El departamento de Sofia era pequeño, pero acogedor. Lo mejor de todo es que venía amueblado, y estaba cerca de la universidad. Se encontraba en un alto piso de ese edificio, con grandes ventanas, un balcón, y con una bella vista sobre el parque que estaba al cruzar de la calle.
Sofia: ¿Que te parece nuestro nidito de amor? (preguntó abrazando a Emma por la espalda después de mostrarle el lugar)
Emma: Me encanta, mi vida (sonrió)
Emma giró, y después de un suave beso en los labios, acarició su mejilla mirándola seriamente, perdida en sus pensamientos.
Sofia: ¿Que pasa por esa cabezita bella, hmm? (preguntó después de unos minutos, acariciando su pelo)
Emma: Sofi.. Hay algo que no había considerado realmente hasta ahorita.
Sofia: ¿Ah si? ¿Y que es?
Emma: Sobre mi edad. ¿A ti no te importa que yo sea mayor que tu?
Sofia: ¿Que? Por su puesto que no amor. La edad no me importa. Ademas no es tanta la diferencia.
Emma se mordió el labio no muy convencida. Sofia la tomó suave del mentón mirándola a los ojos.
Sofia: Tu me encantas Emma. Tus sentimientos, tu manera de pensar, tu sensualidad, todo de ti. Aún eres joven, y la mujer más bella que he visto en mi vida. Me fascinas completamente.
Emma: ¿Lo dices enserio?
Sofia: Muy enserio, Emy ¿Quieres que te lo demuestre?
Emma: Mhmm (sonrió pícara)
Sofia la tomó de la nuca, enredando su mano en su pelo, y la trajo hacia ella lentamente, su mirada en los labios de Emma, pasó su lengua sobre ellos, mordiéndolos suavemente, reclamándolos en un beso lleno de esa pasión que las consumía por dentro y solo podía ser saciada entre los brazos de la otra. Sofia la acorraló contra el ventanal , sus besos bajando a su cuello, sus manos recorriendo cada centímetro de ese cuerpo que le fascinaba.
Emma: Sofi.. nos pueden ver (Susurró tomándola del pelo)
Sofia: Estamos muy alto, lo dudo.
Sofia mordió su cuello levemente, pasando su lengua sobre su piel y un pequeño gemido escapó de los labios de Emma. Con una mano sujetándola de la cintura, la otra se coló por debajo de su blusa, hasta llegar a su seno, apretándolo. Lo libero del brazier y jugaba con su pezon entre sus dedos, hasta endurecerlo, y Emma ya no pudo contener mas los gemidos de placer. La mano de Sofia viajó hacia abajo, acariciando su abdomen, y desabrochando sus jeans se coló adentro. Mirando a Emma a los ojos sus dedos comenzaron a acariciar suavemente su intimidad ya húmeda.
Emma: Ahhh.. Sofi.. me enloqueces.. (jadeó)
Sofia sonrió y con su otra mano le subió la blusa y se apoderó de su seno con sus labios. Envuelta en placer Emma no paraba de gemir. Sofia pasaba su lengua sobre su pezon, dándole pequeñas mordidas, succionando. Esas sensaciones junto con sus dedos traviesos sobre su intimidad, y la adrenalina de que podrían ser vistas por la ventana terminaron de desatarla. Los dedos de Sofia se movían más rápido, y Emma estalló, llegando a la cima del placer, su piernas temblando, su respiración agitada. Abrazó fuertemente a Sofia, tratando de controlar su respiración.
Sofia: ¿Ahora me crees lo mucho que me encantas?
Emma: No me quedó ninguna duda (sonrió escondiéndose en el cuello de Sofia dejándole un beso)
Sofia sonrió besando su cabeza. Emma la tomó de la mano, dirigiéndose hacia la habitación. Adentro giró, tomando a Sofia de la cintura y entre besos y caricias la ropa desapareció, terminando con ellas en la cama, Emma sobre Sofia.
Sofia: Emma.. que haces.. (jadeó)
Emma: Hmm, amándote..
Los besos de Emma iban bajando lentamente, de su cuello, sobre sus senos, a su abdomen, erizando su piel. Se acomodó entre las piernas de Sofia, y separándolas más, lentamente pasó su lengua por su intimidad, haciendo que ella soltara un fuerte gemido. Tímidamente pero llena de deseo Emma lamía y besaba ese rincón más íntimo de Sofia, haciéndola estremecer. Introdujo dos dedos, y los gemidos de Sofia no paraban, movía sus caderas con necesidad, sintiendo su orgasmo llegar hasta que ya no pudo más, llegando a la cima del éxtasis, su cuerpo vibrando de placer.
Emma subió, uniendo sus labios en un dulce beso, recargando su cabeza en el pecho de Sofia, cubriendo a ambas con la sábana. Por largo rato se abrazaban, y acariciaban en silencio, disfrutando simplemente el momento de estar juntas.
Emma: Sofi.. se que no te importa la edad. A mi tampoco realmente. Pero ¿as pensado en tu futuro?
Sofia: ¿A que te refieres?
Emma: Bueno.. en quizá formar una familia. ¿Nunca pensaste en eso?
Sofia sonrió, acariciando su pelo.
Sofia: Si me gustaría, me encantan los niños. ¿Acaso me está proponiendo algo, mi señora bonita?
Emma: Ayy, no se. Mis hijos ya están grandes. (miró a Sofia seriamente) Pero contigo me atrevería a comenzar de nuevo. Sabes, siempre quise tener una niña (sonrió)
Sofia: ¡Que emoción! Más adelante podríamos intentarlo, Emy.
Emma: ¡Si mi amor! Pero más adelante, eh.
Sofia con una gran sonrisa la abrazó fuertemente. Una nueva ilusión creciendo en su corazón, imaginándose la familia que podría formar al lado de Emma.
De regreso en la casa esa tarde Emma se encontraba en el despacho haciendo unas llamadas y Sofia en la cocina preparando la cena, cuando Daniel llegó de hablar con su padre.
Daniel: Tu no me engañas, Sonia. (entrando a la cocina)
Sofia: Sofia, mi nombre es Sofia. Y no se a que te refieres, Daniel.
Daniel: Pues como te llames. No creo ese cuento de que estes enamorada de mi mamá. Algo debes de tramar.
Sofia: Estas equivocado. Yo amo a tu mamá sinceramente. No tramo nada.
Daniel: Quizá es el dinero. De seguro estás tras de eso.
Sofia enfurecida estaba a punto de responderle cuando Emma entró y notó la expresión en los rostros de ambos.
Emma: ¿Todo bien aquí?
Daniel: Todo bien, ¿verdad Sofi? Solo platicábamos, mamá.
Sofia: Si, solo platicábamos. Conociéndonos un poco más (alzó una ceja, y Daniel solo sonrió cínicamente)
Emma los miró sospechosa, pero no dijo nada, y ayudó a Sofia a preparar la cena.
Sofia amaba a Emma con toda su alma, pero ese joven apenas lo conocía y ya le estaba dando un gran dolor de cabeza. Emma había sido firme en su decisión de estar con Sofia, y se lo había dejado muy claro a Daniel. Pero Sofia tenía la sospecha de que su hijo no dejaría el tema por la paz e intentaría algo para separarlas. Por el bien de todos esperaba que durante estas dos semanas de su estancia cambiara su manera de pensar, pues ella ya no podría vivir sin Emma a su lado. Su corazón y todo su ser le pertenecían a esa bella rubia de ojos verdes.
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𝓣𝓸𝓭𝓸 𝓜𝓲 𝓢𝓮𝓻
RomanceUn amor desmedido, que llega de la manera mas inesperada a las vidas de dos mujeres que van por caminos distintos. ¿Podrá ese amor derrotar esas barreras que las separan para abrir paso a la felicidad?