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-Aquí es

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-Aquí es.-Cornelio le abrió la puerta de la oficina. Lú entró y observó con atención la decoración de esta. El espacio era realmente enorme,
y al fondo se extendía un ventanal
ancho que daba visión a los edificios de Obregón.

-No puedo creerlo, es enorme ...-le
dijo ella, entreabriendo los labios.
Observó el techo a ambos lados. Cornelio se apresuró a asegurar la puerta de la oficina. Suavemente enredó sus brazos en la cintura de Lú.

- ¿Genial, no?-le besó el cuello
suavemente. Una leve oleada de lujuria se paseo por ambos. – trabajo aquí hasta que salga algo mejor.

- ¿Algo mejor que esto? ¿ bromeas?-
Lú se volteó para besarle los labios. La lengua de Cornelio la sorprendió en medio de ese delicioso beso, para después apretarle más la cintura mientras la besaba desesperado. Solo ella podía conocer ese síntoma en él. – tu jefe tiene que estar loco ...-Cornelio se separó. La miró mal pero
instintivamente cambió de faceta al ver su sonrisa. -Soy su ayudante, nena. – le acomodó el cabello hacia atrás, amaba respirar el olor de su piel. – me pagan bien por distribuir estos jo.didos camiones a todo el mundo.-le besó la boca. – pero
renunciaré.

-¿ Por qué? – le preguntó ella.

-Es una sorpresa. – se acercó para
susurrarle al oído, ella soltó una risa
pequeña. Y otra más y otra ... y otra.
Pero él no se detenía. Sus labios habían ido a parar, incontrolables, hasta el pecho de Lú rozando con su tibia piel. Esas risas se habían
convertido en gemidos de pronto.

-Mnh ...-murmuró ella, cerrando los
ojos, hasta recuperar la cordura.-¿ Qué haces? No ...

-¿ Por qué?

-Te despedirán ...-lo miró a los ojos,
encontrándose con ese Cornelio salvaje que lo quería todo... absolutamente todo de ella.

-La puerta está cerrada. – le afirmó él,
mirándole los labios y concentrándose en ellos. Pero es que todo esto había sido culpa de ella, y solamente de ella. Solo a Lú se le
ocurría vestirse con esa pequeñísima
y fantástica falda acampanada, una
bonita blusa sin mangas y unas botas
‘ Ugg ’. Pareciera que se vistiera para
provocarlo. Y lo había hecho. Desde
hace minutos que lo tenía empalma do. -me gusta esto ... jo.der ... te vez
preciosa ...

Y esas palabras hicieron que ella
también perdiera el control. Que las
cosas se le fueran de las manos. Bajó
sus manos hasta el miembro de Cornelio. Duro y erecto. Se lo sobó por encima.

-Cielos ...-susurró, mirándolo у
acariciándolo con sus finas manos.-¿ te he hecho esperar?

-¿ te he hecho esperar?

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-Mucho. – le respondió él. Cerró los
ojos involuntariamente. Entonces
sería él quien perdería los papeles
justo ahora. Se moría por tumbarla
у fo.llarla por todo lo que hacía.
Se lo merecía. era pura tentación. – quiero esto... Lú quiero hacértelo
aquí y dejarle un bonito recuerdo
a quién me remplace ...-le dijo. Sus
manos abrazaron el cu.lo de ella. –
házmelo nena, recompensame por esas noches que estuve sin ti ......

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Hello. Ayer no actualice porque tuve una comida familiar. Perdón pero ya ando aquí de nuevo.

S-E-D-U-C-E-M-E ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora