Lily Potter ha vivido bajo la sombra de su apellido, haciendo el papel de la hija perfecta de los Potter, y es que siendo hija del grandioso Harry Potter no se puede esperar menos.
Ella en realidad no es inconforme con su vida, ama a sus hermanos, a...
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-Ella solo comenzó a Atacar, profesora. –Espeto Clara. –Lily y yo veníamos de la biblioteca, ya sabe, aprovechando el tiempo antes de la cena para estudiar para nuestros TIMOS, y cuando pasábamos por ahí esta chica loca de Slytherin comenzó a atacar a su amiga y luego al chico moreno de Huffelpuf, ¿Cómo se llamaba? –Me miro, y se contestó ella misma. –Ah, sí, Blake Fitzgerald. El trato de detenerla pero ella estaba como poseída. Lanzaba hechizos que solo he visto hacer a los papas de Lily y Albus y a veces a mi papá, y solo estaba en 2do Año, imagínese el desastre que hubiera causado si estuviera en 3ro. Lily y yo solo nos defendíamos, solo queríamos detenerla.
La profesora McGonnagall nos miraba a todos por sobre sus manos entrelazadas y con los brazos apoyados sobre la mesa dejando sus manos a la altura de su mentón sin saber muy bien que responder a la versión de Clara, que incluía efectos de sonido y hasta demostraciones de donde estaba parado cada quien.
-Así es- Continúe yo. –Albus y James solo llegaron segundos antes que usted.
-Annie Gray está hospitalizada- Respondió la Directora levantando una ceja. –El hechizo que la Srta. Potter utilizo contra ella fue demasiado para su cuerpo y la envió directo a San Mungus.
-Creo, Profesora –Interrumpió Albus. –Que lo que fue demasiado para la chica fue la Maldición Imperios, más que el hechizo de mi hermana. Era obvio que la chica no estaba actuando bajo su propia voluntad.
La directora cerró sus ojos y suspiro.
-Esta aseverando cosas demasiado fuertes, Señor Potter. Aun no comprobamos que la señorita Gray haya estado bajo el control de una maldición, pero puedo comprender totalmente las acciones de las Señoritas Potter y Longbottom. Aun cualquier acusación sobre el uso de Maldiciones dentro de Hogwarts será mejor dejarla en manos del cuerpo de profesores.
-Totalmente de acuerdo- canturreo Clara. Tratando de congraciarse con la directora.
-Las vacaciones de invierno no están muy lejanas, y como sus acciones fueron defensivas y ayudaron a proteger a otros estudiantes no recibirán un castigo, pero si informaremos a sus padres sobre esto. Pueden Retirarse.
Salimos todos apresurados del despacho para no tentar más el destino y el buen humor de MacGonnagal, llegando al pasillo y quedándonos de pie mirándonos las caras.
-¿Qué rayos paso, Elizabeth Ginevra Potter?- Rugió Albus.
-¡No lo sé! ¿Acaso crees que voy por todo el castillo armando royos y atacando a las personas? Ella me ataco primero y no fue mi intención noquearla de esa manera. Fue una reacción defensiva. Vi que iba a atacarlos y solo actué, ¿vale? Perdóname por salvarte el maldito trasero, Albus Severus Potter.
Albus estaba furioso. Las aletas de su nariz se expandían notablemente con cada respiración, su cara se puso roja de la rabia y casi creí que quería golpearme en la frente como cuando éramos niños y yo hacía una tontería que nos metía en problemas.
