Esa noche fue anormal: Beverly se encontró leyendo sus cartas a eso de las ocho después de haber cenado junto a su padre que ahora yacía dormido como un tronco, agradecida de haber encontrado un buen sitio donde ocultar las cartas todo el tiempo sin ser halladas por el hombre. Ocultando el poema en el mismo lugar, eran cambios que jugaban a su favor en muchos sentidos.
E incluso estuvo aceptando el hecho de que tuviera que sufrir el efecto de las luces de la muerte con tal de saber cómo derrotar a eso.
Pero ni uno de ellos estaba esperando un contraataque tras las cartas que fueron enviadas. Con todos los cambios otorgados. El futuro estaba cambiando; Y Pennywise no pudo quedarse en las sombras cuando tenía una carta a su favor.
—(t/n).
Una voz masculina la llamo: Y miro hacia adelante, notando a la figura familiar de su difunto padre en pie bajo una de las farolas como en las películas de terror. Su mirada sobre este.
Su cerebro fue veloz en señalar un dato importante en la historia: Ese no era su padre, como Bill había dicho al ver a su pequeño hermano Georgie, no era él. Era falso, era todo obra del payaso que acechaba en la ciudad de Derry.
—Tengo que llegar a casa.
Se dijo a si misma con la intención de leer las últimas cartas para asegurarse de no perder la batalla contra eso. Empezó a pedalear con gran prisa. Sin embargo, una vez su padre estuvo de pie en ese sitio sintió el suelo temblar, maniobrando para no caer de la bicicleta ni mucho menos ceder ante la sensación de miedo.
No, no era miedo lo que (t/n) sentía.
Era rabia; Porque eso se hacía propietario de las vidas de Derry.
—Si vivieras en Neibolt ya estarías en casa, (t/n).
—No.
Dijo, continuando con su camino. Y no sabía si era su idea o cuando contesto solo hizo enojar más a la extraña criatura. El temblor solo se hizo peor. Entendiendo que nadie realmente podía sentir ese temblar, no... estaba sola en esa ocasión, totalmente por su cuenta para intentar sobrevivir.
El camino se elevó delante de ella, obligándola a desviarse del camino por otra calle. Sintiendo como eso cambiaba de forma a una mucho más grande. Nerviosa mientras pedaleaba con toda la prisa que podía ejercer.
Tarde o temprano; (t/n) cayo de su bicicleta, la palma de su mano choco contra el suelo, obligándola a levantarse para echar a correr. Pero entonces un pensamiento arribo a su cabeza; No tengo miedo.
Y se detuvo, volteando con brusquedad para mirar al payaso tras de ella. Mirándolo como si fuesen enemigos de toda la vida. Su cabello se meció en su espalda y trago una gran bocanada de aire al enfrentarlo, manteniendo sus ojos en los del ser desconocido que los atormento a ella con Stan ese mismo día.
Enojada.
—No te tengo miedo.
—Es un motivo más para no dejarte libre.
Fue tomada por sorpresa cuando la mano de Pennywise la tomo bruscamente del cuello. Dejándola sin ni una sola escapatoria cuando él estaba riendo a carcajada con alegría ante el hecho de atraparla finalmente.
—Eres un problema.
—Suéltame.
—La historia no tiene por qué cambiar cuando ya fue escrita.
Perdió la conciencia: No supo exactamente en qué momento fue que todo se tornó negro a su alrededor. Escuchando las aves cantar como un coro de alerta para sus amigos. El reloj dio las nueve de la noche para alertar a la madre de (t/n) cuando su hija no llegaba a casa. La alerta, llamando a conocidos para preguntar si su hija se hallaba en casa de alguno de ellos.
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Romantic Bird {Stanley Uris & Lectora} Finalizada
FanfictionLas misteriosas cartas que arribaron en el verano de 1992: Listas a cambiar la historia una vez ya escrita. ------ Todos los personajes tienen 16 años en esta historia. Crossover con el anime & Manga: Orange.