Epílogo

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Han pasado un par de años y yo no he hecho más que vagar sin rumbo, con la esperanza de que la muerte algún día se apiade de mí. Ya no puedo regresar a Burgos porque al final de cuentas jamás pertenecí a ese lugar, ya ni siquiera sueno como si alguna vez hubiese vivido allí. 

Hoy vi de nuevo a la señora a la que una vez le di un billete de cien quetzales en aquella feria municipal del libro. Me dio gusto haberla encontrado leyendo, sin importar que lo que tenía en las manos seguía siendo La metamorfosis. Por otra parte, me puso triste que al verme se persignó y dijo: «Aléjate de mí, Satanás». ¿Acaso lo único que hace falta para dejar de ser ángel y convertirse en el mismísimo Diablo es un parche en el ojo, una barba con diez meses de longitud y un andar lento y lastimero? 

No hay día que pase sin que rumie la siguiente idea: si Celestina Abnegada no puede salir del purgatorio, apuesto a que sí puede expandirlo a su alrededor para ampliar sus dominios. No me extrañaría que el epicentro de dicha expansión se inicie justo donde me encuentro ahora: un lugar en el que la justicia es subjetiva, en donde aún, en pleno siglo XXI, se siguen haciendo ejecuciones públicas y privadas. Quizá, muy pronto, el purgatorio del Ánima Sola termine cubriendo al Universo, así todos quedaremos atrapados en él, pero no seremos conscientes de la existencia de los demás, cada uno tendrá su purgatorio personal y entonces nos sentiremos solos para siempre. 

He estado considerando convertirme a la Bendita, al final de cuentas puedo dar testimonio de su poder para pervertir mentes. Si lo que me dijo Clímaco es cierto, tal vez pueda pedirle que al morir me lleve a donde está María, un lugar que bien podría quedar a un lado de la celda del frenopático en el que Regina se pudre a diario, metida en una camisa de fuerza, o bien junto a los linchados, culpables o inocentes, que al despertarse en el infierno se dieron cuenta que aún seguían ardiendo, pero esta vez entre llamas que jamás se apagarán. 

¡Que Dios, si existe, nos libre del Ánima Sola! 

                                                                             F I N

Ánima SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora