Capítulo 10

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Claire Reynolds

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Claire Reynolds

La noche cayó y estoy casi lista para salir con Julian.

—¿A dónde vas tan linda?— escucho la voz de Brisa—, ese vestido rojo te queda bien.

Creo que por razones obvias, todos saben que ese es mi color favorito, se puede decir que me identifica.

—No lo sé— reí nerviosa—, iré con Julian a algún lado.

—Julian— dice ella con pesadez—, no me malentiendas, Julian me cae bien— aclara—, pero es muy notable que a Eloy se le cae la baba por ti.

—Estás loca— giro los ojos—, no hay manera en la que Eloy pueda sentir algo como eso— reí divertida—, tiene el corazón de piedra. Y qué asco— me sacudo por un escalofrío—, que Ignis me libre de los males de que esa cosa pueda sentir algo por mí.

—Claire, es obvio— grita ella como si yo estuviera ciega—, ¿Crees que no sé qué se ven casi todos los días en el jardín trasero?

—¿Tú como sabes eso?— la apunto de manera acusadora pero no puedo evitar reírme.

—Es tu lugar favorito en esta isla— se encoje de hombros—, y una vez Cass los vio hablando y vino a contármelo.

—¿Tienes a mi chismoso mellizo como espía?— pregunto en broma y ella niega.

—No, pero no sólo es eso— ella me mira divertida—. Claire, los chicos y yo notamos que no sigues sus reglas para tener una excusa para pasar tiempo con él.

—¿Estás insinuando que me gusta?— Brisa asiente y suelto una gran carcajada—, ni de broma, ese amargado y yo, nunca en la vida.

—Claro— dice ella sarcástica—, niégate todo lo que quieras, pero cuando te des cuenta de que lo que estoy diciendo es verdad, voy a decirte un gran, te lo dije.

—Pues nunca lo harás— me encojo de hombros—, porque eso nunca va a pasar.

—Ajá— musita—, igual Julian— dice—, ambos se mueren por ti.

—Estás viendo cosas donde no las hay—niego y continuo ondulando mi cabello—, creo que deberías dormir más, te estás quedando con sueño y eso parece estar causándote alucinaciones

—No son las alucinaciones, es la realidad— se encoje de hombros restándole importancia—, pero ya no discutiré más contigo, no llegaré a ninguna parte.

Sonrío triunfal y luego de unos minutos me despido de ella para poder irme.

Me dirijo al jardín principal para encontrarme con un sonriente Julian esperándome.

—Hola— me saluda y besa mi mejilla cuando llego a él—, te ves hermosa.

—Gracias— no puedo evitar sentir mis mejillas calentarse por el cumplido—, ¿A dónde iremos?

La Batalla {Elementales I} (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora