#03 No te niegues

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Por algún motivo que ella misma desconocía se encontró sosteniendo la carta del día señalado en sus manos. Leyendo las hojas que antes dijo no leería porque le daban escalofríos, pero ahí estaba leyéndolo, dado a que estaba alegre de que sus compras estuvieran ahora en casa, lista para iniciar su dichosa lectura, su buen humor la hizo volver a darle una oportunidad a las cartas, en como decía las cosas con detalles, en cómo era capaz de acertar.

"La cantera.

Estuve muy contenta de ser invitada por Stan a pasar un día con más personas, con nuevos amigos. Recuerdo mi temor al ver como todos ellos saltaban desde dicha altura, porque yo no sabía nadar, acobardándome a caminar hacia abajo, incluso cuando Stan me ofreció saltar juntos.

Le dije que no.

Realmente me arrepiento de haber dicho que no, espero que esta vez no te niegues y aceptes saltar.

Porque ese día comenzó a gustarme Stan."

Silencio, (t/n) se quedó en completo silencio. Parpadeando con sorpresa ante dichas palabras, volviendo a leerlas una y otra vez hasta que fuera capaz de procesar aquella información.

Un pequeño rubor creció en su rostro.

Guardo las cartas en su mueble, con la carta del día siguiente, decidiendo llegar a la noche para leerla finalmente. Pero sin duda estuvo pensando toda la tarde en aquello, porque (t/n) pese a estar en la adolescencia nunca experimento dichas emociones, nunca se había enamorado ni gustado nadie.

Esas palabras nunca se borrarían de su mente.


Una vez que se levantó a la mañana siguiente sabía que era finalmente el día en donde estaría en la cantera. Divirtiéndose con otras personas, la esperanza de finalmente tener amigos en esta ciudad, porque en su antigua ciudad recordaba a los amigos que solía tener. Quitando el traje de baño que estaba en su armario, uno completo, de un tono celeste como el cielo con puntos blancos en este, sacando un vestido de botones en tono blanco con flores bordadas en tono rosado en este con un tono verde de las hojas.

Tomando su mochila en donde guardo su cámara de fotos instantánea, el libro de Wilky Collins para continuar leyendo, porque siempre era bueno llevar un libro en la mochila, siempre era recomendable que fueras acompañado de un libro.

Con todas sus cosas listas para divertirse en aquella tarde. Su madre se encontró invitando a algunas de sus amigas a la casa en la tarde, en una pequeña conversación mientras tomaban té, una de esas mujeres era la madre de Ben.

Pedaleando con ánimo con un toque de nervios ante la emoción de que sucedería en dichoso día de verano. Y cuando arribo apoyo con cuidado su bicicleta contra uno de los árboles, notando prontamente que a la vista había un vestido blanco en el suelo, preguntándose a que chica podría pertenecerle.

Encontrándose con tres chicos a la vista: Stanley Uris, Eddie Kaspbrak & Richie Tozier.

—Llegas justo a tiempo — llamo Richie con una sonrisa —.

El chico se veía un tanto extraño sin sus gafas en su rostro, como si luchase por ver el rostro de la chica, aunque imaginando que solo la vería de forma borrosa con un rostro dudosamente humano.

—Llegas justo a tiempo para que saltes.

Completo su frase que dejo a (t/n) un poco nerviosa. Eran las palabras de la carta, pero también era que la realidad ella no sabía nadar. Prácticamente saltando desde esa altura se hundiría hasta tocar el fondo.

Romantic Bird {Stanley Uris & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora