Lily Potter ha vivido bajo la sombra de su apellido, haciendo el papel de la hija perfecta de los Potter, y es que siendo hija del grandioso Harry Potter no se puede esperar menos.
Ella en realidad no es inconforme con su vida, ama a sus hermanos, a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Llegue dos minutos exactos antes de las 7:30. Me fije en ambos corredores e incluso mire por el mapa del merodeador para asegurarme que no había ni un alma cerca del pasillo del tapete y cuando estuve segura camine tres veces frente a la pared vacía pensando en nuestro cuarto secreto, el mismo que hemos usado por casi dos meses. La puerta de madera apareció al final de la tercera vuelta y entre sin titubear a la habitación al mismo tiempo que encendía la chimenea con un movimiento de varita.
Para ese entonces, ya era finales de octubre y estaba haciendo un frio terrible. Mire por la ventana y vi como la primera nevada de la estación comenzaba a caer, llenando mi cabeza con imágenes borrosas de nieve cayendo y una flama roja arder descontrolada en medio de la nieve.
-Lily- James había entrado a la habitación sin hacer ningún ruido, logrando asustarme cuando me llamo y toco por el hombro- ¿Estas bien?
-Sí.
Las imágenes que no tenían sentido seguían reproduciéndose sin tregua, pero no podía dejar que James se enterara de las pesadillas y de las imágenes. No ahora que estaba sucediendo todo este desastre con su abuelo.
-¿Estas Segura?
James paso sus brazos por mi cintura y apoyo su mentón en mi hombro, atrapándome por detrás en un cálido abrazo. Los dos estuvimos viendo la nieve caer no sé por cuanto tiempo, hasta que las imágenes molestas dejaron de acribillarme.
-Yo debería preguntarte eso a ti- dije en susurros.
-No soy tan débil, Lily- respondió soltándome y caminando hasta estar frente a la chimenea y dándome la espalda.
-Ya lo sé, James, pero es...
-Estoy Bien- me interrumpió- ¿podríamos solo hablar de otra cosa, por favor?
Camine hasta estar a su lado, pensando desesperadamente en algo para distraerlo, hasta que una idea cruzo por mi mente.
-Juguemos 20 preguntas
-¿Qué tipo de juego es ese?- contesto él entre risas cortas, más relajado.
-No lo sé, es un juego muggle- murmure sonrojándome y sintiéndome tonta por haber sugerido ese ridículo juego- mi tía Hermione lo comento el otro día. Creo que consiste en hacer 20 preguntas de cualquier tipo y en tener que responderlas sin tapujos.
-Vale, creo que servirá. Comienza tú.
James se dio vuelta y me dio una sonrisa en todo su esplendor, con el fuego creando reflejos en su cabello y haciéndolo ver más irresistible de lo normal. Para tratar de aclarar mis pensamientos y no preguntar puras estupideces fui hasta la cama en busca de las almohadas y cojines que habían en ella para sentarnos en el piso caliente gracias a la chimenea.
-Primera. Nombre completo.
-James Tiberius Malfoy Parkinson.
-¿Tiberius? Tiene que ser un chiste ¿Qué tipo de nombre es ese?
