, de hermosos sentimientos. Siendo el mejor día, la mejor tarde, y la mejor noche. Debajo de cálidas sábanas en una habitación pequeña dónde los morbosos sonidos de un amor pasional hacían eco, Alfa y omega se habían entregado por completo. Sellando la promesa de amarse hasta la eternidad con palabras puras que brotaron de sus almas.
— te amo. —dijeron los dos al unisono.
Ellos eran el sueño del otro, el frustrado deseo y anhelo. La clara definición de amor puro y verdadero.