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Y mientras ella continuaba con esa
ardua faena, Cornelio aprovechó para
bajarle la falda, aunque esta de por si
ya era cortísima. Cogió las manos de Lú e hizo que dejara de hacerle esa excelente paja. Apretó su cuerpo contra el suyo.

 Apretó su cuerpo contra el suyo

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-Ven. – le indicó para que se montara
sobre sus piernas. Ella se relamió los
labios, se dejó hacer por Cornelio, que
él la cogiera y la subiera sobre sus
piernas y a la misma vez al escritorio.
Su feminidad chocó con la enorme
polla de Cornelio. Un ligero movimiento de caderas y él se encontraba fo.llándola de nuevo.-oh ... sí, eso es ... muévete nena ...

La cogió fuerte de las caderas. Un
vaivén de placer tan jo.didamente
único. Ella se balanceaba sobre su
cuerpo. Meciéndose sobre él. Con
fuerza. Dentro. Hasta el último
centímetro de toda la longitud del
miembro de Cornelio. Dentro, muy dentro. Rápido. Con la rapidez que le aseguraba el mejor se.xo de la vida.

-¡ Oh sí, Cornelio! – gritó ella

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-¡ Oh sí, Cornelio! – gritó ella. Esta vez
desesperada. Parecía como si aquello
no tu viera fin, como si quisiera más у
más. Y hacía lo hacía. Buscaba más у
más. Haciendo que la po.lla de Cornelio se metiera cada vez más en sus entrañas. Buscando que la hiciera correr tanto como quería. Se movió más rápido. Cornelio alzó las caderas contribuyendo también. Debía cumplir su promesa ... él ya se había corrido con tan solo sentir las manos de Lú en su poderosa masculinidad, solo faltaba ella ... pero olfateaba a lo lejos que ese orgasmo estaba por venir. Movió el pene dentro de Lú
ahora en círculos.-¡ SÍ! – gritó ella,
completamente extasiada.-¡ más,
más ...! – y eso le daría. Pensó que
si seguía moviéndose de esa forma
se correría más rápido. Aunque
le dolía ... jo.der ... siempre lo dejaba molido. Pero si era por ella ... todo era posible. Se movió más. Haciendo fuerzas y llenándose de placer puro. Un apretón más. Lú lo estaba
consumiendo.

-¡ Grita! – le ordenó él. Y no
fue necesario que se lo dijera. Lú había empezado a gritar desde hace varios minutos. – grita y dime que ... que me amas ...

-Te amo .... te amo! – gritó dándole más ganas a Cornelio, llenándolo de fuerzas. Metió su colosal miembro de nuevo, sintiendo el cálido líquido de Lú cubrirle el pe.ne. Habían llegado más alto de lo que habían planeado. Más que un simple orgasmo. Más ... y mucho más ... eran ellos dos ........

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Aquí ando mis chulas...

S-E-D-U-C-E-M-E ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora