- Te puedo hacer una pregunta? - le interrogó él. Lú asintió sin dejarlo terminar. Se abrazaron más fuerte. "Sombody" sonó en los amplifcadores. La onda bajó. Pero ellos seguían más juntos que nunca. - qué sientes por mi?
- Todo...- susurró ella. - eres...eres lo mejor que me ha pasado en la vida...- Cornelio le acarició la cintura. Todo esto le llenaba de alegría. Cuándo él habia significado tanto para alguien? cuándo? - no te cambiaría por nada. Se mecieron al compás de la música. Elevándose entre sus propios suspiros. La piel de Lú arropaba la de Cornelio con ternura y ligereza.
-He pensado en algo...
- ¿Qué?-le preguntó ella, separándose un poco para poder observar sus ojos.
- No lo sé...
- Dime...- susurró ella, acercándose a su oído. Cornelio sintió una fricción en sus pantalones. Lú lo hacía temblar de pies a cabeza y de una y miles de maneras.
- Es que..no lo sé, en serio... - repitió él, haciéndola desesperar.
- ¡Dime!- Lú le pegó suavemente el hombro. Más que un golpe, parecía una caricia para él.
- Bien... era algo que queria decirte desde que volvimos a vernos.
- Ajá..
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Se detuvo un momento. A pesar de que la música seguía soñando y corriendo entre las demás personas que adornaban la laguna esa noche. Solo ellos dos se habían detenido.
- ¿Quieres mudarte conmigo a otra ciudad?-le preguntó él. - me refiero a que... - cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir llenándose de valor. Se le hacía tan dificil decirle a la chica que le gustaba, lo que pensaba para los dos. - quiero que nos mudemos, que vivamos en otra ciudad tú y yo solos... sin nadie más, empezar de cero... quiero... - la miró a los ojos. - quiero demostrarte que puedo ser lo suficiente para ti. Lú lo miró enternecida. Tragó saliva e intentó que aquel regocijo se le pasara. Pero no pudo. El nudo pasó de su estómago a su garganta, llenándole los ojos de lágrimas.
- Cornelio, yo...
- No, no...déjame hablar. - le pidió él. - es la primera vez que quiero hacer las cosas bien. - Lú yo...yo no soy perfecto, pero por ti...podría serlo y hasta superar esa palabra. Y convertiría su nombre en la siguiente definición de "perfecto". - Solo si ella se lo pedía esa noche.
- No quiero que seas perfecto... -le susurró ella. Lo abrazó por el cuello, pegando su fino cuerpo al cuerpo masculino de Cornelio. - quiero.. - juntaron sus miradas. En un momento único, donde él supo que jamás dejaría de quererla. - que seas tú. - le dio un pequeño besó en el mentón, dejando a Cornelio con unas ganas incontenibles. - y sí, sí... por supuesto que quiero irme contigo, lejos, los dos solos... - Cornelio la tomó de la cintura, sonrió tímidamente. La quería muchísimo. Por qué? Por qué se había enamorado de ella? Por qué ella se había fijado en él? - Llévame lejos... - era una duda que solo ellos dos podían contestar. - y que nadie nos encuentre nunca....
