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Al final la charla terminó en la nada, James no quiso acceder a dejar en paz a Severus y Remus no cedió a permitírselo. Podría decirse que estaban en pausa con ese asunto, y a Harry no le gustaba nada. Claro, a Ron tampoco, pero el pelirrojo tenía sus propios problemas. Como por ejemplo, Barty lo acompañaría hoy en la clase de pociones, a eso hay que sumarle que no se ponga toquetón y el constante acoso que el pelirrojo recibía de Scabior.

- No tengo la paciencia suficiente para todo esto - murmura contra sus manos frente a la mesa repleta de comida. Harry lo mira de reojo y le sirve un bombón en su plato con relleno de avellanas, pero James se lo quita y se lo come.

- Claro que si - Harry vira los ojos y mira mal a James, quien disfrutaba la golosina de la que el pelirrojo era ajeno de perder.

- Harry ¿Ya te llegó alguna noticia sobre el equipo? - pregunta Remus. El de ojos menta había realizado las pruebas el día de reclutamiento para el equipo de Quidditch de Gryffindor pero aún no recibía la decisión de los integrantes. 

- No aún - responde.

- Ya llegará. Es obvio que te aceptarán - afirma Sirius, bebiéndose su jugo de naranja de un solo trago.

Harry sonríe y los demás merodeadores lo apoyan. Ron seguía martirizándose en su cabeza.

Se levantan de la mesa cuando anuncian el inicio de clases y se dirigen a su primera clase, que para suerte de Ron no era Pociones. Pasaron un par de largas y aburridas horas en Adivinación, clase en la que Harry y Ron tuvieron el más grande Deja Vú de sus vidas.

- La adivinación es tonta - bufa Remus. Ron lo mira y codea a Harry para que oiga. La profesora Trelawney voltea hacia él curiosa y se acerca.

- ¿Qué es lo que dices, querido? - pregunta.

- Es magia poco precisa y está llena de suposiciones y especulaciones - se queja Remus - Tomarla es una perdida de tiempo - afirma. Trelawney se sienta a su lado con calma.

- Querido - menciona Trelawney suavemente mientras acariciaba su hombro con cariño - Desde el primer momento en que pusiste un pie en mi clase, sentí que no poseías el espíritu adecuado para el noble arte de la adivinación - afirma palmando su hombro antes de tomar su mano derecha - No ¿Ves ahí? - señala la palma de su mano - Eres joven en años, pero el corazón que late en tu pecho está tan marchito como el de una vieja, y tu alma tan seca como las páginas de los libros a los que te aferras tan desesperadamente - palmea su mano con pesar mientras asiente a sus propias palabras.

Por mero instinto, y tal vez por experiencia previa, Harry y Ron se partan un poco de Remus. El licántropo bufa y saca de golpe la mano de entre las manos de su profesora y se pone de pie rudamente. Golpea la esfera de cristal con la mano y abandona la clase con la cabeza en alto y una atmósfera sofocante de indignación a su al rededor. La profesora solo ve a Remus con sorpresa marcharse y luego mira a los Merodeadores desconcertada.

- ¿Dije algo malo? - pregunta extrañada. Los Merodeadores presentes solo tragan grueso, la ira de Moony sería catastrófica el resto del día.

- Escalofriante - murmura Ron oculto entre sus hombros, cohibido por la actitud del ausente Remus - Eso fue igual que con Hermione - musita, Harry asiente asombrado.

Luego de eso se reunieron con Remus de nuevo para asistir a Pociones, una clase que Ron quería saltarse con todas sus fuerzas. Oh grandísima variedad de deidades que abundan en el cielo, por favor, llévenme con ustedes y libérenme de este castigo.

- ¡Rojito! - exclama Barty desde su asiento con emoción, sacudiendo su mano con alegría para llamar su atención. Claro que no hacía falta.

- Me lleva la chingada - masculla Ron por lo bajo, arrastrando los pies para llegar hasta el Slytherin, quien a nada más de tenerlo al lado lo jaló del brazo para abrazarlo por sobre los hombros MUY cerca de sí - Draco ¿Seguro que no quieres que lo hagamos juntos? - suplica al rubio en la mesa de al lado, quien niega.

Concéntrese, PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora