Hace miles de años en las tierras de Aridum, existieron 5 poderosos hechiceros a los que llamaron los dioses. Estos eran capaces de controlar los cuatro elementos de la naturaleza. Pero esto ha logrado a alterar a los humanos. Y después de tanto al...
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Claire Reynolds
He pasado las últimas semanas enseñándole a Cass lo que ya había aprendido a controlar. He evitado hablar con Eloy y con Julian, estoy enojada con los dos.
—Bien, ya sabemos que tiene que ser algo de familia— habla Brisa—, si ambos pueden, tal vez sus padres también.
—No lo creo— niego con la cabeza—, ni siquiera tienen uno nuestros elementos.
—Cierto, ambos eligieron tierra— habla Cassiel a mi lado.
—Pues no son sus verdaderos padres— Bri se encoge de hombros.
—No estás hablando en serio— solté una carcajada por la estupidez que acababa de decir—, eso no tiene sentido.
—Claro que sí— vuelve a hablar Bri—. Piénsenlo, ni siquiera se parecen.
—Eso no tiene nada que ver— sigo negándome.
—Claire, Brisa tiene un buen punto— habla mi hermano.
—¿Es enserio, Cass?
—Mira, si quieres ni te ayudo, igual estoy muy enojada contigo— se cruza de brazos.
—Ya te dije que no le hablo a ninguno de los dos— me defiendo—, además no puedes decidir por mí.
—Cierto, me di cuenta que le dijiste eso a Eloy para seguir besándote con Julian— trato de dejar a un lado sus palabras, o más bien intentar que no molesten.
—Bri, yo seré la que decida con cuál me quedo— digo áspera—, ¿Bien?
—Sólo digo que fuiste injusta— se encoge de hombros—, si le dices a uno que se aleje para pensar, debes hacer lo mismo con el otro.
Se escucha un estruendo.
—El grimorio— la voz fría de Eloy se escucha luego de que la puerta se abra de golpe—, tienen que darme el grimorio.
—Y si no queremos dártelo, ¿Qué harás?—, me acerco a él desafiante.
—Quitárselos yo mismo— habla con un tono más sexy.
—Inténtalo— digo del mismo modo.
—No hagas esto, Clarisse— susurra cuando rozo sus labios—, dame el grimorio.
—Bien— me acerco a Bri y tomo el gran libro para entregárselo a Eloy—, aquí lo tienes.
—Espero que esta sea la última réplica que tenga que confiscar— habla serio—, ya van tres esta semana, ya no más, Claire, por favor.
—Suplica todo lo que quieras— susurro cerca de sus labios y él los abre en anticipación, pero yo me alejo—, pero no me detendré hasta que descubra la verdad.
—Demonios, Claire— susurra—, ¿Podrías dejar de hacer esto?
—No— empujo levemente su pecho—, me divierte tu reacción.
