Procuré salir del municipio antes del siguiente día de muertos. La mencionada celebración se había ganado mi repudio. Consciente de que no podía huir de la ignorancia y la imprudencia de mis paisanos opté por pasar ese día encerrado, lo más ebrio que me fue posible, en el hotel de Panajachel (un municipio del departamento de Sololá) con el techo más sólido que encontré. Luego anduve vagando allí por algunos días.
Casi a un año y dos semanas después del incidente de María llegué a la Ciudad de Guatemala con el objetivo de instalarme en algún lugar donde, como le dije a Carranza, pudiera consumirme entre vicios. Durante mi búsqueda por la perdición, guiándome con un folleto turístico bastante escueto que me regalaron en la estación de autobuses, me convertí en un turista más de la ciudad y visité las principales atracciones. La mayoría me parecieron pobres y aburridas. El lugar que más me gustó fue el centro histórico.
El día que llegué, aproximadamente el 20 de noviembre de 2013, la Catedral Metropolitana estaba de luto debido a que diez días antes habían encontrado por la mañana, en posición supina sobre el altar, al cadáver lapidado de un obispo de origen madrileño, un tal Moisés García. Alguien (o algo, como decían los amarillistas) le había caído a golpes al anciano con algún objeto contundente, presuntamente una barra de hierro, hasta matarlo. Acompañado a este incidente se podía leer en uno de los periódicos más importantes del país una columna titulada «A la espera de un noveno», la cual se dedicaba, para empezar, a señalar el mediocre desempeño que el Ministerio Público había tenido hasta el momento sobre el caso. Además, también hacía referencia a una sucesión de asesinatos en años anteriores que claramente definían un patrón:
«El 3 de noviembre de 2006 el doctor gallego Armando Trujillo fue encontrado muerto en su casa ubicada en la zona uno. Estaba maniatado de espaldas a una de las columnas del corredor con un alambre de amarre alrededor de su cuello con el que aparentemente lo habían estrangulado.
»El 4 de noviembre de 2007 se encontró a Francisco Jiménez Gómez, un párroco de una pequeña iglesia del centro, originario de Valencia (España), colgado mediante una soga al cuello de la baranda metálica de la parte más alta de la escalera que conducía a la segunda planta de la casa parroquial.
»Manolo Cárdenas, famoso pintor de Barcelona y maestro de artes plásticas en un reconocido colegio católico, fue encontrado muerto en su residencia el día 5 de noviembre de 2008. Su cuerpo desnudo y algo lacerado fue localizado debajo de la cama de una de las habitaciones. Tenía alrededor del cuello una corbata con la que presuntamente lo estrangularon.
»5 de noviembre de 2009, Roberto Caliani, originario de Ceuta, dueño de una tienda de artículos importados ubicada en la 18 calle de la zona 1, fue asesinado alrededor del medio día de un balazo en la nuca con un arma calibre 38. Un testigo aseguró que a Caliani le dispararon en el momento en que se volteó para alcanzar un producto que el asesino, del que a la fecha aún no se tiene la más mínima información, le solicitó para supuestamente comprarlo.
»La noche del 6 de noviembre de 2010, el madrileño Manuel Gutiérrez fue apuñalado por la espalda en una pequeña aglomeración de personas que estaban presenciando un modesto concierto de música en vivo en uno de los locales del callejón conocido como Las cien puertas. Hasta la fecha no se sabe nada ni del asesino ni del arma homicida.
»El 8 de noviembre de 2011, el arquitecto Francisco Espina, originario de Cataluña, nacionalizado guatemalteco, fue encontrado muerto por la mañana en su apartamento por la empleada que realizaba la limpieza. La autopsia reveló que el señor Espina fue envenenado un día antes. Se descartó la posibilidad de un suicidio por los antecedentes de la víctima, pero a la fecha tampoco se ha encontrado a un culpable.
»La mañana del 9 de noviembre de 2012, el cuerpo sin vida de Juan de Dios García, párroco suplente de la iglesia Belén, originario de Asturias, España, fue encontrado boca abajo sobre el sofá de la sala de la casa parroquial. Causa de muerte: una herida punzocortante justo en el corazón. Al igual que los otros casos no se encontró el arma con la que se ejecutó el delito ni tampoco se ha capturado a ningún sospechoso».
La conclusión que sugería el autor sobre este particular recuento de homicidios no se enfocaba únicamente en que Guatemala es un país peligroso para los originarios de España, ya que tomando en cuenta que el promedio diario de asesinatos en ese entonces era aproximadamente de diecisiete, ocho españoles asesinados, incluyendo al reciente obispo de la Catedral, en ocho años, podía considerarse parte de la estadística, una nimiedad. Lo curioso era que se hacía énfasis en las fechas en que las víctimas habían sido asesinadas, más no así encontradas, era innegable que seguían una secuencia que iba del dos al nueve de noviembre.
«Quizá le ayude al Ministerio Público —escribió el autor para cerrar—, que todo esto apunta a que muy probablemente alguien intentará asesinar a un español el día 10 de noviembre del 2014. Espero que esta institución incompetente no apueste por quedarse a la espera de un noveno asesinato».
ESTÁS LEYENDO
Ánima Sola
HorrorAntonio Rodríguez, un guatemalteco que ha vivido la mayor parte de su vida en España, regresa a su país natal para cobrar una oportuna herencia que lo salva de la penuria. Sin embargo, mientras se va adaptando de una manera hedonista e irresponsable...