#10 La visita

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Las horas pasando entre risas y acercamientos cuando (t/n) saco un cuaderno, con Stan enseñándole como dibujar correctamente al ave que acababan de observar. Posando su mano sobre la de ella en como dibujar correctamente, e incluso riendo cuando no quedaba como esperaban para volver a intentarlo una vez más. E incluso Stan no pudo dejar de sonreír cuando observo a (t/n) preparar la comida, de pie a un lado de ella, notando cada movimiento en la cocina.

Era una comida tan reconfortante como la comida de una madre.

Y tristemente el momento del atardecer llego con el momento de decir adiós. El bolso de Stan colgaba desde su costado. De pie desde fuera de la casa de (t/n), con ella de pie en el umbral con una sonrisa cálida.

—Recuerda que en otra ocasión iremos al Memorial Park — le recordó Stan —, te llevare ahí (t/n), es una promesa.

—De acuerdo — ella asintió —, espero que no te olvides de esa promesa.

Stan dio un paso adelante posando una de sus manos en el rostro de ella, específicamente en su lado sano. Acariciando su mejilla con suavidad, notando el calor en el rostro de ella a su acción inesperada, Stan solo pudo continuar sonriendo al obtener esa reacción por parte de ella, por un momento temiendo que se apartara de su toque, pero en cambio la vio permanecer ahí.

—Lo mejor de este día fue estar a tu lado — confeso él sin dejar de sonreír —, eres tan hermosa como todas esas aves que amo observar.

No permitió que ella contestara a eso cuando retiro su mano y se alejó con prisa del lugar, subiendo a su bicicleta con su propio rostro y orejas rojas a su acción tan valiente, aunque a medida que comenzó a pedalear no dudo en mirar hacia atrás, con (t/n) de pie aun donde estaba: Regalándole una sonrisa a Stan.

Y Stan incluso se sintió mucho más animado al ver que ella estaba casi tan roja como él. Sonriéndole. Y su corazón latiendo con fuerza, una sensación que quería continuar experimentando al lado de ella.

Pedaleando hacia su hogar tras un día repleto de felicidad.

La mini-van se detuvo a las afueras del cementerio de Derry. Bill ayudo a su esposa (t/n) a bajar con cuidado mientras continuaba sosteniendo a su hijo entre sus brazos. Una vez todos bajaron revisaron el número en donde Eddie se encontraba, dado que era el más cercano, y empezaron a caminar en los alrededores del cementerio de áreas verdes, un sitio apacible para descansar.

La mano libre de Bill se apoyó tras la espalda de (t/n) a medida que continuaban caminando en total silencio.

—¿No quieres que lo cargue?

Pregunto repentinamente a Bill a (t/n) quien lo miro tan pronto como pregunto eso, regalándole una sonrisa de amor al saber que él siempre buscaba la comodidad de ella, además de demostrar ser un gran padre que solo quería lo mejor para su hijo como ella, siempre tan alegre de la vida que tenía pese a que muchas cosas malas ocurrieron; su familia era su felicidad.

—Estamos bien cariño — le aseguro (t/n), con la cabeza del niño pequeño mirando a Bill con tranquilidad —.

—Si te cansas solo dímelo.

Se sonrieron el uno al otro dulcemente sin detener su caminata. Richie iba a la cabeza, él ya podía sentir las lágrimas que se formaban en su rostro al visitar al amor de su vida que se fue antes de tiempo sin poder hacer nada al respecto.

Deteniéndose cuando finalmente estuvieron ahí. Notando las flores que no se veían demasiado secas, porque todos sabían que Richie visitaba a menudo a Eddie, llevándole flores, sentándose y conversando con él.

Incapaz de superar ese dolor todavía.

Bill le entrego las flores que (t/n) había comprado para que Richie las acomodara alrededor. E incluso posando sus dedos en la fotografía del hombre, incapaz de reprimir sus lágrimas al sentarse en el suelo con Bill permaneciendo a su lado para acariciar la espalda de su amigo.

—Ah... — dijo Richie mientras limpiaba sus lágrimas — tengo correo para ti Ed's. Lo leímos, pero... espero que no te enojes con nosotros.

—No tenías que decirle que la leímos — Bill dijo burlonamente —.

Y Richie dejo escapar una risa.

—Ed's es demasiado inteligente... él sabría que la leímos cuando rompimos el sello.

—Espero que no te molestes con nosotros — Mike dijo prontamente —.

—Solo teníamos algo de curiosidad — Beverly continuo —.

Observaron a Richie quitarse las lágrimas cuando sus lágrimas comenzaron a deslizarse una vez más. Era obvio que extrañaba a su ser amado, el dolor más grande era saber que no volvería a tener una conversación con él ni abrazarlo o besarlo, todas esas cosas desaparecieron cuando murió en aquella cueva.

—Estoy segura de que Eddie estará contento al leer la carta y ver que cumplió con sus deseos — esta vez hablo (t/n) con suavidad —.

—Mi pequeño hombre valiente.

Sonrió Richie entre sus lágrimas saladas obteniendo ayuda de Bill para ponerse de pie. Intercambiando una mirada con (t/n), él sabía que ella más que nadie comprendía su dolor, uno que compartían cuando Stan partió antes que cualquiera de ellos, rompiendo el corazón de (t/n) cuando se enteraron.

Stan conjunto a Eddie fueron quienes se marcharon; (t/n) ni Richie estaban preparados para aquello.

Richie camino a un lado de (t/n) cuando se encaminaban a la tumba de Stan. Mirando de vez en cuando al niño que ella sostenía, siendo Bill y ella los únicos del grupo en ser padres, todos ellos al mirar al niño sentían un pequeño motivo para sonreír, siendo un niño tan pequeño e indefenso que les decía que continuaran con sus vidas.

Porque (t/n) continuo con su vida a un lado de Bill quien se mantuvo al lado de ella para protegerla del dolor. No había sido un secreto para ellos que Bill siempre estuvo enamorado de ella, y que milagrosamente consiguió quedarse con ella, no era un reemplazo, solo era un sitio seguro donde ella podía ir.

Y frente a la tumba de Stan las lágrimas en el rostro de (t/n) comenzaron a formularse cuando recordaba los momentos que paso al lado de él. Sentándose en el césped con la ayuda de Richie mientras que Bill colocaba las flores alrededor de forma que a Stan le agradase.

El viento meció los cabellos de (t/n) como un soplo dulce de primavera a pesar de que estaban en otoño.

Como si Stan estuviera feliz de ver que ella estaba ahí y aún lo recordaba.

Romantic Bird {Stanley Uris & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora