Lily Potter ha vivido bajo la sombra de su apellido, haciendo el papel de la hija perfecta de los Potter, y es que siendo hija del grandioso Harry Potter no se puede esperar menos.
Ella en realidad no es inconforme con su vida, ama a sus hermanos, a...
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Si alguien alguna vez llegara a preguntarme cual es mi lugar favorito en todo el mundo, mi respuesta seria clara y concisa: La madriguera.
Ver toda mi familia reunida era una de las cosas que más disfrutaba en el año. Amaba cualquier cosa que la abuela Molly cocinara, las noches escuchando a mis tíos contar sus historias mientras bebíamos cerveza de mantequilla. Me encantaba que la abuela Molly nos malcriara con todo lo que pedíamos y ver a mis padres más relajados.
Pero de todo esto, lo único que verdaderamente de verdad odiaba –con redundancia incluida y todo –era el desorden que se formaba todas las mañanas a la hora del desayuno y el cómo si no tomabas rápidamente cualquier cosa de la mesa, simplemente no desayunabas ese día. Era la ley de la supervivencia del más fuerte en su máxima expresión. Punto.
Así que podrán entender cómo es que yo estaba más que fascinada con la reacción del tío Ron y del tío George y del abuelo Arthur al ver entrar a los dos hermanos Malfoy detrás de nosotros. Se quedaron como de piedra, el tío Ron aun con la mano extendida hacia el plato con las tostadas Y el abuelo Arthur con el periódico a medio camino de ser abierto. Todos mirando hacia la puerta donde James y Gretta seguían de pie dudosos de si entrar o no a la caótica cocina que en definitiva era demasiado pequeña para tanta gente.
-Cierra la boca Ron, se te van a llenar de moscas. –Dijo mamá mientras le hacía señas a nuestros invitados para que terminaran de entrar.
Yo aproveche el momento de calma y llene un plato de tostadas y panecillos junto con un frasco de mermelada de mora. Tenía hambre, y sabía que necesitaría fuerzas para sobrevivir a ese día.
-Ginny, estoy viendo a dos niños idénticos a Draco Malfoy de pie en la cocina de mi madre, ¿estoy viendo mal? –Gruño mi tío Ron a mi madre.
-No. Aun no has perdido la vista, Ron. Puedes dejar de preocuparte por eso.
En ese momento entro la tía Hermione a la cocina, desde la sala. Saludo a mi madres y rompió la creciente tención al darle un –no muy suave –golpe en la cabeza a mi tío Ron.
-Lily, ya están listas las habitaciones para que se instalen. –me saludo tía Hermione depositando un beso en la cabeza. –Clara, Rose, tú y la señorita Gretta tendrán que compartir habitación, estamos cortos de espacio.
-Está bien, me lo imaginaba. –Respondí tomando mis maletas y haciendo señas a Gretta para que nos siguiera.
Mientras subía las escaleras escuche a Hugo quejándose por tener que compartir cuarto con mis Albus y Malfoy y luego a mi mamá respondiéndole que si no estaba satisfecho muy bien podía compartir habitación con mi hermano Jamie y Teddy cuando estos llegaran de trabajar.
Obviamente el miedoso de Hugo decidió quedarse donde estaba. Bien dicen que la manzana no cae muy lejos del árbol; Si entienden lo que quiero decir....
