Concéntrese, Potter

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Harry caminaba con serenidad por los pasillos, rumbo al comedor. Ron iba unos pasos más adelante, rodeado de los Merodeadores, quienes en algún momento del tramo, lo alcanzaron y lo abrazaron de los hombros, empujandolo con risas y animádolo a llamarlos amigos - aunque esta primera acción, la llevaba más a cabo Sirius que James - Remus y Peter iban a los lados, en su mundo. Pettigrew, probablemente pensando en comida, y Lupin, masticando algo que, si Harry no lo conociera, diría que es cualquiera cosa, menos chocolate.

Cuando llegaron a la mesa de los leones, Ron alzó el brazo, animado, y llamó a Harry con felicidad, sentado junto a los Merodeadores. Harry comenzaba a preguntarse si Ron comprendía lo que significaba llevar un "Perfil Bajo". Aunque suponía que no, y si lo sabía, lo ignoraba. Harry se aproximó y se sentó a su lado, quedando justo en frente de Sirius, y gracias a Dios, no a su padre, pues su parentesco sería exageradamente grande, y lo último que quería eran sospechas.

- Hola- saluda Harry, los leones problemáticos sonríen y responden.

- Mi nombre es Sirius- sonríe Black, extendiendo su mano por sobre la mesa. Harry no duda en corresponder el saludo- Eres nuevo ¿No?- sonríe el Playboy- Ron dice que vienen de Dumstrag ¿Cómo es?- Harry mira a Ron, expectante, y este se encoge de hombros, claramente no se le ocurrió nada mejor.

- Es lindo, pero hace demasiado frío y el edificio es muy lúgubre. No tiene la misma vida de Hogwarts, y preferimos cambiarnos - sonríe Harry. Sirius sonríe y toma un su copa de jugo.

- Dicen que en Dumstrag hacen mucha magia negra ¿Es eso cierto?- pregunta Peter, curioso.

- Todos piensan eso, pero no- responde Harry. La verdad no tengo ni idea- Pero la magia es magia, no es ni buena ni mala- asegura, tomando una pata de pollo.

- Remus dice lo mismo- acota James, divertido.

- Es que es así - se justifica Remus, mordiendo su chocolate. Ron lo mira y luego a la barra de chocolate en sus manos.

- ¿Te gusta mucho, no?- arquea una ceja, viendo el dulce. Remus lo mira y sonríe, asintiendo con la cabeza con ánimos.

Harry mira a Peter, quién no parecía querer participar en la conversación. No podía evitar preguntarse ¿Por qué Pettigrew los traicionó? ¿Lo habrán dejado de lado? El rechoncho mago se veía muy animado, en su mundo, comiendo. Tal vez aún no ocurría. Instintivamente voltea hacia la mesa de los Slytherins, buscando a Riddle con la mirada ¿Ya habría creado el primer Horrocrux? Cuando llegaron al despacho del director el día anterior él salió molesto de allí, y Albus le dijo que no quería volver a enterarse de que hacía "eso" ¿"Eso" qué? ¿De que hablaban? ¿Dumbledore habría descubierto lo que hizo Tom? No, lo habría llevado a San Mungo o habría buscado revertir la fractura. ¡Dios, me estoy volviendo loco!

- ¿Harry?- Ron mira extrañado a su amigo, quién fruncía el entrecejo y lo relajaba de vez en cuando. Su rostro se parecía mucho al que colocaba en las clases de Snape cuando trataba de sacar las medidas de los ingredientes para las pociones con fórmulas matemáticas muggles.

- Amigo ¿Estás bien?- lo mira James. Harry levanta la cabeza y los mira. Los cuatro Merodeadores y Ron lo veía expectantes.

- Si, si. Estoy Bien- responde, sacudiendo la cabeza para despavilarase. Los Merodeadores se miraron entre ellos y deciden seguir comiendo.

En la mesa de las serpientes, Draco tomó asiento junto a su padrino, quién no pareció oponerse. Si algo hizo a Draco sentirse nervioso por primera vez en su propia casa, fue la presencia de su padre, Barty y un hombre más que no reconoció, aunque luego se presentó como Regulus Black.

Regulus era bastante callado, y su aura mística era más que tétrica de alguna manera. Sus ojos parecían absorber el alma de quién los viera, y si no fuera por el alto atractivo, Draco podía jurar que era como ver a Severus. Y Barty, bueno, Barty ya era todo un caso. Se preguntaba que hacia ese rubio en Slytherin, si con la personalidad abierta que tenía debía ser un Hufflepuff.

- Y luego le dije, si no te mueres tú, te mato yo- carcajea el rubio Crouch, y Draco recordó.

Quizás la personalidad del lunático pertenecía a Hufflepuff, su estupidez mental quizás a Gryffindor, pero lo que llevaba a Crouch a pertenecer a Slytherin era su peculiar humor satírico y sádico, y su inmoral gusto por los artilugios oscuros.

- ¿Cómo te llamas?- Draco se congela. Levanta lentamente la mirada al frente, topándose con la gélida mirada de su padre.

- Draco- se limita a responder, cuando Barty salta gritando su apellido falso. Draco lo voltea a ver con un gesto de fastidio- ¿Tú eres idiota o qué?- Barty le sonríe animado y se encoge de hombros. Por dios, este hombre debió salir crudo.

- Rosellhell - Repite Lucius. Lo miró tan fijamente que Draco pensó que lo volveria piedra- No reconozco ese apellido- asegura con voz profunda.

- Ni modo que te aprendieras todo el directorio del mundo mágico, Malfoy- responde cínico, alzando una ceja. ¡Oh por Merlín! ¡¿Cómo pude decirle eso a él?!. Lucius arquea una ceja, sorprendido.

- ¿Disculpa?- responde el rubio. Draco alza el mentón, altivo. Lucius se sonríe, incrédulo.

- Creo que con esa lengua afilada el apellido Malfoy te quedaría excelente, Rosehell- opina Barty, divertido- ¿No lo crees así, Lucius?- El rubio barre con la mirada a Draco un instante.

- Ya lo creo- responde con una media sonrisa que, a los ojos de sus tres amigos, era lasciva. Draco alza una ceja y sonríe con suficiencia, como si le dijera con ese gesto "En tus sueños", sin notar el interés en la mirada de su padre.

Draco intentaba no reír por lo irónico de la situación. Su padre decía por primera vez que el apellido que él tenía le sentaría bien. Cuando en su tiempo, Lucius le había dicho un par de veces que en ocaciones no parecía un Malfoy, sino un Black. En el fondo reía, externamente seguía indiferente, escondiéndose en su alimento para disimularlo, desentendido de la mirada curiosa y deseosa de Lucius, quién no perdía movimiento de su cuerpo con la mirada ni por un segundo.