Harry cerró la puerta tras de sí y anuncio su llegada con una alegre exclamación que nadie respondió. Siguió insistiendo en obtener una respuesta y al entrar completamente al lugar se encontró con una figura encogida sobre sí misma en la orilla más alejada del sofá. Se acercó lentamente y se puso en cuclillas frente a aquella persona y trató de remover la sábana amarilla que lo cubría.
-Hey, hola.- susurro cariñosamente al removerla completamente a pesar de que se volvió a encoger, escondiendo su rostro detrás de sus brazos cruzados.-¿Qué ocurre, Draco?- cuestionó preocupado el ojiverde y recibió un suspiro triste. Quitó los brazos del otro con delicadeza y sostuvo el pálido rostro de su barbilla, pero él aún cerraba los ojos.
-Me despidieron de nuevo.- confesó bajito Draco mirándolo finalmente, Harry hizo una mueca.
-Está bien, Draco, encontraremos otra cosa, no importa.- confortó el moreno sonriendo suavemente y Draco se jaló el cabello con desesperación.
-No, Harry, ya es la cuarta vez este mes y no será la última,- se quejó Draco levantándose de su lugar para caminar hacia la cocina seguido de Harry.- Estoy harto de que pase esto todo el tiempo, sólo porque todos siguen siendo unos malditos prejuiciosos.- manifestó el rubio sirviendo una taza de té.
-Ellos dan igual, Draco, y el trabajo también, ni tú ni yo lo necesitamos, pero no lo hacemos por el dinero.- argumentó Harry sentándose en la barra frente a él.
-Exacto, y eso es lo peor, que yo volvería a ese estúpido lugar simplemente porque me gusta lo que hago, pero nadie me quiere ahí.- discutió Draco. Harry suspiró y miró hacia otro lugar, tratando de pensar en darle alguna alternativa, aunque ninguna les hubiera servido después de un año. Después de un silencio largo, el rubio tomó su mano y sonrió tranquilizadoramente.- Lo siento, ¿Si? Es sólo que se nos acaban las opciones.- explicó. El ojiverde no dijo nada en respuesta, pero se giró a verlo un segundo con los ojos brillantes y reprimiendo una sonrisa.
-Pues vámonos de aquí entonces.- sugirió Harry decidido y Draco lo observó por un momento sin comprender,- Hay que irnos, Draco, dejemos todo aquí, sólo tú y yo a cualquier lugar.- continuó esperando una reacción positiva. Pero el rubio alejó su mano y dio un paso hacia atrás.
-Harry, no, eso... Eso es demente, Harry, ¿Cómo... Cómo se te ocurre algo así?- interrogó mirando a través de la ventana, de espaldas a el ojiverde, pero este parecía determinado.- ¿Estás seguro?-indagó Draco volteando a mirarle de nuevo. Harry rio y negó con la cabeza.
-No, no sé si sea buena idea pero da igual, de lo único que estoy seguro es de ti y eso es suficiente para mi.- confesó el moreno. Draco sonrió de lado y asintió.
-Está bien, entonces.- accedió el rubio y eso hizo a Harry reír por nada y a Draco imitar la acción.
Estuvieron de acuerdo en no huir muy lejos pero sí lo suficiente para escapar de la ciudad. Y qué mejor que una playa a dos horas de Londres en mitad de una época en la que nadie se iba de vacaciones, excepto las personas espontaneas y libres como ese par.
No estarían ahí para siempre, tal vez un año, tal vez más, ni siquiera tenían idea de qué iban a hacer una vez llegaran, pero desde que inició el viaje había sido una experiencia dulce y aliviadora.
No hizo falta pensarlo mucho para concluir en que lo primero que debían hacer era ver el mar, así, con la ropa de ciudad que tenían, los pies descalzos y la brisa agitando su cabello. Draco se detuvo un segundo a observar el azul claro y calmante de las olas moviéndose suavemente contra la arena y pareciendo infinitas sin nada que las detuviera a lo lejos. Había estado en la playa antes, sí, pero no así, no siendo genuinamente feliz y disfrutándolo con la persona que más amaba en todo el universo. Sostuvo la mano de Harry con fuerza. Tenía razón, no hacía falta saber nada más que el hecho de que estaban con el otro. Eso sería suficiente hasta el fin del mundo.
Harry lo jaló con fuerza, sacándolo del ensimismamiento y lo llevó corriendo hasta el punto donde el agua retrocedía cada cierto tiempo y luego volvía a humedecer sus pies y la arena. Rieron. Mucho. Como nunca lo habían hecho antes y no eran risas estúpidas, simplemente era una forma de sacar toda esa alegría contenida que tenían por estar ahí.
Era un lugar muy hermoso. En todo aspecto. Desde la arena entre sus dedos hasta el sol posándose con gracia sobre el horizonte y llenando el cielo de colores vivos que se apagaban lentamente, con una serenidad que simplemente llenaba toda tu alma hasta que era abrumador lo bien que se sentía.
Y eso era justo lo que necesitaba. Olvidarse de todo y de todos excepto la única persona que necesitaba. Permitirse ser libre por primera vez desde hace mucho tiempo y dejar aquel sentimiento llenarlo. Sólo le hacia falta aquella paz que sólo el mar podía dar.
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Historias cortas
FanfictionUna compilación de one-shots escritos por mi con distintas writing prompts sobre Drarry/Harco.