Un amor desmedido, que llega de la manera mas inesperada a las vidas de dos mujeres que van por caminos distintos.
¿Podrá ese amor derrotar esas barreras que las separan para abrir paso a la felicidad?
Y repentinamente llega ese sentimiento que aunque uno quiera evitarlo crece cada día más y más, con las miradas, pequeños actos de amor, suaves caricias. Un sentimiento que crece tanto hasta llegar al punto donde es imposible de ocultarlo más.
Ese día en la universidad Emma y Sofia estarían muy ocupadas. Aún había muchas cosas que preparar para el comienzo de clases. Emma se pasó la mayor parte del día en juntas con las cabezas de los diferentes departamentos. Sofia por su parte se encontraba alistando el salón de pintura, y planeando sus lecciones.
Sofia: Hola Mary, ¿Como estas hoy? (Preguntó acercándose a su escritorio afuera de la oficina de Emma)
Mary: Hola Sofia. Muy bien, gracias. ¿Que se te ofrece?
Sofia: ¿Me podrías imprimir esto? Son los planes que me pidió Emma.
Mary: Si, claro. Ahorita salen.
Sophia: Muchas gracias, Mary (sonriendo)
Mary: Oye, me da mucho gusto que te quedaras con el puesto, por un momento pensé que no te lo daría.
Sofia: ¿Por que lo dices?
Mary: Es que la directora estaba furiosa ese día por que no llegabas. Y es de armas tomar cuando se pone así. Me sorprendió que te diera otra oportunidad.
Sofia: Ah, si (se rió nerviosa) yo estoy muy agradecida que me la diera también.
Mary: Pues me alegra mucho que trabajes aquí. Me caes muy bien, Sofi.
Sofia: Gracias, tu también me caes bien, Mary (le contesto sonriendo)
La puerta de la oficina de Emma azotó fuertemente atrás de ellas, haciéndolas brincar a las dos. Sofia volteó y encontró a Emma mirándolas a las dos seriamente.
Emma: Mary, donde están esas copias que te pedí hace tiempo.
Mary: Las mande a imprimir, creo ya deben de estar listas.
Emma: Pues que esperas niña, las necesito ya.
Mary: Si, voy de inmediato. Con permiso (Salió casi corriendo)
Sofia: ¿Todo bien, Emma?
Emma: Todo bien ¿Por que no habría de estarlo?
Sofia: No se..
Emma: Ah, por cierto. Necesito ya los planes de lecciones del próximo mes, y no acepto demoras Sofia.
Emma entró de nuevo a su oficina sin esperar respuesta de Sofia, azotando la puerta detrás de ella. Se sentó detrás de su escritorio, recargando su cabeza hacia atrás y cubrió su rostro con sus manos.
Emma: ¿Por que siento esto, por que me molestó tanto verla con Mary? Esto no me puede estar pasando a mi (suspiró)
Tocaron la puerta, y Mary se asomó.
Mary: Aquí están las copias que me pidió. Y los planes de Sofia también.
Emma: Déjalos aquí.. ¿Y Sofia? Pensé que me traería los planes ella.
Mary: Me pidió que se los entregará yo, y creo que regresó a su salón, aunque ya es hora de salida.
Emma: Gracias, Mary. Ya también termine yo, te puedes ir a tu casa.
Mary: Ok, gracias. Hasta mañana.
Mary se fue y después de pensarlo por varios minutos Emma decidió ir en busca de Sofia. Llegó a su salón, y abrió la puerta lentamente. Sofia escuchaba música, y se encontraba en frente de un cuadro pintando con tanta concentración que no se dio cuenta cuándo ella llegó. Sofia tenía puesto un delantal de pintor, su pelo recogido en una cola alta y sus lentes en la punta de su nariz. Emma sonrió al ver que de nuevo tenía su cara manchada de pintura.
Emma: ¿Siempre terminas así? Cubierta en pintura.
Sofia: Ayy, Emma, me asustaste, no te escuché entrar. (Su mano en su pecho)
Emma: Lo note, estabas muy concentrada en tu pintura (sonriendo)
Sofia: Ya lo termine ¿Que te parece? (Se hizo a un lado mostrándole el cuadro)
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Emma: Wow, esta bellísimo. ¿Y quienes son ellas?
Sofia: Ellas.. (la miro mordiendo su labio nerviosamente) ellas son imaginarias. No existen.
Emma: Hmm, pues me encanta. Pintas divino.
Sofia: Es tuyo (dijo mientras se quitaba el delantal)
Emma: ¿Que dices?
Sofia: El cuadro, lo pinté para ti. Es un regalo (le dijo sonriendo)
Emma: Sofi.. eres muy buena. Quiero pedirte disculpas por como te traté hace rato. No se que me pasó.
Sofia: No te preocupes. Ya me di cuenta que eres medio enojona a veces.
Emma: Solo a veces (sonrió pícara)
Sofia: Me agrada oír ese Sofi otra vez, se me hizo raro que me llamaras Sofia.
Emma soltó una carcajada.
Emma: Eres una tontita Sofi. A ver, ven.
Sacó un pañuelo de su bolsa, limpiando de nuevo las manchas de pintura en la cara de Sofia, haciendo su pulso acelerar. Sofia la miraba atentamente, y Emma alzó sus ojos, sus miradas se encontraron y sus corazones empezaron a latir rápidamente. Sin pensarlo Emma acaricio su mejilla, dejando salir un suspiro.
Emma: ¿Que me está pasando contigo?
Sofia no podia creer lo que escuchó. Emma al darse cuenta que lo que pensó lo dijo en voz alta retiró su mano, sonrojándose, y bajando su mirada.
Sofia: ¿A que te refieres con eso? Emma.. mírame.
Emma: Sofi...no es nada, olvídalo. ¿Nos vamos ya? (Volteando y caminando hacia la puerta)
Sofia: Espera (la tomó de la mano parándose en frente de ella) ¿A caso estás sintiendo algo por mi?
Emma: Sofi, eso sería una locura.
Sofia: Emma, sentir esto no es una locura.
Emma: No se que es lo que siento (su voz quebrándose) Dame tiempo para procesarlo ¿si? Tengo miedo.
Sofia: Está bien, no voy a insistir. Solo quiero que sepas que estaré aquí, cuando te sientas lista para hablar.
Emma solo asintió. Y salieron hacia el estacionamiento. En el camino a casa reinó el silencio, las dos perdidas en sus propios pensamientos. Emma aterrada por lo que estaba sintiendo, algo que ya no podía seguir negando. Y a Sofia le parecía increíble la posibilidad de que Emma sintiera algo por ella también, pero a la vez tenía miedo de que terminara rechazando ese sentimiento y que se alejara de ella. Lo que más le daba miedo era perder a esa mujer que en tan poco tiempo se había robado su corazón por completo.