Lily Potter ha vivido bajo la sombra de su apellido, haciendo el papel de la hija perfecta de los Potter, y es que siendo hija del grandioso Harry Potter no se puede esperar menos.
Ella en realidad no es inconforme con su vida, ama a sus hermanos, a...
NOTA: El momento de la verdad ha llegado. Estoy al pendiente de sus comentarios.
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Lily Potter
Y me beso.
Que me partiera un rayo si ese no era el mejor beso de mi vida. Porque, aja, estaba molesta y todo lo que le sigue, pero James Malfoy sabia besar, y a mí me encantaban sus besos, y él lo sabía.
Trate de soltarme de su agarre, pero en algún punto simplemente deje de intentarlo. Estaba tan cansada de pelear contra la corriente, de discutir con James y de ver como lo que sea que había entre nosotros se estaba desmoronando.
Se suponía que solo éramos dos adolescentes enamorado, ¿en qué momento nos convertimos en esto? En algún punto dejamos de ser dos personas enamoradas a luchar por nuestras vidas contra dementores y recibir amenazas de muerte. Poco a poco todo lo que habíamos construido se desmoronaba y ahora no éramos más que secretos y traición. Yo lo amaba, profundamente, y me rompía el corazón ver como cada vez James y yo nos alejábamos más y más.
Las lágrimas comenzaron a fluir y luego vinieron los sollozos, entonces James se alejó y jalo de mi hasta lograr que ambos estuviéramos sentados para luego abrazarme. Y por fin, después de semanas de tensión permanente y de hacerme la fuerte, me quebré.
Llore sobre su hombro por todo y por nada. De miedo, de nervios, de amor y de dolor. Me permití ser una simple chica de 16 años por unos pocos minutos en los brazos de James. Llore todo lo que tenía guardado en mi alma y fue entonces cuando me sentí más libre que nunca. Me sentí segura en sus brazos, feliz de recibir sus suaves caricias en mi cabello mientras trataba de calmarme y consolarme, feliz porque aun sin saber si sus secretos iban a terminar por destruirme, pude amar con todas mis fuerzas a alguien.
Lentamente me aleje y le mire a los ojos, el levanto su mano y limpio los restos de mis lágrimas con su pulgar para luego dejar su mano acunando mi mejilla.
-Tus ojos son hermosos, incluso cuando lloras. –murmuro como en trance.
-Alguien una vez dijo que no me decían con suficiente frecuencia lo hermoso que eran mis ojos.
-Pues esa persona tenía razón.
Ambos guardamos silencio. Yo, harta de todos y de todos, anule la distancia entre nosotros y volví a acurrucarme entre sus brazos.
-La situación con Beatrice en el pasillo...
-¿Te beso? –le interrumpí.
-No. –respondió. –Ella solo estaba... siendo ella.
-¿Qué te dijo?
-No sé cómo, pero se enteró de que nosotros estamos saliendo, y como ella tenía la ridícula idea de que habíamos "conectado" durante el verano, quiso comprobar si era verdad o no.
