13.- Roommates

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-¡Joder!- exclamó una voz aguda desde alguno de los dormitorios. -¡Ronald! ¿Dónde estás?-.

Nadie pareció responder al llamado y los gritos no cesaron por varios minutos, hasta que alguien llegó al rescate de quienquiera que gritara.

-¿Malfoy?, ¿Qué haces arriba de la silla?- cuestionó un chico de ojos verdes irrumpiendo en el lugar.

-Hay una maldita araña debajo de la cama y Weasley no está por ninguna parte.- explicó el rubio cruzándose de brazos sobre su lugar y haciendo una mueca de molestia. El moreno soltó una carcajada que lo hizo arrugar más su expresión.- ¿De qué mierda te ríes, Potter?- interrogó.

-¿Una araña, Malfoy?, ¿De verdad?- cuestionó el ojiverde doblándose hacia atrás de la risa, aún sosteniendo el pomo de la puerta. La sangre se acumuló en sus mejillas, resaltando más en su pálida piel.

-Cállate- ordenó Draco mirando hacia otro lado.

-Vale,- accedió Harry, ¿Dónde está la araña?-.

-Te he dicho que debajo de la cama.- espetó el rubio señalando el lugar. El moreno se acercó e hincándose sobre sus rodillas, miró debajo y pudo ver al arácnido.

Estaba al borde del lado izquierdo, caminó hasta allí y la pisó.

-¡Pero no la mates, animal!- reclamó Draco, bajando de la silla de un salto.

-¿Y qué querías que hiciera con ella?- cuestionó el ojiverde fastidiado.

-¡Sacarla o algo, pero no pisarla, asesino!- chilló de nuevo gesticulando exageradamente conlas manos, Harry rodó los ojos y se sobó las sienes con cansancio. 

-La próxima vez la sacas tú, Malfoy.- replicó harto el moreno, saliendo del dormitorio. Le tomó diez segundos recordar que había ido ahí por algo y no a matar arañas.

-Oh, ¿Ahora vienes a matarme a mí, asesino?- inquirió Draco ocultando una sonrisa divertida.

-Ya lo hubiera hecho si quisiera.- el rubio respondió con un bufido aburrido y continúo sus deberes en el escritorio de la esquina. Harry buscó entre cajones y ropa mal acomodada una pequeña cajita y salió de allí sin molestarse en cerrar la puerta. Draco inhaló, se levantó e hizo una rabieta en la privacidad de su cuarto para luego proceder a cerrar la puerta de golpe.

El pelirrojo llegó cinco horas más tarde, después de la media noche. Y Draco aún estaba despierto, con la luz de la pantalla iluminando su rostro y el resto de las luces apagadas. No había visto la hora hasta que tomó su celular para reclamar a su compañero por llegar tarde.

-Weasley, ¿Qué hiciste toda la noche?, ¿Porqué tan tarde?- interrogó el rubio dando la vuelta en su silla para encarar al otro. Luego, abrió los ojos con horror y se retractó:-No, mierda, no, no quiero saber qué estabas haciendo, y menos si se trata de mi mejor amigo.- fingió una arcada exagerada y el ojiazul rio.

-¿Te has quedado toda la noche estudiando? ¡En fin de semana!, que psicópata.- se burló Ron aventando su chaqueta por ahí y tirándose a la cama de sábanas arrugadas y desacomodadas.

-No soy un psicópata, Weasley, ni siquiera sabes qué significa,- discutió el rubio cruzado de brazos y girando de nuevo para darle la espalda a su acompañante,- Y estudiar en vez de salir de fiesta no me hace uno.-

-Sí, cómo sea, estás loco, eso sí.-afirmó el pelirrojo antes de cerrar los ojos y dar vueltas en la cama.- No quiero dormir, quiero salir otra vez.- anunció  en un quejido.

-¿Y qué haces aquí?, fuera de mi cuarto, animal.- bromeó el ojigris tecleando rápidamente y tallándose los ojos más seguido de lo que le gustaría admitir. Ron soltó una risita baja.

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