Hace miles de años en las tierras de Aridum, existieron 5 poderosos hechiceros a los que llamaron los dioses. Estos eran capaces de controlar los cuatro elementos de la naturaleza. Pero esto ha logrado a alterar a los humanos. Y después de tanto al...
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Claire Reynolds
Los días pasan casi volando mientras seguimos la misma rutina. Levantarnos, tomar clases, las cenas y castigo con Eloy o ratos con Julian. De vez en cuando voy con Cassiel y con Satchel a practicar.
Desde hace unas semanas cuando Eloy me mostró el sótano, han disminuido nuestras discusiones, pero eso no quiere decir que no sigan pasando. De hecho, sigo rompiendo sus reglas por diversión.
—Claire— escucho la voz de Satchel—, estoy sorprendido, tú has progresado mucho con la magia indómita.
—Parte de Sentinam— digo en voz baja para que nadie más que él pueda escucharlo—, no me des créditos a mí.
—Lo que sea— dice de manera dulce—, pero es impresionante.
Sé que Satchel se enteró sobre ese tema hace tan sólo unos años. Pues él tiene veintiún años. Su predecesor quiso abandonar el puesto de Sabio, y fue cuando nombraron a Satch como tal.
—Gracias— no puedo evitar decir tímidamente—, pero ya tengo que irme, tengo clases con Sienna.
—¿Podemos vernos esta noche?— pregunta de la misma manera.
—Lo siento— comienzo negándome pero intento de no sonar descortés—, tengo planes con Julian.
—Claro— él niega con la cabeza y me sonríe— puede ser otro día.
Luce algo decepcionado. Hace meses, antes del verano, antes de conocer a los Elementales, siempre aceptaba sus invitaciones.
Lo miro una última vez y salgo de allí. Camino con dirección al salón de Sienna para tomar la clase de alquimia que me corresponde en el día, pero una voz bastante conocida resuena en mi cabeza.
—"Claire"— es Eloy. Lo busco con la mirada a mi alrededor, pero no lo veo por ningún lado, los pasillos están totalmente vacíos, incluso mis amigos ya deben de estar con Sienna—, "Ven al jardín trasero"
Sin dudarlo me dirijo hasta allá y lo encuentro parado frente a la fuente. Eloy sonríe al verme.
—¿Qué quieres?— respondo algo dura—, tengo clases con Sienna.
—No, ya no— dice y me toma de la mano—. Traslatio— dice haciendo un hechizo de traslado y de pronto nos encontramos frente al templo de los dioses.
—¿Qué haces?— pregunto con algo de enojo—, debo ir con Sienna.
—No tienes que ir— Eloy gira los ojos—, le dije a Sienna que no irías a su clase hoy, a ella no le molestó, dijo que estás más avanzada que los demás.
—Pero, ¿Para qué me has traído hasta aquí?— pregunto aún con desconcierto.
—Para mostrarte algo— vuelve a tomar mi mano y entramos al lugar—, te encantará, pero no puedes decirle a los demás.
