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Últimos capítulos

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Últimos capítulos.

Cómo una persona podía convertirse
en lo más importante en tu vida? Una
sola persona. Una, que no tiene nada
de especial y diferente con las otras, a
excepción de lo que piensas tú de ella.
Una, que tiene muchísimo defectos.
Por qué?Cómo? Cómo lo había
hecho cambiar tanto? Cómo una chica
de veintitrés años, diferente a él, lo
había enamorado de esa manera? Y es
en ese momento donde te das cuenta
que las cosas más bonitas no tienen
explicación. Que solo pasan. Pasan
porque sí. Porque deben pasar. Y que
lo único que te queda hacer a ti...es
defenderlas hasta el último segundo..

-Estás seguro que quieres hacer esto?

Noche del Miércoles.

- Está dormida desde hace mucho.

- Sí. - respondió Cornelio.

- Bien. - afirmó Valentín.

La Sierra GMC arrancó. Valentín
no estaba seguro si había hecho lo
correcto. Pero se lo había contado
todo a Cornelio. Desde el principio hasta el final, sin perderse ni un solo detalle. Cada paso. El nombre del Pub donde había sido la despedida de soltera. Los tipos que tenían a Lú,
tiempo. La gente. Cada cosa, por más
insignificante y sin importancia que
parezca, se la había dicho. El auto se detuvo. El Pub estaba justo en frente de los chicos.

-"Prométeme que no harás nada"

Las palabras de Lú sobresalieron en su mente. Lo conocía tanto que hasta se había atrevido a decírselo de esa forma. Era la única persona en el mundo que lo conocía tan bien. Prométemelo? Él no podía prometérselo. Y no lo había hecho. Por lo mismo, esa noche estaba ahí para arreglar algunas cuentas.
El pub estaba abierto, por lo que lo
dos no tuvieron problema al entrar.
Adentro era más de lo mismo. Música.
Alcohol. Mujeres. Hombres. Más
música. Bailes. Besos. Los dos se
abrieron paso entre las personas,
mientras Valentín, buscaba con la mirada a los mismos tipos que había visto hace dos noches divirtiéndose con Lú. Vio a uno de ellos, Cómo iba a olvidarlo? Tenía su jo.dido rostro grabado en la memoria. Codeó a Cornelio, este volteó la mirada, divisándolo también.

- Es el que está en el bar. - le indicó
Valentín. Cornelio apretó los pómulos. Lo vio. Era alto. Corpulento. Tenía pinta de matón. Mi.erda, mi.erda, mi.erda Y mil veces más de lo mismo! De solo pensar que, había estado en manos de uno de esos... El estómago le daba vueltas. Apretó los dientes. Hace muchísimo que había aprendido a manejar su ira, en realidad Lú lo había ayudado en eso, de otra manera, ese hombre ya estaria muerto.

- Déjame hacer esto a mí solo. - le pidió Cornelio. Valentín asintió. Conocía a Cornelio, sabía que al final de la noche desearía hacer esto con sus propias manos, así que lo dejó. Cogió un cigarrillo de entre los bolsillos traseros de sus vaqueros, y
tuvo que salir de aquel pub para que lo dejaran fumar con tranquilidad.
Cornelio endureció la mandíbula. Pará entonces era él frente a uno de los imbéciles que se había burlado de
Hace muchísimo que no se sentía el antiguo Cornelio. El temido Cornelio. El Cornelio inescrupuloso y sin
sentimientos. Esa misma noche quería ser ese Cornelio de nuevo, solo por ella...

- Un Wisky simple. - ordenó. Max
asintió con la cabeza. Cogió la botella
y la removió completamente. Sirvió
un poco en un vaso pequeño y lo hizo
resbalar hasta las manos de Cornelio, este lo cogió con agiles.

- Listo. - le dijo Max. Cornelio tomó el trago de un solo sorbo. Hizo lo mismo que Max, haciendo resbalar el pequeño vaso hasta las manos de este. Máx levantó la mirada, el tiro le había dolido en la yema de los dedos. Miró a Cornelio  con actitud desmejorada, chocándose con los ojos café oscuro de este, llenos de ira, de odio puro.. solo eso lo hizo ca.gar de miedo.

- ¿Qué?-Cornelio levantó los hombros

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- ¿Qué?-Cornelio levantó los hombros.
- me tienes miedo? - sonrió. Una
sonrisa maliciosa. De esas que él solía
poner para conseguir lo que quería.
Max soltó una risa ahogada.

- Por qué debería?

- No, sé... - le respondió Cornelio,
completamente inocente. - acaso
haz hecho algo malo que tienes la conciencia tan asquerosa?

- No creo que haya hecho algo malo.

- No?

- No. - contestó Max, esta vez a la
defensiva.

- Vale, vale.. - Cornelio colocó sus manos al aire, inofensivo. - te has molestado?

- ¿Qué co.ño quieres? - gritó Max.
Un par de parejas que bailaban
cercanamente se voltearon a mirar.
Cornelio sonrió. Esto empezaba a gustarle. - se quién eres. -murmuró Max, está vez más cauteloso. - todo Obregón te conoce, Vega. Todos te temen. A qué has venido? a armar un lío conmigo?

- Crees que me paso todo el tiempo peleando? Jo.der, se ve que no me conoces.

- Todos saben que no sirves más que
para eso.

El pulso de Cornelio se aceleró. Al igual que las ganas enormes que traía por derribarlo. Sus manos empezaron a sudar, el corazón le latía a mil, tenía la sangre en la cabeza. Pero recordó las palabras de Lú.

- Quieres saber para que he venido? - le preguntó susurrándole. Max
asintió. Temía de él como de nadie en
el mundo. - he venido a romperte los
huevos, imbécil. - Max tragó saliva.
Levantó la mirada hacia Cornelio. - a
hacerte saber que nadie... - lo cogió de
los bordes de la camisa, acercándolo
más. Max se quedó sin respiración
por unos segundos. - nadie, ni mucho
menos tú hijo de pu.ta... se mete con mi novia.

- Qu..Qué?

- No me has escuchado? - apretó la
tela fina de la camisa de Max, con
fuerza, muchísima fuerza. Este sintió
que pronto se asfixiaría en ese mismo
lugar. Tragó saliva con dificultad. -
Lucrecia osea Lú, se te hace conocida?- Max abrió los ojos. Atónito. Completamente sorprendido. Desearía con todas las fuerzas de su alma salir de ahí en ese momento, pero Cornelio lo tenía sujetado de la camisa evitando que se escapara.- Si, ya veo que si. - Sonrió Cornelio. - que
bien que estés en este Pub de porquería justo ahora, pero te juro.. escúchame bien, te juro que cuando salgas de aqui... no llegarás a tu casa sin antes a verte revolcado de dolor... - lo amenazó. - me conoces eh? es cierto?- apretó su camisa.

-Sí! - gritó Max.

- Entonces sabes muy bien de lo que
soy capaz de hacer si te metes con ella. - le soltó la camisa. Para ese entonces, varias personas se habían alejado de ellos, pasando a ser el centro de atención. - disfruta de tus últimas horas aquí, im.bécil, que haya afuera... te voy a estar esperando.

Se dio media vuelta. Sabía que tenía
mil miradas sobre él en ese momento.
Y no le importaba. Cuándo le había
importado lo que la gente pensara de
él? nunca, menos ahora.

- ¡Vega! - gritó Max.Este se volteó a mirarla, antes de irse.

- A mí... a mí me contrataron esa
noche.

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BUENAS MADRUGADAS ESPERO QUE MAÑANA DARLE FIN A ESTA NOVELA Y SERÁ LO MÁS SEGURO.

Nambre' la gatita tiene quien la defienda donde encuentro un Cornelio?

S-E-D-U-C-E-M-E ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora