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Lú lo besó en la boca

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Lú lo besó en la boca. Cornelio no dudo en besarla también.Y se sintió de nuevo él. De nuevo como antes. Abrió sus labios, empujando los de Lú, apretándole las caderas, acariciando su espalda y su cabello. Ella le apretó el cuello. Introdujo su lengua ligeramente en la boca de Cornelio. La humedad hizo que el se estremeciera por completo, la tocó con la suya. Y sintió un pequeño revuelo en todo su cuerpo. Lú separó sus labios por un segundo. Cornelio soltó un respiro,
quiso volver a besarla...

 Cornelio soltó un respiro,quiso volver a besarla

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- Te amo... - le dijo ella. Cornelio se relamió los labios, deseando muchísimo besarlos de nuevo. El sabor era el mismo. Tan jo.didamente perfecto y dulce como su boca. Entonces volvió a comerle la boca.
Desesperado. Necesitaba darle más
que solo un simple beso. Necesitaba
dárselo todo esa noche. Sintió las finas
manos de Lú empujarlo.
Cornelio retrocedió un par de pasos,
adentrándose a la habitación de Lú.
Sus piernas llegaron a tocar el borde de su cama.

- Dilo de nuevo. - le pidió él. Y sus
manos bajaron sigilosamente por la
curva que Lú tenía en la espalda, la abrazó, y volvió a subirla hasta llegar al borde de la cremallera  de su vestido.. subió la mirada hasta sus ojos. Mientras Cornelio  intentó bajarla. Más y más. Hasta lograr
hacerlo completamente.

- Te amo, te amo.. - le susurró ella, esta vez en el oído, se lo besó. Cornelio se tensó. Se estaba aguantando muchísimo. Había pasado un año, un año terrible, pero nunca dejaría de ponerlo así, tan duro, tan excitado, tan tenso, él y cada uno de sus músculos. Sus biceps se endurecieron, dando a notar sus venas. Y reconocía ese síntoma. Lú volvió a besarle el oído, jugueteando con su lóbulo. Y el vestido resbaló entre sus piernas hasta tocar el piso. Cornelio le acomodó el cabello hacia atrás. Esto le traía tantos...muchísimos recuerdos. Sus labios se juntaron y besaron el cuello de Lú.

- Oh... - gimió. Se mordió el labio inferior. Él tragó saliva. Si tan solo supiera lo duro que estaba. Tal vez no se sorprendería. Entonces bajó la mirada. Observando sigilosamente el bulto entre los pantalones de Cornelio. Quiso tocárselo como antes. Que gimiera de las mismas ganas de hacérselo. Que todo fuera como antes. Pero en vez de eso, lo tumbó sobre su cama.

Él la miró desde abajo, sosteniéndosecon los codos

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Él la miró desde abajo, sosteniéndose
con los codos. Se relamió los labios.
Mientras observaba la bonita y
caliente escena que hacía para él. 'Que Diosa. Mi.erda.' No dejaría de ser así nunca. Era preciosa. Perfecta. Perfecta en todos los sentidos. Se puso sobre él, gateando sobre la cama. Dejando ver su precioso culo. Delicioso. Hace muchísimo que no lo
tocaba. Vale...hace muchísimo que no
tocaba nada de ella. Ni probaba nada
de ella. Sin besarlo, colocó sus senos
en bandeja a los ojos de Cornelio. Este no pudo evitar besarle el cuello hasta
llegar a la punta de su mentón. Sentir
su piel caliente sobre sus labios. Su
tibia temperatura. Y explotaría. Sus
pantalones reventarian en cualquier
momento. Sentía que el pe.ne se le
movía por dentro. Que crecía dentro de él por el solo hecho de tener a la mujer que más le excitaba en el mundo justo delante de él y sin a verla fo.llado aún.

- Vaya...- entonces, ella hizo lo último
que él esperaría en ese momento. Algo que lo llevaría a la punta de sus límites. Lento. Una preciosa mastur.bación. Sus pequeñas manos quisieron tenerlo a carne viva entre sus dedos. Lo apretó.

 Lo apretó

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- Ah... Dios... - gimió él. Inconsciente.
Cerró los ojos y apretó la mandibula
fuerte para no perder el control
todavía. Pero ella no paraba. Y
lo tocaba más, y cada vez más
intensamente. - sácalo... - le pidió él.

-No te oí, guapo...- jugó ella. Cornelio
sonrió. Extrañaba esto.

- Cómo quieres que te lo pida?

- Cómo quieres que te lo pida?

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- No lo sé, depende de ti.. - le dijo
ella. Se sentó sobre las caderas de
Cornelio. Haciendo que la calentura de su feminidad, aún con las braguitas puestas, tocara la punta del pe.ne de Cornelio. Este apretó los dientes.

 Este apretó los dientes

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- Cógelo, jo.der. - le pidió. Ella se movió sobre él. Sintiendo como la erección de Cornelio crecía cada vez más. 'Contrólate'... pensó.
Pero había sido demasiado tarde.
La cogió de los muslos e hizo que se
colocara bajo su cuerpo....

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SUEÑEN MUY BONITO CHAMACAS COCHINAS QUE LAS AMOOOO Y QUIERO QUE VAYAN A MISA EL DOMINGO...

S-E-D-U-C-E-M-E ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora