Hace miles de años en las tierras de Aridum, existieron 5 poderosos hechiceros a los que llamaron los dioses. Estos eran capaces de controlar los cuatro elementos de la naturaleza. Pero esto ha logrado a alterar a los humanos. Y después de tanto al...
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Eloy Wright
—Tu novia— habla Julian entrando en mi recámara, y luego ve que Claire se encuentra conmigo—, ¿Novios?
—Sí, eso es lo que somos— habla Claire mirando a Julian—, lo siento, Julian.
—¿Es tu decisión final?— pregunta Julian dolido y puedo ver que sus lágrimas amenazan con salir.
—No, pero por ahora, es lo que quiero— aclara, esto ya lo hablamos anoche, así que no me sorprende su respuesta.
—Bien, puedo esperar a que decidas— asiente varias veces—. Eloy.
—¿Sí?— digo triunfal y Claire me codea algo fuerte—, ¿Qué pasa?
—Si le haces daño, si la lastimas— comienza con advertencia—, te las verás conmigo.
—¿Por qué la lastimaría, Julian?— pregunto aún con la gran sonrisa pegada a mi rostro—, no arruinaría mi oportunidad.
—No lo sé, pero conociendo la forma en la que quisiste alejarla, podría pensar que lo harías de nuevo— me mira amenazante—, si ella llega a decirme que la lastimaste, voy a golpearte hasta que no puedas ni respirar, y aunque no pueda matarte permanentemente, sí de manera temporal, y no dudes en que lo haré.
—La cosa es que no lo harás, porque no pienso alejarla de nuevo— me levanto del sillón y me acerco a él para mirarlo fijamente a los ojos—. Ahora, si me permites, quiero pasar tiempo con mi novia.
—Ella dijo que no es la decisión final— me empuja fuertemente haciéndome retroceder un poco y vuelvo a acercarme a él, desafiante—, no te creas la gran cosa.
—Julian— habla Claire, levantándose de su lugar y acercándose a nosotros—, déjalo, Eloy no va a hacerme daño, o alejarme— ella me toma del brazo poniendo distancia entre Julian y yo—, gracias por preocuparte, pero, ¿Podrías dejarnos solos?
—Lo que desees— es lo último que dice Julian antes de salir de la habitación.
—Déjame adivinar— comienzo—, se lo dijo Brisa.
—Brisa está más emocionada que yo, de que estemos juntos— afirma y reímos por ello—, seguro se lo dijo a mi hermano y Julian lo ha de haber escuchado.
—Bueno, eso no me importa ahora— aparto un mechón de su cabello pelirrojo y lo coloco detrás de su oreja—. Lo que sí me importa y me ha hecho muy feliz es que aceptaras.
—Es lo que quiero, Eloy— ella me besa suavemente—, ahora sí que tengo una gran excusa para romper tus reglas— ríe divertida.
—Te castigo sin que tengas que hacerlo— digo coqueto.
—Eso sonó muy mal— ríe y no puedo evitar repasar nuevamente lo que había dicho y me di cuenta de que tenía razón.
—Tú entiendes—digo rápidamente—. No te hagas como que dije algo que no debería, tú quisiste entenderlo así.
