S-E-D-U-C-E-M-E ³

30

- Cornelio... - gimió ella, en su oído. Estaba dispuesta a decirle un par de cosas más, pero él había introducido otro dedo más en ella. Y las manos de Lú arropaban el pe.ne de Cornelio, mientras los dedos de éste saciaban el co.ño de Lú. - ¡Si! -gritó sin miedo Lú
- esta vez. Un tercer dedo había parado dentro de sus entrañas. Moviéndolos en círculos al mismo tiempo en el que presionaba el pe.ne de Cornelio. Jo.der. Que maravilla. Se correría ahí mismo en aquella tina de agua. Pero necesitaba hacerlo dentro de ella. Ya.

- Me encantas.. le susurró él. Y a eso pareció gustarle aún más. La boca de Cornelio se derretía por ella. Sacó sus dedos de entre su co.ño húmedo. Sabía que lo estaba. Húmedo y caliente por él. Porque necesitaba
que la llenara con su durísima po.lla... -me encantas.. - le acomodó el cabello, ella también había terminado de practicarle esa deliciosa paja. - pero eso no a sido todo. - le advirtió.
La cogió del culo fuertemente,
introduciéndose de nuevo en ella.
-soy tuyo, vale? - dijo mientras la
observaba gemir fuertemente. Hasta
ese momento ya no importaba nada.
Cornelio la cogió de las piernas,
apretándolas contra su pe.ne.

- Mnh, sí.. - gimió ella. Cerró los ojos
con fuerza. No se daba el lujo de gritar mucho en casa de él. Que si alguno de los amigos de Cornelio la escuchaba...jo.der, los conocía lo suficiente como para abstenerse. Pero pronto eso cambiaría, cuando ambos se mudara a vivir solos.- más... - susurró, apretándole la espalda.
La dura polla de Cornelio salió de ella.
Estaba tan acostumbrado a su calor.
A lo delicioso y cálido que era el
co.ño de Lú. -Lo tenía hipnotizado. Metió una vez más el pe.ne dentro de ella. Haciéndola gritar más de la cuenta. Ella lo miró divertida,
aunque sabia que no debía subir mucho el volumen de sus gritos.

- Está bien así, gatita? -le preguntó
él. Deseoso por más. Por darle más y
mucho más. Todo su cuerpo estaba
listo para ella. Y así, ambos mojados, y
metidos en esa bañera caliente, todo
era mejor.

- Más, más.. - gimió ella. Y él solo para
molestarla, hizo lo contrario. Quitó
su monumental erección de entre las
piernas de Lú. Quería ver que era capaz de hacer ahora. - enserio?
Cornelio sonrió. Una sonrisa que no
aguantaría mucho. En verdad moría
por que lo mojara con todo su orgasmo. Estaba más duro que una roca. Pero amaba...amaba verla
enojada. - Ven aquí.- lo empujó
de las nalgas. Sus finas manos lo
acariciaron, haciendo que él se tensar a muchísimo más.

- Eso es..amo esto, Dios, tócame...
tócame gatita... - susurró. Bajo el agua,
jugó con la po.lla de Cornelio, moviéndolo entre sus manos.
Sobándolo tan suavemente, sutil, lento, excitante. Cornelio sintió que moriría.- Si, sí... Oh, nena... - Lú se mordió los labios al verlo asi. Era perfecto. Y anhelaba muchísimo que
metiera esa larguísima longitud en ella de una vez. Pero algo la sorprendió dentro de ella. - déjame hacer mi trabajo también.- Un dedo fue a parar dentro de ella. Metiéndose con delicadeza en ella. Jugueteando con su clítoris. Solo ellos dos. - de nadie más.. - aceleró el movimiento de sus caderas. Saciándola con todo el placer que su cuerpo podía proporcionarle. Había perdido la cabeza. Siempre perdía la noción cuando se trataba de ella. - solo
tú puedes tocarme de esa forma, nena. - Nadie más. Y ella, lo sentía así.
Sus cuerpos se tocaban. Ambos gemían. Un grito. Luego otro. Jo.der. Quería más. Más y más. De él. De su durisima po.lla. El volvió a meterse entre sus piernas. El agua hervía o eran ellos dos? Quizá ambos. Cornelio le besó la boca.. no soportaría un segundo más. Se correría. Lo estaba haciendo ahora. Mnh...sí, y él lo disfrutaba tanto. Sabía que punto tocar para que ella se corriera intensamente. Conocia su punto G. La conocía a ella. Suavemente le besó el cuello mojado. Lú le acarició el rostro,
apenas tenía fuerzas. Otro beso. Cornelio le comía la boca. Al mismo tiempo que se corría entre las piernas de Lú.

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Hola mis amores. Espero que tengan una bonita noche pecadoras.