Pasado: ¿Cuál es tu nombre?

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El reloj marcaba las 06:00 Am y los gallos comenzaron a cantar.
El sol había salido, el azul oscuro de la noche fue desapareciendo para dejar lugar a un suave celeste que comenzaba a decorar el cielo junto al sol y pequeñas nubes desgarradas.

El pequeño Hoseok estaba en el pecho de su madre durmiendo plácidamente pero comenzó a removerse en la cama al notar una luz que provenía de la ventana y atravesaba las cortinas para aterrizar en sus párpados.
Gruño por el simple hecho de querer seguir durmiendo pero ya no podía, él era de despertarse hasta por el más mínimo ruido y también no se dormía fácilmente. Así que se despegó del calor maternal que le brindaba la mujer a su lado que le dio la espalda apenas él se separó. Estiró su cuerpo en la cama y aún con los ojitos pegados buscaba su media perdida entre las sábanas.
Al moverse mucho cuando duerme suele sacar sus medias inconsciente. Desordena toda la cama y destapa a su madre que a veces tiene que abrazarlo para que no se mueva tanto porque muchas veces la ha tirado de la cama. El pequeño es hiperactivo cuando duerme.

Después de restregar sus ojos buscó su media y la encontró a su lado, se la puso y antes de irse al baño a lavar su cara se aseguro de tapar bien a su mamá y dejar un tierno beso en su mejilla.

Fue al baño y se aproximó al lavatorio, se puso de puntitas porque la pileta y el espejo estaban un poco más altos que él. Lavó su cara, cepillo sus dientes y peino sus cabellos como pudo. Después de hacer sus necesidades bajó las escaleras directo a la cocina en busca de su tía pero no estaba allí, lo que si encontró fue una nota de ella sobre la mesa que decía que se fue a su trabajo y que regresaría a la hora del almuerzo y al final de la nota dejo su característica firma y un corazón.
Hoseok sonrió ampliamente por lo buena que era su tía.
Si, él sabía leer, su mamá le enseñó cuando tenía 6 años y gracias a ella a sus ocho años comprendía las lecturas aunque a veces solía confundir las letras.

Además de leer y escribir Hoseok aprendió muchas cosas más gracias a su madre. Por eso la amaba tanto que se prometió a sí mismo que de mayor le daría una vida llena de amor y todo lo necesario como ella se lo merecía.

Amaba a su madre por ser una mujer comprensiva y decidida, tan tenaz y tranquila, jamás le levanto la voz ni le tocó un pelo, nunca fue dura con él. Siempre se sentó a hablar con él con su infinita paciencia a explicarle las cosas que estaban bien y mal.

En fin, abrió la nevera, sacó manteca, buscó unas tostadas en la alacena y junto a un vaso de leche completó y disfrutó su desayuno satisfecho.

Después de desayunar y limpiar su desorden, decidido salió de la cocina para ir afuera a explorar los grandes terrenos sin importar que estaba en pijamas. Pero antes de eso entró devuelta por su juguete, sin su avión de madera no iba a ninguna parte.

Se la pasó corriendo en el jardín de un lado al otro con su avión fingiendo un gran combate entre aviones, casi una hora estuvo jugando solo. Él no tenía hermanos pero se divertía por si solo y se conformaba, es más su mamá era su mejor amiga también porque ella era muy divertida y jugaba con él siempre y le era estupendo.
No es que tampoco tuviese amigos, claro que tenía. En Corea tenía a sus amigos del colegio y a sus vecinos que tenían su misma edad, los extrañaba, de eso estaba seguro.
Aquí no tenía amigos pero aún así él estaba feliz.

Por un momento vió hacía el techo y se encontró una pequeña escalera que guiaba ahí arriba y su curiosidad ganó.
Decidió subir, aunque sabía que si su madre se enteraba le daría un infarto porque él es pequeño para subir a cosas tan altas. Pero su mamá aún dormía porque ella suele levantarse a las diez y apenas eran las 09: 00 AM.

Aún te recuerdo • Wonkyun •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora