13.

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Con el ceño fruncido y sus labios abultados, tan sólo se dignó a guardar prendas de su ropa en aquella caja mágica cuyo nombre había olvidado y debido a la rabia del momento no le importaba para nada llamarla caja mágica. Gruñó, su naricita se movía rápidamente debido a sus rabietas y berrinches. Mirando con mala cara a ese quién es su novio realizando la misma acción que él. 

— Deja de mirarme así. —ordenó Kim, relamiendo sus labios.

Doblando un abrigo de Chaeryoung para colocarlo con delicadeza sobre otra prenda de ropa dentro de la caja mágica. Conejo rodó los ojos, aun mirándolo. Sus cejas enarcadas en el centro y su mandíbula tensada con el respirar siendo tan rápido. Y Bien, simplemente no le gusto escuchar a su pareja decirle "empaca tus cosas" sin dejarle en claro a dónde demonios iban, y tampoco le gustaba que cada que preguntase eso este le ignorara, ahora iba a ignorarlo pero, que supiese que estaba enojado.

— Amor, no puedo decirte nada porque es sorpresa.

Se defendió Alfa.

— A Mi no me gustan tus sorpresas, al final terminan siendo malas bromas que hacen sentirme mal.

Contraatacó omega.

¿Y Que había pasado exactamente para que aquella linda pareja estuviese de ese modo? Bueno, luego de la compra que TaeHyung hizo el día anterior y aquel anillo que guardaba en ese abrigo azul en el armario, había decidido pedirle a JungKook ser esposos en la cabaña de su difunta abuela quién murió para él nacimiento de Chaer. Aquel campo floreal lleno de mariposas y girasoles con una bonita casa en medio de la colina, dónde se casaron hace cuatro años. Tal vez no hoy exactamente iba a pedírselo, pero pasarían desde hoy viernes hasta el lunes en aquel lugar. Y Se encargaría de formar un buen ambiente para ellos tres. Siendo una sorpresa, claramente, no debía decirle nada a aquel pequeño y terco conejo sobre eso, pero su terquedad era dura, en serio. Llevaba más o menos una hora mostrando esa adorable cara de enojo que hacía derretir de ternura al mayor.

Chaeryoung estaba en el suelo de la habitación jugando con unos peluches que pronto pasarían a la maleta también. Púes ella sin esos peluches no era nada y más con aquel gran peluche que realmente era de JungKook, ese que Kim le regalo una vez que fueron a la feria. Pero, ¿Un peluche tamaño humano cabía en el auto? No lo creía.

— Esta sorpresa será buena y te gustara mucho, te lo prometo. —Prosiguió el Alfa.

Cruzando miradas con el omega, quién tan sólo asintió no dándole importancia ya el tema porque sabía que luego iba a terminar peleando con aquel Alfa que no quería en lo más mínimo un problema. Simplemente irían a dónde sea que este chico quiera llevarlos y luego decidiría si debía o no cortarle los huevos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al percatarse de dónde iban y es que, ¿cómo iba a olvidar ese camino de árboles y el sonido de pájaros carpinteros golpeando el tronco de ellos? Tan sólo inhalo y el húmedo aroma de hojas secas y algunas mojadas po...

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Sus ojos se llenaron de lágrimas al percatarse de dónde iban y es que, ¿cómo iba a olvidar ese camino de árboles y el sonido de pájaros carpinteros golpeando el tronco de ellos? Tan sólo inhalo y el húmedo aroma de hojas secas y algunas mojadas por el rocío, el barro, los troncos. Su hogar, el lugar dónde había nacido. No podía creer que de nuevo estuviese allí con TaeHyung y también con Chaer —quién se encontraba en el asiento de atrás mirando todo con curiosidad y atención — era como un sueño, era como un deja vu, más bien. Sintiéndose mal al principio por desconfiar de su novio de aquella manera. Ahora lo compensaba. Mirar como con el auto subía la pequeña colina que al anteriormente recorría con sus pies en un trote diario para ir a la universidad y al volver, incluso escalaba con TaeHyung.

— Sorpresa. —susurró Alfa en cuanto pudieron llegar a la cima.

Mirando aquella cabaña posada allí, brillante para omega, con esa capa de vejez y madera vieja que le estremecía oler. Tan sólo mirando el recuerdo de la chimenea encendida y el fuerte aroma a café bailar por toda la casa acompañado de galletas de chocolate. Las lágrimas comenzaron a bajar al auto estacionarse, mirando con los ojos hechos mar al chico a su lado, quién no dudo en abrazarlo con fuerza. La mejor sorpresa hasta el momento, pensaba Kim.

— Espero que tus lágrimas sean de felicidad, amor.

— Lo son...gracias, Alfa. Nunca creí volver a este lugar...

Y Ahí estaba, tocando con sus pies descalzos el césped en el que solía revolcarse. TaeHyung bajo poco después con Chaer en sus brazos, examinando la zona. Todo seguía igual que antes de irse de allí con JungKook, inhalo y exhalo el aroma a bosque y flores silvestres. Recordando cada momento vivido. Busco esas zonas donde solía esconderse con JungKook, mirando la cuevita entre los árboles, el armario dónde guardaban las cosas del jardín, ese lugar dónde beso a JungKook tantas veces hasta salir con sus labios hinchados. Los arbustos de mora dónde se escabullían para tomar de ellas sin que la señora Jeon los viera.

— Es hermoso volver. —musitó al final, mirando a Ggukie.

Omega que comenzó a correr hasta lanzarse entre las hebras más largas del pasto cubierto de flores, soltando carcajadas risueñas. Y Pronto, junto a él, estuvo ese Alfa y su hija, entre las flores, entre mariposas revoloteando sobre ellos. Una bebé que apenas conociendo el mundo miraba lo que parecía para ella tan hermoso, mariposas y flores entre su cabello.

— ¿Contento?. —cuestionó Alfa. Mirando a su noviecito tan feliz.

— Mucho. —respondió. — ¿A Que se debe tu sorpresa? —.

— A otra sorpresa que llevara tiempo, pero debes... ser paciente.

Ggukie sonrió, negando con la cabeza. ¿Qué demonios estaba planeando su amorcito?. Tan sólo se acercó para besar con dulzura sus labios, sintiendo a la pequeña Chaer dar vueltas por el césped entre carcajadas que hacían nacer a mil hadas en menos de cinco segundos.

— Es hermoso, es simplemente precioso estar aquí los tres.

Aseguró JungKook, besando la nariz de su Alfa. Recostando su cabeza del pecho de este para mirar las nubes como antes solían hacerlo. Bebé Chaeryoung no tardando en colocarse en su pecho para hacer lo mismo.

— Gracias por esto, JungKook. —habló el mayor, mirando al pequeño quién lucía confundido. — Por todo lo que causas en mí, por tu amor y felicidad, por Chaeryoung, simplemente...por momentos como este, gracias. —.

Nostalgia, eso era lo que podía descifrar a la perfección esa escena para ambos chicos. Quienes solo tomaron sus manos para entrelazarlas con fuerza, descifrando los secretos de las blancas y esponjosas nubes mientras aquella pequeña balbuceaba y se perdía en mariposas que revoloteaban frente a ella.

A Veces se necesitaban este tipo de tranquilidad para pensar, para ser uno mismo. Para amarse y conocerse por completo.

Perfectos momentos que pocas personas atesoran.

Fecha de edición

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Fecha de edición. : 

07-03-2022. 





❝ Sweet bunny .❞ ┊ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora