Lily Potter y el Ultimo Mortifago || 1

Epilogo

Casa de los Potter - Weasley.

 dos semanas después.

El silencio en la habitación era pesado y denso, los ojos de toda mi familia y más allegados estaban en mí, atravesándome como dagas mientras yo me limitaba a estar de pie en medio de la sala de mi casa, con la cabeza en alto más decidida que nunca.

-Acabamos de perder un miembro de la familia, ¿y tú pretendes irte? –murmuro Jamie desde su rincón de la habitación.

-Necesito encontrarlo, Jamie. –respondí. –se lo prometí.

-¡Albus murió por su culpa! –estallo levantándose de su asiento. –Tu hermano murió protegiéndote de la misma persona a la que planeas ir a rescatar, Lily. James Malfoy asesino a Albus.

-¡Ya lo sé! Yo estuve allí, yo lo vi con mis propios ojos. –grite de regreso. –Fui yo la que sostuvo el cuerpo de Albus, fui yo la que tuve que proteger el cadáver de Albus de Lucius mientras ustedes llegaban, y fui yo la que vio como James decidió irse para evitar que Lucius siguiera matando a más personas. Así que no me hables de dolor y de perdida cuando fui yo quien perdió más ese día.

Mi respiración y la de Jamie estaban agitadas, una palabra mas y estaba segura de que lo golpearía con mi propio puño, ¿Cómo se atrevía a hablar de dolor y de perdida? ¿Cómo se atrevía a usar la muerte de Albus en mi contra? Aun podía escuchar su voz llamándome cada noche, aun podía ver su fantasma en cada habitación de la casa. Su ropa seguía tirada por toda su habitación, mis padres aun lloraban por las noches su perdida. Todos habíamos perdido demasiado en muy poco tiempo.

La habitación volvió a quedarse en silencio, incluso Jamie había desistido de su postura amenazante y había vuelto a tomar asiento en su rinconcito. Pesados lagrimones se acumularon en mis ojos y un nudo inmenso se alojó en mi garganta. Necesitaba tan desesperadamente que ellos entendieran el porqué de mi decisión, porque necesitaba ir a buscar a James y regresarlo a casa, necesitaba su apoyo y su paciencia, necesitaba a mi familia.

-Entiendo sus reticencias, comprendo si creen que estoy loca... -murmure con la voz rota. –pero no puedo dejar atrás a James. Él no quería esto, quería tanto cambiar el estigma de su apellido, la historia de su familia, y yo no puedo permitir que Lucius lo siga utilizando. Yo... prometí que, sin importar lo que sucediera, siempre le traería de vuelta, lucharía contra viento y marea para regresarlo a casa, y eso es lo que voy a hacer. Además, no estoy pidiendo permiso, más bien informado.

Mi padre, que había estado todo ese tiempo sujetando la mano de mi madre, le dio una mirada cargada de significado a la mujer de su vida y luego clavo sus ojos claros en mí. Ojos iguales a los de Albus.

-Anda, Lily. –dijo calmadamente. –has lo que tengas que hacer, y luego regresa a casa con nosotros. Estaremos esperándote.

Una carga que no sabía que llevaba se desprendió de mis hombros, suspire de alivio antes de abrazar a mis padres y dándole una última mirada al resto de las personas en la habitación me dirigí al pasillo de entrada de la casa, donde había dejado mis cosas antes de comunicarle a todos mis planes.

Entonces, el ruido de más pasos a mis espaldas me hizo girarme, pensando que sería Jamie deseando descargar su furia restante contra mí antes de que me marchara. Pero lo que nunca creí encontrarme fue a Hugo y Clara sacando dos pesados bultos del armario para abrigos en ese mismo pasillo.

-¿Qué creen que hacen? –dije anonadada.

-Ir contigo, ¿Qué más podríamos estar haciendo? –respondió Hugo como si nada.

-Admítelo Lily, no llegarías ni a la esquina sin nosotros. –continuo Clara acomodado las correas de su morral.

Los tres nos miramos y nos reímos, conscientes de que Clara tenía razón. La figura de Jamie apareció detrás de mis amigos con cara de disgusto, con obvias ganas de continuar la discusión que habíamos mantenido en la sala.

-¿Estas segura de esto? –dijo Jamie, apoyándose de la pared a su derecha tratando de parecer relajado.

-Sí.

-¿Entiendes que hay muchas cosas que podrían salir mal?

Sí. –volví a repetir. Consciente de que la lista de cosas que podrían salir mal era interminable.

-¿Y aun así planeas arriesgar tu vida, y la de tus mejores amigos? –gruño Jamie mientras se empujaba de la pared y repartía su peso de una pierna a otra.

-Te amo, Jamie. –dije en respuesta. –Y necesito que me apoyes en esto. Necesito saber que aun cuando no entiendes en este momento por qué hago todo esto, trataras de entenderlo en un futuro. Amo a James con toda mi alma, y no puedo vivir tranquila sabiendo que el amor de mi vida está sufriendo en alguna parte cuando yo puedo hacer algo para evitarlo.

-Lo siento Lily, pero simplemente no puedo entenderlo, y probablemente nunca lo hare. –y de esa forma James se giró y camino por el pequeño pasillo y no se detuvo hasta llegar al pie de las escaleras. –también te amo Lily, pero no me pidas que esté de acuerdo con ver a mi hermanita caminar hacia la muerte por alguien que no lo merece.

Afuera la lluvia caía en cantaros, convirtiendo la nieve de los días anteriores en charcos de barro y nieve. Gruesas lágrimas resbalaban de mi rostro a medida que nos adentrábamos a la lluvia para iniciar un viaje que no tenía idea de cuándo podría terminar, ni de cuando regresaríamos.

Solo había una cosa de la que estaba segura, y eso era que encontraría a James y le traería de regreso. Sin importar el costo.

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Así que... como les quedo el ojo??

A que no adivinan mis intenciones con esta historia. 

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