Y no se quedaba atrás en lo absoluto. Por qué no lo iba a decir? Ardía en celos por cualquier otra mujer que se le acercara. Cornelio era suyo, y nada más que suyo. Cornelio se quedó callado.
- Sabes que no me enfadaré... - mintió ella. El negó con la cabeza, tal vez riendo por dentro... ¡por Dios, la conocía como a la palma de su mano! Era increíble como ella aún no lo podía notar.
- Conocí a alguien. - admitió Cornelio. Suavemente acarició el muslo desnudo de Lú con los dedos, entretenido. - y vale, sí... nos hicimos grandes amigos...
- Grandes amigos.. - asintió- crees que no te conozco?
- No estoy mintiendo, nunca pasó nada más.
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- Dime que no te acostaste con ella...- Lú puso los en blanco, sonriendo como si aquello le hubiera causado gracia, cuando en realidad le dolía muchísimo preguntárselo. Cornelio subió la mirada hacia ella.
- No lo hice.
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Y entonces aplastó sus labios sobre los de Lú saboreando lentamente el sabor de su boca. Un beso pequeño. Tibio. Sutil. Ella se dejó besar.
- No quiero seguir hablando sobre lo que pasó... - le pidió él. Lú lamió sus labios después de a vérselos besado. Aquello hizo que las cosas subieran de temperatura. - quiero hablar sobre nosotros...
