Concéntrese, Potter

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Ron tuvo que correr más rápido de lo que jamás lo hizo para llegar a tiempo a la clase de adivinación. Apostaría lo que fuera a que no llegaba a tiempo. Por fortuna, sus apuestas solían ser terribles y llegó justo a tiempo, topándose con la profesora fuera del salón. Sonrió nervioso y la mujer le devolvió una sonrisa dulce y le indicó que pasara primero para poder aludir que llegó antes que ella y no tener que restarle puntos. Ron sonrió con alegría, adoraba a la profesora Trelawny. Pasó al interior del salón y se sentó junto a Harry, quien se rió de su impuntualidad.

Compartían clase con Hufflepuff. La clase transcurrió con normalidad. La profesora asustó a Ron y Harry un par de veces con respecto a su viaje en el tiempo, pero como dolo tan supocisiones la mujer siguió divagando hasta hablar del futuro de una alumna Hufflepuff de su izquierda.

Saliendo de clases, Harry y Ron fueron conversando con los Merodeadores sobre tonterías. Bueno, si, tonterías. Ron, Peter y Remus hablaban de comida, aunque el licano se las ingeniaba cada que podía para desviar la conversación hacías los chocolates. Sirius, James y Harry hablaban de Quidditch, y de lo mucho que a Harry le encantaba. Utilizando un poco la cabeza, Harry se las ingenió para aludir que en Dumstrag él era el cazador de su equipo, y contó sus azañas en su línea temporal, claro, aludiendo que todo pasó en Dumstrag.

- Y en un último instante, volé al raz del suelo de pie sobre la punta de mi escoba - James y Sirius soltaron un "Wow" demasiado animado, casi parecían niños oyendo una historia- Pero me paré demasiado en la punta y caí hacia adelante. De todas formas, atrapé la snitch- sonríe y los dos leones festejaron con los brazos arriba- Con la boca- ríe, y los azabaches ríen a coro.

- Pero debiste ser más que maravilloso- asegura James emocionado.

- ¡Si!- secundó Sirius con emoción- ¡Fuiste elegido como buscador en tu primer año, y solo por defender a otro estudiante del tedioso de Rosehell!- exclama impresionado- ¡Es increíble!- sonríe. Harry sonríe animado, sentía que hablaba con el Sirius Black de su tiempo otra vez, tenía las mismas reacciones, los mismos gestos, pronto su sonrisa se volvió más suave y se quedó con la mirada perdida, dejando de caminar.

- ¿Harry, estás bien?- Ron se detuvo y volteó. Al instante, los demás hicieron lo mismo.

- ¿Ah?- balbucea perdido. Al ver cómo lo miraban sacude la cabeza. Se había distraído- Si, si, estoy bien- ríe, retomando su paso para adelantarse. Les quedaban dos clases más, una era Cuidado de Criaturas Mágicas y la última era DCAO.

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Draco miró a su alrededor, jamás había esperado tener que enfrentarse a un boggart nuevamente. Pero ahí estaba. Formado en la fila como el siguiente para enfrentarse a esa cosa. Defensas Contra las Artes Oscuras no era una materia que enloqueciera a Draco, lo que era irónico porque provenía de una noble familia que prácticamente adoraba la oscuridad, y para manipularla debían saber cómo defenderse de ella en caso de que no pudieran controlarla y esta se saliera de control.

- Muy bien, Parkinson. Siguiente- indica el profesor con un movimiento de varita.

Draco da un paso al frente, dispuesto a completar esa tarea. Severus, Barty y Regulus ya habían pasado. Severus se enfrentó a quien, Draco, reconoció como el padre muggle de su padrino. Barty se confrontó a su padre, el Ministro de la Magia; Bartemius Crouch Padre, y Regulus confrontó a la fría y malvada tía lejana Walburga de Draco. El muggle se convirtió en una botella de tequila que Severus destruyó con un Reducto, mientras que Regulus volvió a su madre un caniche chillón con vestido color frambuesa, el color que más odiaba su madre. Barty la tuvo un poco más difícil y debió ser ayudado por el profesor. Tan solo faltaban Lucius, él y dos o tres estudiantes más que formaban tras ellos, por pasar. El resto de los alumnos estaban formados a un lado, a una distancia prudente de cualquier resultado que pudiera ser sus boggarts.