Me and you.

418 48 11
                                        

Los primeros vistazos nunca son suficientes. 

Esa era una de las frases más célebres del fotógrafo Mingyu. El profesional lo había dicho en una radio cuando lo invitaron luego de una de sus exposiciones. Siempre preguntaban por que fotos borrosas o de partes del cuerpo de la o el modelo salían plasmados.

Siempre se decía que era como si las fotos fueran sus ojos. Se excusaba con la idea de que sus ojos eran el lente de su cámara, desde ahí plasmaba lo que veía de la persona que tenía en frente. 

No tomó mucho tiempo como para que Wonwoo al escuchar la radio se diera cuenta de que era cierto. 

Ahora que experimentaba en carne y hueso el ser fotografiado por él, notaba que sus ojos eran la cámara. No era suficiente con poses. Jugaba con el cuerpo que representaba. Jugaba con la idea de que Wonwoo era hábil para cautivar con cosas pequeñas como el lunar que tiene en su clavícula izquierda. Para Mingyu, era fácil cautivarse con detalles pequeños como la mandíbula afilada del pelinegro. Le era fácil deleitarse con la idea de poder juntar sus manos y crear un relato más familiar, sólo en una sola imagen. Era él quien tenía que explotar el arte de la maravillosa existencia de Wonwoo.

¿Quién más lo haría si no? 

Luego de aquel día; Wonwoo salió de su hogar, vestido y arreglado; dispuesto a tener un gran día. 

El modelo amateur no era demasiado optimista. Al contrario, era alguien demasiado pesimista al punto de que molestaba a los ideales positivos de sus cercanos. Le costaba el simple hecho de pensar en cosas buenas, o en resultados positivos en sus acciones. El peor escenario; se creaba en su cabeza en cada situación plasmada en su vida. 

Pero, desde que se convirtió en un modelo de pasada, eso había cambiado.

Estaba cambiando.

Alguien había notado en su cuerpo y existencia algo que nadie había visto. En su cuerpo había algo que cautivó los ojos de un tercero. Quizá eso lo motivaba a ser mejor, a esforzarse. ¿Puede ser eso? Claro que sí. 

Cuando alzó la vista de la acera gris y sucia de la calle, se encontró con un coche similar. Frunció su ceño, para luego ver como un cuerpo se bajaba de aquel vehículo que resultaba tan conocido.

El fotógrafo se encontraba parado, apoyado en el mismo vehículo del cual había salido. ¿Era eso lo que había tramado? 

—No pienso dejarte subir de nuevo a un jodido autobús.—Mingyu rió y abrió la puerta del copiloto.—Adentro, alteza. 

Wonwoo tenía las mejillas rojas, y sólo abrió la boca varias veces en un intento de refutar todo lo que había dicho el más alto de mechones sedosos y castaños. ¿Esto era lo que estaba tramando? ¿Por qué le interesaba si podía irse perfectamente en el transporte público como lo había hecho todos estos años? ¿Por qué estaba siendo tan atento con un modelo así? ¿Acaso los rumores de Mingyu se estaban equivocando de persona? 

—¿Qué haces aquí?—Dijo Wonwoo frunciendo el ceño mientras el bolso que traía se caía de su hombro por la extensión de la correa que cruzaba su pecho. 

—Te lo dije. Tengo auto, te vendré a recoger de casa y de vuelta también.—Suspiró Mingyu mientras juntaba la puerta recién abierta.—Sólo estoy siendo cortés. No quiero que te suceda nada de ida o de vuelta. Mucho menos que vengas cansado de la hora punta del transporte. 

Wonwoo no dijo nada más y se acercó hasta Mingyu.

—No necesito un chofer personal. Pero gracias.—Wonwoo palpó su hombro y se desvió para irse a la estación del metro subterráneo. Irguió su espalda y caminó con el mentón alzado.

Click and check;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora