La vida en Hogwarts se había detenido completamente desde el funeral de Minerva McGonnagall. Los pocos estudiantes que aun seguíamos en el castillo permanecíamos todo el día en nuestras torres siendo vigilados por los maestros para evitar que nadie fuera atacado por sorpresa. El ministerio finalmente había optado por revelar la verdad sobre el ataque al colegio –gracias a la presión de mi tía Hermione –y ahora todo el mundo mágico era un desastre. Mi madre y Jamie se habían quedado en el colegio, mientras que yo estaba a punto de volverme completamente loca. Habían pasado apenas un par de días desde que James y yo habíamos hablado por última vez en el salón de menesteres y parecía que el cielo estaba casi tan desolado como yo, gruesos nubarrones cubrían el cielo durante el día y en la noche pesados rayos y truenos retumbaban por todo el castillo. Clara, Albus y el resto de mi familia trataba de animarme, pero era una misión imposible. Incluso el tío George había tratado de subirme el ánimo con varias de sus bromas y chistes malos, pero había desistido luego de que mi respuesta a todos sus intentos fuera una cara inexpresiva y ojos rojos por el llanto.
Pareciera que la vida misma se había puesto en pausa, pero al contrario que todo aquello que me rodeaba, mi mente iba a mil por minuto. No paraba de repetir una y otra vez los últimos acontecimientos, cada uno de los ataques y todos los detalles que conocía a la espera de que una epifanía me golpeara repentinamente y me hiciera ver que era lo que estaba perdiéndome. ¿Quién demonios era el cómplice? Porque estaba más que segura de que Lucius Malfoy tendría un hombre dentro del castillo haciéndole de Igor en sus sucias tareas., después de todo nadie podía aparecerse dentro de los terrenos de la escuela, por lo que necesitaba de la ayuda de alguien que ya estuviera dentro para permitirle entrar.
En un primer instante hubiera pensado en Gretta, pero en los últimos días había logrado conocer a Gretta Malfoy y podía apostar mi vida en que ella odiaba a su abuelo casi tanto como James. ¿Entonces quién? ¿Quién podría tener motivos para aliarse con un mortifago? ¿Quién, después de todas las historias sobre la atrocidades que cometían, podría alianza con un ser tan repugnante?
-¿Lily? –la suave voz de Clara llamándome desde la puerta de la habitación corto los hilos de mis pensamientos. –Los profesores están aquí para escoltarnos al comedor para la cena, ¿vas a venir?
-No tengo hambre, Clara. –le respondí en susurros y me volví para seguir mirando por la ventana hacia el bosque prohibido.
Espere a que el ruido de la puerta cerrándose me avisara que Clara había desistido de hacerme salir de la habitación –nuevamente –pero en vez de escuchar el golpe de la puerta, lo único que sentí fue un chorro de agua helada que provenía desde la varita de Clara, aun de pie en el marco de la puerta.
-¿Pero qué demonios...? ¿¡Que rayos está mal contigo Clara!? –Grite histérica, iracunda, empapada y tiritando de frio.
-No, ¿Qué rayos está mal contigo, Lily? –respondió ella igual iracunda que yo. –He esperado pacientemente a que mejoraras, a que decidieras por ti misma salir de la cama y enfrentarte a la situación, porque sé que eres fuerte y puedes con esto y más, pero ya me harte. No pienso ver como mi mejor amiga se hecha a morir solo porque un idiota no supo valorar lo increíblemente especial y única que ella es. Así que mueve tu apestoso trasero de esa maldita silla, ponte ropa seca y baja con los demás a comer. ¿Entendido?
ESTÁS LEYENDO
Lily Potter y el Ultimo Mortifago || 1
Fiksi PenggemarLily Potter ha vivido bajo la sombra de su apellido, haciendo el papel de la hija perfecta de los Potter, y es que siendo hija del grandioso Harry Potter no se puede esperar menos. Ella en realidad no es inconforme con su vida, ama a sus hermanos, a...